Fundamentalistas del d¨¦ficit
Bajo la extrema presi¨®n de los mercados financieros y de Alemania, los pa¨ªses miembros de la eurozona se sienten obligados a introducir cl¨¢usulas sobre el equilibrio presupuestario en sus constituciones. El Gobierno alem¨¢n sostiene que las cl¨¢usulas constitucionales sobre el equilibrio presupuestario son necesarias para evitar futuras crisis de deuda gubernamental.
?Pero es una buena idea imponer una norma sobre el equilibrio presupuestario? En mi opini¨®n, no lo es. Primero, la norma se basa en un diagn¨®stico defectuoso de la crisis de la deuda gubernamental en la eurozona. Con la excepci¨®n de Grecia, el motivo por el que los pa¨ªses han ca¨ªdo en esta crisis tiene poco que ver con la mala gesti¨®n de las finanzas gubernamentales. Lo que se oculta tras los problemas de deuda en la eurozona es la acumulaci¨®n insostenible de deuda en los sectores privados de muchos pa¨ªses de la eurozona. Desde 1999 hasta 2007, cuando estall¨® la crisis financiera, las familias de la eurozona aumentaron su grado de endeudamiento desde alrededor del 50% del PIB hasta el 70%. El crecimiento de la deuda bancaria en la eurozona fue a¨²n m¨¢s espectacular, y lleg¨® a superar el 250% del PIB en 2007. Sorprendentemente, el ¨²nico sector que no experiment¨® un aumento de su nivel de deuda durante ese periodo fue el sector p¨²blico, que vio reducirse su deuda desde el 72% hasta el 68% del PIB. Irlanda y Espa?a, que hoy son dos de los pa¨ªses con los problemas m¨¢s graves de deuda gubernamental, experimentaron las reducciones m¨¢s dr¨¢sticas en sus proporciones de deuda gubernamental antes de la crisis. Tambi¨¦n son estos los pa¨ªses con mayor acumulaci¨®n de deuda privada.
Tras la crisis de 2008, la otra cara de la acumulaci¨®n de deuda privada en la eurozona desencaden¨® el famoso fen¨®meno de la din¨¢mica de deflaci¨®n de la deuda, lo que oblig¨® a los Gobiernos de los pa¨ªses de la eurozona a permitir que aumentasen sus niveles de deuda. Esto se consigui¨® a trav¨¦s de dos canales. El primero consist¨ªa en que el Gobierno realmente se hiciese cargo de la deuda privada (principalmente deuda bancaria). El segundo funcionaba por medio de los estabilizadores autom¨¢ticos puestos en marcha por la reducci¨®n de los ingresos del Gobierno provocada por la recesi¨®n. Como consecuencia, la relaci¨®n entre deuda gubernamental y PIB empez¨® a aumentar muy r¨¢pidamente despu¨¦s del estallido de la crisis financiera. Podr¨ªa decirse que este incremento era necesario para salvar grandes segmentos del sector privado.
Est¨¢ claro que este incremento de los niveles de la deuda p¨²blica tiene poco que ver con el despilfarro por parte del Gobierno, el cual debe controlarse imponiendo unas normas r¨ªgidas sobre el equilibrio presupuestario. Espa?a e Irlanda en realidad hicieron algo mejor que equilibrar el presupuesto; acumularon super¨¢vit. Pero ello no impidi¨® que estos pa¨ªses se viesen arrastrados hacia una crisis de deuda soberana. De modo que, aunque los pa¨ªses adopten normas sobre el equilibrio presupuestario, pueden volver a producirse crisis de deuda soberana en el futuro.
Esto nos conduce al segundo problema relacionado con las normas sobre los presupuestos equilibrados. Nadie quiere introducir una norma que diga que el presupuesto gubernamental debe ser equilibrado cada a?o, por motivos evidentes: una norma as¨ª conllevar¨ªa que, cuando se presente una recesi¨®n y el d¨¦ficit presupuestario aumente autom¨¢ticamente, el Gobierno se vea forzado a subir los impuestos y recortar el gasto de inmediato. Esto intensificar¨ªa la recesi¨®n y generar¨ªa una espiral econ¨®mica descendente. Ning¨²n Gobierno moderno, incluido el alem¨¢n, querr¨ªa que esto sucediese. Esa es la raz¨®n por la que la norma alemana sobre el equilibrio presupuestario est¨¢ formulada en funci¨®n del presupuesto "estructural". Este es el d¨¦ficit o super¨¢vit presupuestario del Gobierno que se obtiene tras eliminar el efecto del ciclo empresarial. Una norma sobre el presupuesto estructural como esa permite a los Gobiernos tener d¨¦ficit durante una recesi¨®n, siempre que se compense con super¨¢vits durante los periodos de auge econ¨®mico.
El problema de esta norma es que ser¨¢ muy dif¨ªcil ponerla en pr¨¢ctica. La raz¨®n es que la ciencia econ¨®mica no es lo bastante fiable para ser capaz de determinar cu¨¢les son los componentes estructurales y c¨ªclicos del presupuesto. Pregunten hoy a los economistas cu¨¢les son estos componentes estructurales y c¨ªclicos del d¨¦ficit presupuestario gubernamental, y probablemente obtendr¨¢n una respuesta muy diferente de cada uno de ellos. Esta falta de conocimientos fiables hace posible que los Gobiernos se inventen las cifras. Siempre encontrar¨¢n economistas reputados que respalden esas cifras.
El problema final de la norma sobre los presupuestos equilibrados es que se basa en una visi¨®n c¨ªnica de lo que realmente hacen los Gobiernos. La norma da por sentado que, a largo plazo, la relaci¨®n entre deuda y PIB tiende a cero. La raz¨®n es que, con una norma sobre presupuestos equilibrados, el Gobierno no puede emitir nueva deuda (sobre el ciclo empresarial). Como el PIB aumenta, la relaci¨®n entre deuda y PIB debe reducirse y, en ¨²ltima instancia, llegar a cero.
No hay ninguna base econ¨®mica s¨®lida que respalde una norma as¨ª. Los Gobiernos invierten en infraestructuras, capital humano, el medio ambiente y la ley y el orden. Todas estas inversiones aumentan la capacidad productiva de un pa¨ªs. No hay ning¨²n motivo para que a los Gobiernos se les proh¨ªba emitir deuda para financiar estas inversiones. De forma muy parecida al hecho de que no hay ning¨²n motivo para prohibir a las empresas que invierten productivamente que emitan deuda. De hecho, la teor¨ªa econ¨®mica nos dice que los Gobiernos que invierten productivamente deber¨ªan emitir deuda para financiar estas inversiones. Las inversiones productivas benefician a las generaciones presentes y futuras. Por tanto, es deseable repartir el coste de estas inversiones entre las generaciones presentes y futuras.
Lo que deber¨ªa evitarse es la deuda insostenible, no la deuda en s¨ª. B¨¦lgica, Italia y Grecia, por ejemplo, tienen unos niveles de deuda gubernamental insosteniblemente altos. Tendr¨¢n que reducir esos grados de endeudamiento considerablemente. Sin embargo, una vez que hayan alcanzado unos niveles sostenibles, no hay ninguna buena raz¨®n econ¨®mica para obligarles a dirigir sus relaciones entre deuda y PIB hacia el cero, como estipula la norma sobre el equilibrio presupuestario.
Las normas sobre el equilibrio presupuestario adoptan el punto de vista c¨ªnico de que toda la deuda gubernamental es mala. Esa visi¨®n coincide con la opini¨®n de que los Gobiernos simplemente malgastan el dinero y no contribuyen a la productividad de un pa¨ªs. Si uno adopta este punto de vista, entonces s¨ª, tiene sentido una norma sobre el equilibrio presupuestario. Esa visi¨®n, sin embargo, es la expresi¨®n de un fundamentalismo econ¨®mico que afirma que lo que hacen los Gobiernos es malo y lo que hacen los mercados es bueno.
Traducci¨®n de News Clips.
Paul de Grauwe es catedr¨¢tico de Econom¨ªa en la Universidad de Lovaina e investigador asociado del CEPS. ? CEPS 2011
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.