Discrepancias sobre el formato

A¨²n sobre la arena, Nadal recuerda que est¨¢ en C¨®rdoba por amor a la Davis, no porque crea en su formato, que muchos jugadores preferir¨ªan bianual; ni en las semanas que ocupa en el calendario, justo tras Wimbledon (cuartos) o el Abierto de EE UU (semifinales); ni en la voluntad de los dirigentes de la Federaci¨®n Internacional (ITF) para cambiar la cita: "Es muy dif¨ªcil jugar mal con este ambientazo que solo se puede vivir en la Davis. Es una pena que la Internacional no intente defenderla m¨¢s".

"Que diga eso es una sorpresa", le contesta Francesco Ricci Bitti, presidente de la ITF. "Admiro a Nadal, pero el concepto que maneja de una temporada agon¨ªstica es relativo. Es muy dura para ¨¦l, para Federer o Djokovic, que cada semana juegan una final, pero para el resto es aceptable", sigue. "?l ha jugado la Davis dos veces en los dos ¨²ltimos a?os. Cada una de esos cursos jug¨® 70 partidos ATP. No parece, entonces, que el problema est¨¦ en la Davis, sino en el circuito. Son unos razonamientos d¨¦biles", a?ade. "Nosotros ser¨ªamos felices escuchando una propuesta, no solo lamentaciones. ?Por qu¨¦ no disminuyen el n¨²mero de torneos obligatorios en la ATP, por ejemplo? El resto de lo que dicen lo respeto".

"La ATP intenta hacer cosas", razona Nadal. "Ha trabajado para que el calendario se reduzca (dos semanas en 2012). La ITF est¨¢ en una situaci¨®n muy c¨®moda. No se plantea ning¨²n cambio. Algo se har¨¢ mal cuando muchas veces los mejores no est¨¢n en la Davis. Yo soy un superprivilegiado por todo lo que tengo. No soy tan burro de pensar que merezco m¨¢s. Tenemos un circuito que la mayor¨ªa no tiene. Ahora bien, puede ser mejor".

En 2006, la mayor¨ªa de los top 20, Nadal incluido, siempre seg¨²n la ITF, solicit¨® un cambio en el calendario que inclu¨ªa colocar rondas de la Davis la semana siguiente a los grandes. "Y demostrando que escuchamos", dice Ricci Bitti, "lo hicimos". "Que uno de los que pidi¨® aquello diga ahora que no son buenas fechas es sorprendente. Tambi¨¦n, que no nos modernizamos. Hemos invertido un mill¨®n de d¨®lares en un sistema que mide la velocidad de la pista, para proteger a los equipos visitantes. Tambi¨¦n, en que se ponga el Ojo de Halc¨®n. Nuestra atenci¨®n a los jugadores es continua. Lo que no se puede aceptar es jugar la Davis cada dos a?os. Imposible".