Atentos a las nuevas oportunidades
La vuelta al trabajo, tras un verano lleno de alarmas econ¨®micas, hace que muchas personas se reincorporen a la rutina resignadas a reprender su vida en el mismo punto donde la dejaron. Esta inercia de lo cotidiano nos hace olvidar que cada ser humano tiene ante s¨ª un amplio abanico de caminos, aunque creamos encontrarnos en un carril de sentido ¨²nico.
Un c¨¦lebre poema de Robert Frost habla de un caminante que debe tomar una decisi¨®n: "En un bosque se bifurcaban dos senderos, y yo... Yo tom¨¦ el menos transitado. Esto marc¨® toda la diferencia." A la mayor¨ªa de las personas nos aguardan, no dos caminos, sino un mar de opciones. En el momento en que tomamos conciencia de ellas, la apat¨ªa y el conformismo dejan paso a la libertad de elegir lo que queremos ser y hacer, siempre dentro de nuestras posibilidades, que son muchas m¨¢s de las que suponemos.
"Nos sentimos tan agobiados por las obligaciones, que nos aferramos a lo que tenemos sin contemplar otras alternativas"
"Para poder ver las oportunidades hay que dejar de pensar en clave de limitaciones para hacerlo en clave de posibilidades"
Este art¨ªculo aborda la ciencia de las posibilidades. Para ello hablaremos de personas que supieron ver algo diferente tras el muro del cansancio y el determinismo. Empezaremos con el caso de dos escritores norteamericanos muy diferentes entre s¨ª: uno es el rey del best seller de consumo r¨¢pido; el otro, un firme candidato al Premio Nobel.
Pocos lectores saben que Dan Brown, antes de escribir novelas como El c¨®digo Da Vinci, era m¨²sico -grab¨® tres discos que pasaron desapercibidos- y profesor de idiomas en un instituto. Se hallaba de vacaciones con su esposa en un hotel de Tahit¨ª cuando observ¨® que alguien hab¨ªa olvidado un libro en una tumbona. Se trataba de The Doomsday conspiracy, de Sidney Sheldon. Por curiosidad ley¨® la primera p¨¢gina y, sin pretenderlo, se trag¨® aquel thriller de cabo a rabo. Cuando lo termin¨®, de repente pens¨® que le apetec¨ªa escribir una historia as¨ª.
Al regresar a casa empez¨® a redactar su primer libro sin imaginar que, en solo unos a?os, ser¨ªa el escritor m¨¢s rico del mundo. Nada de esto habr¨ªa sucedido si Brown no hubiera recogido esa novela que albergaba una nueva y excitante posibilidad.
En el otro extremo, el exquisito Don DeLillo tampoco se hab¨ªa propuesto ser novelista. Quien escribir¨ªa obras como Ruido de fondo o Americana proced¨ªa de una familia muy humilde, as¨ª que se emple¨® como guardia de seguridad en un parking para poder viajar. Obligado a matar las horas de alg¨²n modo, empez¨® a devorar los cl¨¢sicos de la narrativa norteamericana. Despu¨¦s de mucho leer decidi¨® que ten¨ªa que ser escritor, y se puso a la tarea. El aburrimiento del parking se convertir¨ªa en su gran oportunidad.
La vida de cada persona est¨¢ llena de oportunidades que pasamos por alto, a diferencia de los dos casos que acabamos de ver. Nos sentimos tan agobiados por nuestras obligaciones y miedos, que nos aferramos a lo que tenemos sin contemplar otras alternativas. Incluso en tiempos de profunda crisis como los actuales, las oportunidades bullen en la olla de lo cotidiano a la espera de ser descubiertas. Para poder verlas hay que dejar de pensar en clave de limitaciones para empezar a pensar en clave de posibilidades.
La escuela de la dificultad
"Hay que dejar el pesimismo para tiempos mejores, y el optimismo, para los peores" (Pere Casald¨¢liga)
Si revisamos las biograf¨ªas de los grandes inventores veremos que muchos de ellos no tuvieron una vida nada f¨¢cil. Tal vez fueron las mismas dificultades que padecieron lo que les hizo especialmente so?adores, empujados a imaginar una realidad mejor que la que hab¨ªan conocido.
Un caso muy significativo es el de Graham Bell, que en 1876 patentar¨ªa un aparato tan ins¨®lito como revolucionario: el tel¨¦fono. Su infancia estuvo marcada por la temprana sordera de su madre, para quien la familia invent¨® un lenguaje de signos. El inter¨¦s por la comunicaci¨®n hizo que Graham estudiara ac¨²stica y fuera un experto ventr¨ªlocuo, adem¨¢s de aprender a tocar solo el piano.
Sus dos hermanos ya hab¨ªan muerto de tuberculosis cuando Bell se centr¨® en la experimentaci¨®n con la electricidad para transmitir el sonido. Todos sabemos ad¨®nde condujeron sus esfuerzos, puesto que usamos diariamente el tel¨¦fono de una u otra manera. No obstante, en un primer momento fueron muchos los que dudaron de la utilidad del invento. Sin ir m¨¢s lejos, un ejecutivo de la Western Union lo calific¨® como "un aparato sin valor con el que nadie desear¨ªa comunicarse, pues ?qui¨¦n querr¨ªa hablar con alguien a qui¨¦n no ve¨ªa?".
Los cisnes negros
"El mundo est¨¢ lleno de melones por abrir llamados posibilidades" (George Elliot)
Al igual que el inventor del tel¨¦fono vio posibilidades en la transmisi¨®n del sonido, los emprendedores de la era digital se distinguen por ver oportunidades antes insospechadas. ?Qui¨¦n pod¨ªa imaginar que vender muebles desmontados -IKEA- o que un proyecto como Facebook iban a generar los miles de millones en que est¨¢n valoradas estas compa?¨ªas actualmente?
Seg¨²n Nassim Nicholas Taleb, profesor en Ciencias de la Incertidumbre de la Universidad de Massachusetts, es justamente porque nadie hab¨ªa pensado en estas posibilidades que han tenido ¨¦xito. Lo ins¨®lito e imprevisible alcanza la l¨ªnea de meta sin que otros competidores hayan llegado antes, como cuando a un farmac¨¦utico de Atlanta se le ocurri¨® preparar una bebida t¨®nica negruzca, dando nacimiento a la Coca-Cola.
Para Taleb, nos hemos acostumbrado a reducir la complejidad del mundo a aquello que damos como verdadero. No obstante, existen otras posibilidades m¨¢s all¨¢ de ese estrecho horizonte mental.
En su ensayo pone como ejemplo el descubrimiento en 1697 del cisne negro en Australia, cuando era una creencia extendida que los cisnes solo pod¨ªan ser blancos. Utilizando esta ave de forma aleg¨®rica, un "cisne negro" es un suceso que presenta tres caracter¨ªsticas: a) causa gran impacto, b) es dif¨ªcil de predecir y c) supera nuestras expectativas.
Algo que saben bien los expertos en posibilidades es que en la vida hay cosas que no salen a la primera. Esta fue la experiencia de Harrison Ford, que, despu¨¦s de iniciarse como actor en papeles peque?os y mal pagados, se vio obligado a abandonar el cine cuando tuvo un hijo para emplearse como carpintero en los estudios de la Universal. Mientras le daba al serrucho en medio de decorados conoci¨® a un joven George Lucas que estaba a punto de rodar su primera pel¨ªcula, American Graffiti, con un presupuesto modesto. La rueda de las posibilidades empez¨® a girar y, al enterarse de su anterior carrera como actor, Lucas le ofreci¨® el papel de Bob Falfa.
La pel¨ªcula no obtuvo una gran recaudaci¨®n y Harrison prosigui¨® con su trabajo de carpintero. Aun as¨ª, mantuvo su amistad con Lucas, que le pidi¨® que le ayudara con los castings de su nuevo proyecto: La guerra de las galaxias.
Encontraron buenos actores para todos los papeles excepto para Han Solo, un secundario que tampoco parec¨ªa tener gran relevancia en la historia. Quiz¨¢ por eso, finalmente, Lucas pregunt¨® al carpintero si se quer¨ªa poner ¨¦l al mando del Halc¨®n Milenario. Ninguno de los dos imagin¨® la posibilidad de que el personaje y el actor pronto se har¨ªan mundialmente famosos.
El arte de crear oportunidades
"No importa lo negras que parezcan o sean las cosas. Levanta la mirada y contempla las posibilidades. Siempre est¨¢n ah¨ª" (Norman Vicent Peale)
En su f¨¢bula La buena suerte, ?lex Rovira y Frenando Tr¨ªas de Bes resaltan que el ¨¦xito duradero no est¨¢ en el azar, que es inconstante y temporal, sino en la creaci¨®n de las propias oportunidades. Un relato tradicional zen cuenta que durante una batalla trascendental, un general japon¨¦s se decidi¨® a atacar. Aunque su ej¨¦rcito era superado en n¨²mero considerablemente, estaba totalmente seguro de que ganar¨ªan, pero sus hombres estaban llenos de dudas.
En el camino a la batalla se detuvieron en un santuario religioso. Despu¨¦s de rezar con sus hombres, el general sac¨® entonces una moneda y dijo:
-Ahora lanzar¨¦ esta moneda. Si es cara, ganaremos. Si es cruz, perderemos. El destino se revelar¨¢.
Lanz¨® la moneda al aire y sali¨® cara. Los soldados estaban tan rebosantes de confianza que atacaron vigorosamente al enemigo y salieron victoriosos.
Despu¨¦s de la batalla, un teniente le coment¨® al general:
-Nadie puede cambiar el destino.
-Absolutamente correcto -respondi¨® el general mientras mostraba al teniente la moneda, la cual ten¨ªa cara en ambos lados.
Para descubrir otros caminos posibles
1. Libros
- 'El cisne negro', de Nassim Nicholas Taleb (Paid¨®s).
- 'La buena suerte', de ?lex Rovira y Fernando Tr¨ªas de Bes (Empresa Activa).
- 'El libro de las posibilidades', de Albert Liebermann (Urano).
2. Pel¨ªculas
- 'Corre, Lola, corre', de Tom Tykwer (Walt Disney).
3. Discos
- 'Possibilities', de Herbie Hancock (Vector).
La 'f¨®rmula Disney'
"Todas las cosas nuevas en alg¨²n momento parecen imposibles ante los ojos de los incr¨¦dulos, pero los dem¨¢s no pueden decir qu¨¦ podemos o no podemos realizar, solo nosotros somos capaces de marcar nuestros l¨ªmites y metas. (...) No creo que haya ninguna cumbre que no pueda ser escalada por una persona que conozca el secreto para hacer realidad sus sue?os. Este secreto especial yo lo resumo en cuatro ces. Son la curiosidad, la confianza, el coraje y la constancia. De todos ellos, el m¨¢s importante es la confianza. Cuando creas en algo, cr¨¦elo sin dudar y sin cuestionarlo". Walt Disney
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