El esp¨ªritu de Sol revive entre chabolas
Indignados que participaron en el movimiento 15-M viven en el poblado de Puerta de Hierro, a cuyos habitantes ayudan a desescombrar y levantar casas
La Merche vio en un canal de televisi¨®n que una marea de gente, asqueada con el sistema, se hab¨ªa instalado en la Puerta del Sol. Haciendo zapping, la mujer tambi¨¦n vio c¨®mo hombres y mujeres que parec¨ªan saber mucho de todo aseveraban con desprecio que no eran m¨¢s que perroflautas que atentaban contra la convivencia. Pero a ella igualmente le conmovieron los ideales que animaban a estos j¨®venes a echarse a la calle en un movimiento que fue bautizado con la fecha en la que floreci¨®: 15-M.
Tras ver esto, la activista Mercedes Jim¨¦nez, conocida como La Merche, le pidi¨® a los habitantes del poblado chabolista de Puerta de Hierro, cuyas casas est¨¢n siendo derribadas poco a poco por el Ayuntamiento de Madrid, que se unieran al movimiento, que cogieran los b¨¢rtulos y se instalaran en Sol. Porque ella cre¨ªa que los mismos que oprimen a los indignados, los mismos que privan a la juventud de un futuro, son los que les oprimen a ellos y los que no dejan ni siquiera tener un presente a los chabolistas.
"Lo importante son ellos, nosotros solo una an¨¦cdota", dice un indignado
El Ayuntamiento replica que se asientan sobre un terreno protegido
La Merche lo pidi¨® pero fue en balde. Los gitanos cre¨ªan que iban a ser rechazados en la microciudad que se hab¨ªa levantado en pleno centro de la capital, en una acci¨®n de protesta que estaba siendo retransmitida en directo para todo el mundo. Ella no se rindi¨®. Se present¨® un d¨ªa en una de las asambleas, cont¨® el problema de los chabolistas (las ratas, los escombros, las piquetas), y al d¨ªa siguiente un grupo de indignados comprob¨® que lo que la mujer hab¨ªa dicho era verdad.
Dos meses despu¨¦s, en una de las salidas de la autov¨ªa Madrid-A Coru?a, al lado de un vivero, cuelga un cartel: "Puerta de Hierro 15-M". Los ideales de unos y las necesidades de otros se han fusionado. Una treintena de indignados (llegaron a ser 60), venidos a la capital desde todos los puntos de Espa?a en julio y desalojados del centro por la polic¨ªa, se ha instalado en este poblado chabolista para ayudar a las 53 familias que viven all¨ª. Estas se consideran propietarios leg¨ªtimos de los terrenos al llevar en ellos desde 1963, en contra de lo que opina el Ayuntamiento, que ha derribado buena parte del poblado y tiene proyectado tirarlo abajo por completo antes de que acabe el a?o. La convivencia entre unos y otros es muy buena. "Son gente maravillosa, nos alegramos de que hayan venido estos del 11-M... Digo del 15-M", se corrige justo en la puerta de su casita. Las paredes de las viviendas est¨¢n decoradas con fotos a tama?o real, en blanco y negro, de sus inquilinos, como si se dijese a los que manejan la excavadora que derriban muros donde vive gente con rostro y cuerpo.
El sistema perfectamente engrasado que hizo funcionar Sol parece trasladado a Puerta de Hierro. A mediod¨ªa, los miembros del 15-M hacen la comida en una cocina levantada entre casas derruidas. Con pal¨¦s construyen un lugar para pasar el invierno, una zona de duchas y otra de recreo para ni?os. Los j¨®venes instalados en tiendas de campa?a han ayudado con sus manos a desescombrar parcelas tras haber sido derribadas medio centenar de chabolas, una tarea que les ha llevado semanas, entre polvo y cascotes.
"Los importantes son ellos. La historia son ellos. Nosotros solo somos una an¨¦cdota", dice quit¨¢ndose importancia Norma, de 31 a?os. M¨¢s que activistas con algunas causas, parecen creyentes. "Les han tirado las casas, y donde antes viv¨ªa una familia ahora viven tres o cuatro en condiciones muy malas", contin¨²a la mujer, la enfermera del poblado. Realiza unas seis curas diarias por cortes o mordeduras. Campan a sus anchas ratas, perros y un cerdito. Norma deja la conversaci¨®n porque a una chica se le ha ca¨ªdo un armario en el pie y se le ha clavado la u?a. Apunta antes de atenderla: "No me voy a ir hasta que a esta gente se le reconozcan sus derechos y esto se convierta en un barrio en el que vivir".
El Ayuntamiento considera que estas familias, descendientes de los primeros habitantes en los a?os sesenta, ocupan sin autorizaci¨®n una zona verde singular del distrito Moncloa-Aravaca, limitada geogr¨¢ficamente por una depuradora. Los moradores se dedican a la venta y recogida de chatarra, seg¨²n un informe social, y todos los ni?os est¨¢n escolarizados. Hasta el momento han sido realojadas 13 familias en viviendas de alquiler, y se considera que otras 16 tendr¨¢n derecho a ello una vez que se derriben sus casas.
Precisamente esto es lo que intentan evitar Merche y los indignados, que consultando el catrastro y las leyes de propiedad pretenden que las familias se queden con el terreno. Una vez finiquitada esta lucha, que puede llevar a?os, ?ad¨®nde ir¨¢n los indignados, veintea?eros, que parecen embarcados en una empresa casi ut¨®pica desde mayo? "No lo s¨¦ y no tiene importancia. Lo que es seguro es que el movimiento perdurar¨¢ porque est¨¢ dentro de nosotros", reflexiona Paula, una valenciana de 27 a?os. Despu¨¦s se da la vuelta y se sienta en la mesa de una familia gitana que est¨¢ a punto de trinchar un pollo.
Desde 1961
- Los primeros moradores conforman el poblado de Puerta de Hierro en 1961, en unos terrenos que pertenec¨ªan antiguamente a una marquesa y que supuestamente don¨® a la matriarca del poblado, seg¨²n los abogados de los chabolistas.
- Se incluy¨® al poblado de Puerta de Hierro en el Programa de Erradicaci¨®n del Chabolismo, cuyo objetivo es desmantelar todos los n¨²cleos que existen en la ciudad antes de diciembre de 2011. Se considera un lugar de alto valor ecol¨®gico.
- Se han demolido 51 chabolas en el campamento, y ya han sido realojadas 13 familias en pisos de alquiler con una subvenci¨®n p¨²blica del 50%.
- En la actualidad quedan otras 16 construcciones pendientes de derribo por orden judicial. Tres de ellas son las de las familias censadas y a¨²n no realojadas, seg¨²n fuentes municipales, a las que hay que sumar 10 que est¨¢n a la espera de resoluci¨®n judicial.
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