La mano que da de comer al flamenco
Las Administraciones sustituyen a la iniciativa privada en la contrataci¨®n del arte jondo - Los expertos elevan al 90% el volumen de negocio del sector p¨²blico
La semana pasada se organizaba la primera revuelta del flamenco contra la mano que le da de comer. Un grupo de artistas, encabezados por el cantaor Jos¨¦ Cort¨¦s Jim¨¦nez, Pansequito (La L¨ªnea, C¨¢diz, 1946), reclamaba trabajo a la Junta de Andaluc¨ªa para los que, seg¨²n ellos, son los artistas olvidados, los que en otro momento fueron los m¨¢s contratados por las Administraciones de la comunidad. Mientras Pansequito acusaba a la Junta de amiguismo, otro cantaor, Calixto S¨¢nchez (Mairena del Alcor, 1947), reclamaba un lugar en los escenarios para los artistas de m¨¢s edad.
La protesta puso en evidencia una realidad que no solo afecta al flamenco, pero es quiz¨¢s en este sector de las artes esc¨¦nicas donde se hace m¨¢s evidente: la dependencia total, para subsistir, del dinero p¨²blico. "La Administraci¨®n se ha convertido en el ¨²nico empresario", afirma Jos¨¦ Luis Ortiz Nuevo. ?l sabe bien de lo que habla. Impulsor y director durante 15 a?os del festival de flamenco m¨¢s importante de la actualidad, la Bienal de Flamenco de Sevilla (dependiente del Ayuntamiento), ha sido tambi¨¦n director de un festival similar en M¨¢laga, ha gestionado la puesta en escena de numerosos espect¨¢culos flamencos y adem¨¢s es investigador.
"La Administraci¨®n se ha convertido en el ¨²nico empresario", dice un gestor
La dependencia total de lo p¨²blico es un problema de fondo y de modelo cultural
En Jap¨®n o EE UU las administraciones no han suplantado a los empresarios
"La gratuidad del flamenco es muy negativa. Desprecia la creaci¨®n"
"Es un problema m¨¢s de fondo, de modelo, en la cultura espa?ola", aclara. "En Jap¨®n o EE UU no ocurre. Yo he actuado en el teatro del sindicato de correos en Jap¨®n, por ejemplo. Quiz¨¢s en el flamenco se haya magnificado, pero es de toda la cultura espa?ola: todo lo que no es consumo puro y duro, todo lo que no es objeto de deseo de la masa, depende de lo p¨²blico". Cisco Casado, socio de Anegro Producciones, empresa de representaci¨®n de artistas como los bailaores Israel Galv¨¢n y Roc¨ªo Molina (y anteriormente del cantaor Miguel Poveda) asiente: "Desde los a?os 60 ha habido una suplantaci¨®n de los empresarios por las Administraciones. No solo ocurre en el flamenco, pero en ¨¦l se da m¨¢s este fen¨®meno".
Cuantificarlo es complicado. Nadie quiere arriesgarse a poner cifras al volumen de negocio que manejan las Administraciones P¨²blicas, pero muchos lo sit¨²an por encima del 90%. "Cuantificar el tejido empresarial del flamenco es muy complicado, porque est¨¢ basado sobre todo en artistas aut¨®nomos, no hay un ep¨ªgrafe espec¨ªfico donde ver las cifras", explica Mar¨ªa ?ngeles Carrasco, directora del Instituto Andaluz del Flamenco (dependiente de la Consejer¨ªa de Cultura). "En el fondo son microempresas que surgen a partir de los artistas, que van evolucionando. Las empresas son los propios artistas flamencos con una m¨ªnima infraestructura de producci¨®n", a?ade Juan Ruesga, arquitecto, escen¨®grafo y productor de espect¨¢culos.
La dependencia de lo p¨²blico arranca con la democracia, cuando los Ayuntamientos de Andaluc¨ªa deciden sacar el flamenco, reivindicado como parte de la identidad andaluza, de las fiestas privadas de los se?oritos, que pagaban arbitrariamente y por supuesto, sin pasar por Hacienda. Pero en el intento de la dignificaci¨®n del arte y el artista ven¨ªa la trampa: dispar¨® los precios que cobraban los m¨²sicos y bailaores por actuar y fulmin¨® la incipiente iniciativa privada, fundamentalmente de los tablaos, que dejaron de contratar a los grandes nombres y a ofrecer un producto de menor calidad destinado a un p¨²blico menos exigente, el turismo.
As¨ª ocurri¨® en el Tablao Cordob¨¦s, decano en Barcelona. "En los a?os 70 nuestro p¨²blico eran los gitanos, que ven¨ªan a ver a los grandes de la ¨¦poca y pagaban bien por ello: Chocolate, Farruco... Hoy es imposible contratar a Miguel Poveda, por ejemplo, porque no puedo pagar su cach¨¦. Y yo entonces contrat¨¦ a Camar¨®n de la Isla siendo ya una gran figura", explica su due?o, Luis Adame. "El dinero p¨²blico alter¨® por completo el mercado, barri¨® a los privados".
La dependencia se apuntal¨® con la creaci¨®n de la Agencia para el Desarrollo del Flamenco en 2005, ahora transformada en el Instituto Andaluz de Flamenco (IAF). Tambi¨¦n con la aprobaci¨®n del nuevo Estatuto de Autonom¨ªa, en cuyo articulado aparece expl¨ªcitamente: "Corresponde a la Comunidad Aut¨®noma la competencia exclusiva en materia de conocimiento, conservaci¨®n, investigaci¨®n, formaci¨®n, promoci¨®n y difusi¨®n del flamenco como elemento singular del patrimonio cultural andaluz" (punto 1 del Art¨ªculo 68).
Carrasco, actual directora del IAF, se defiende: la Junta no contrata directamente a los artistas (salvo en un ciclo que organiza durante el invierno), sino que subvenciona los festivales organizados, en m¨¢s de un 95%, por Ayuntamientos y Diputaciones. "Los fines del Instituto son la protecci¨®n, recuperaci¨®n y conservaci¨®n del patrimonio cultural del flamenco, junto a la promoci¨®n y difusi¨®n. No somos una agencia de contrataci¨®n", aclara.
Adem¨¢s del apoyo a los festivales, principal actividad esc¨¦nica, el IAF tambi¨¦n tiene una convocatoria para el montaje de producciones art¨ªsticas (fundamentalmente de danza) y ayudas a las giras. "Se siguen criterios como la trayectoria del artista, la creaci¨®n de empleo, igualdad de g¨¦nero y la adecuaci¨®n del presupuesto. Adem¨¢s, es obligatorio estar al corriente de los pagos con Hacienda y la Seguridad Social", algo que, seg¨²n explican diferentes fuentes del sector, no siempre ocurre, ni ocurr¨ªa en el pasado.
Con estas ayudas se complementan los cach¨¦s de los artistas. "Hacen falta, porque si no hay que cobrar muy caras las actuaciones y no te contrata nadie", explica Casado, de Anegro Producciones. "Si no llevas a un artista netamente comercial las ayudas son una fuente m¨¢s de ingresos, que te ayudan a hacer tu trabajo sin perder dinero".
Otro elemento dif¨ªcil de cambiar es la gratuidad de los espect¨¢culos. "Quiz¨¢s en el flamenco, por su origen, se ha fomentado que por el flamenco aut¨¦ntico no se pague: se disfruta", explica Ruesga. "Es demagogia pura y dura: la pol¨ªtica se maneja muchas veces por intereses electorales como este. La gratuidad es muy negativa, porque desprecia la creaci¨®n, la convierte en un objeto que se minusvalora", a?ade Ortiz Nuevo.
La soluci¨®n podr¨ªa pasar, opinan, por los locales intermedios, algo que obligar¨ªa a los artistas a cobrar una parte de sus honorarios de lo recaudado en taquilla. "En Andaluc¨ªa no hay puntos para disfrutar del flamenco de calidad como podr¨ªan ser los clubs de jazz de otros lugares. Ese punto de contacto directo entre el artista y el p¨²blico podr¨ªa ser la soluci¨®n contra la dependencia", cierra Ruesga.
Consulta todo el flamenco en el blog Por Bloguerias.
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