Reciclar a cambio de cinco c¨¦ntimos

Centenares de latas y botellas de pl¨¢stico de bebidas sobresalen de enormes bolsas de basura. Se amontonan en la Rambla del Raval de Barcelona. Ocho hombres no les quitan el ojo de encima mientras forman una fila india. El ¨²ltimo en llegar con dos sacos es Abdul Rahim, de 42 a?os. Los sostiene con guantes, para no mancharse las manos con restos de l¨ªquidos. "Llevo todo el d¨ªa rebuscando por las papeleras e incluso he ido a la playa, que est¨¢ llena de latas", dice. Calcula que a lo sumo, cuando introduzca uno a uno los envases en la furgoneta de Retorna Tour, le dar¨¢n 10 euros en efectivo. La iniciativa, que organiza la Asociaci¨®n Retorna, forma parte de una campa?a de sensibilizaci¨®n del reciclaje. Y la buena obra tiene premio: se abonan cinco c¨¦ntimos de euro por cada envase que depositen los ciudadanos.

El Sistema de Devoluci¨®n, Dep¨®sito y Retorno (SDDR) para envases de bebidas recorre diferentes ciudades espa?olas y en 43 d¨ªas de campa?a ha recogido 134.000 recipientes. El viernes, en el primer d¨ªa de retorno de latas y botellas de pl¨¢stico en Barcelona, que se llevar¨¢ a cabo hasta el 25 de septiembre, se reunieron 2.081.

La iniciativa quiere concienciar a las Administraciones para que obliguen a los usuarios a devolver los recipientes a los establecimientos donde los adquirieron, a la vieja usanza, antes de que el cambio de modelo de consumo provocara la casi extinci¨®n de los envases reutilizables y diera la bienvenida a los de usar y tirar. All¨¢ por los sesenta, el empresario americano David Reynolds se empe?¨® en promocionar el uso del aluminio y, en consecuencia, las latas. El ¨¦xito fue apabullante y medio siglo despu¨¦s el resultado se constata en los supermercados y los restaurantes de todo el mundo.

Los costes de producci¨®n permiten rebajar el precio de las empresas embotelladoras. Pero aunque se puedan reciclar, el 70% de los envases ligeros no acaban en el contenedor adecuado, el amarillo, seg¨²n la Asociaci¨®n Retorna.

Reynolds no previ¨® este fiasco, si bien no estaba en sus manos hacerlo, y las organizaciones defensoras del medio ambiente cambiaron de discurso. En su d¨ªa promovieron las latas frente a los envases de pl¨¢stico, pero ahora piden que se recicle. "Los usuarios pagan por el envase. Pierden dinero si no los devuelven", afirma Marta Beltran, portavoz de la Fundaci¨®n Prevenci¨®n de Residuos y Consumo, que participa en la campa?a.

El abanico de ciudadanos que participan en la iniciativa tiene dos caras. Los hay que van con los pocos envases que ten¨ªan por casa, por su inter¨¦s ecol¨®gico. La gran mayor¨ªa, en cambio, van por la recompensa de cinco c¨¦ntimos, pese a que tienen la posibilidad de donarlos al Banco de Alimentos. "El incentivo econ¨®mico es clave", explica Beltran. Aun as¨ª, se han topado con que los que acuden a retornar latas son personas sin recursos que necesitan un pu?ado de euros. Es el caso de Faiz Hassin. En dos horas, llena una gran bolsa como la de Rahim. Sus manos est¨¢n sucias y pegajosas. "No tengo trabajo, solo vivo de esto. ?Qu¨¦ me dar¨¢n?, ?cinco euros?", se pregunta resignado. Ante la situaci¨®n que vive, Hassin asegura que se siente "una basura humana". En alg¨²n punto de la cadena de consumo, los envases tambi¨¦n pasaron a ser residuos. Ahora, hay que encontrar una soluci¨®n.