El alcalde m¨¢s salvaje de Londres

Alexander Boris de Pfeffel Johnson, Al para la familia, Boris para el resto del mundo, es tan enigm¨¢tico y polifac¨¦tico que es dif¨ªcil decidir por d¨®nde empezar su retrato. ?Cu¨¢l es su rasgo m¨¢s destacado? Para unos, las dotes de Don Juan de un hombre sobrado de kilos que "no es guapo, pero es un Dios sexual, y las mujeres le adoran". Para otros, su sentido del humor y su rapidez mental, que le hicieron famoso en un sarc¨¢stico y popular concurso intelectual de la BBC.

A muchos, sin embargo, les llama sobre todo la atenci¨®n su siempre revuelta melena de color platino, sus trajes demasiado ajustados para su corpach¨®n y a menudo con lamparones o el frenetismo de su pedaleo cuando va en bicicleta. "Todo eso le hace m¨¢s cercano a la gente. Es el Boris divertido. Puede ser despiadado y ambicioso, pero nadie lo creer¨ªa vi¨¦ndole en su bicicleta. Todo eso son mensajes a trav¨¦s de una imagen creada", explica Sonia Purnell, que trabaj¨® a sus ¨®rdenes como corresponsal del Daily Telegraph en Bruselas en los primeros a?os noventa.

Una noche bruselense, Marina Wheeler, entonces futura segunda mujer de Boris, le pregunt¨® a Sonia qu¨¦ pensaba de ¨¦l. "Es una de las personas m¨¢s ambiciosas que he conocido en mi vida", le respondi¨®, para su sorpresa. Nadie lo hubiera dicho en aquellos tiempos. Purnell cree hoy m¨¢s que nunca que acert¨® plenamente en su descripci¨®n, despu¨¦s de las m¨¢s de 200 entrevistas que ha realizado para escribir Just Boris, una de las escas¨ªsimas biograf¨ªas del actual alcalde de Londres, que relata "la irresistible ascensi¨®n de una celebridad pol¨ªtica" y est¨¢ a punto de publicarse en Inglaterra.

Y es que Johnson es m¨¢s una celebridad que un pol¨ªtico. Todos le conocen, pero nadie sabe muy bien por qu¨¦ est¨¢ en pol¨ªtica. "Esa es la gran pregunta", admite Purnell. "No por ideolog¨ªa. No tiene una ideolog¨ªa particular. La gente cree que es un gran euroesc¨¦ptico, pero en realidad tiene mucha simpat¨ªa hacia la UE. No est¨¢ especialmente a la derecha ni a la izquierda. No tiene una ambici¨®n en particular y es incluso dif¨ªcil saber cu¨¢l es su visi¨®n de Londres", explica. "Creo que est¨¢ en pol¨ªtica por el poder y la gloria, porque es el mayor escenario en el que puede estar. Los peri¨®dicos no eran lo bastante grandes para ¨¦l. Y creo que estar¨¢ en pol¨ªtica mientras no llegue a la conclusi¨®n de que no tiene ninguna posibilidad de conseguir ser primer ministro", opina.

Boris Johnson quiz¨¢ desvel¨® ese nivel de ambici¨®n al refugiarse en los precedentes de Benjamin Disraeli y Winston Churchill para justificar su empe?o en no dejar el periodismo tras ser elegido diputado. Casualmente, los dos iban por libre en sus partidos y los dos acabaron en el 10 de Downing Street.

Una de las facetas m¨¢s llamativas de Boris son sus aventuras extramaritales, pero Sonia Purnell rechaza cualquier paralelismo con Dominique Strauss-Kahn. "Siempre ha existido el deseo mutuo entre los hombres con poder y las mujeres. Pero Boris no est¨¢ en ese mundo, en ese juego. El ideal de mujer de Boris es una mujer inteligente, con una buena educaci¨®n, con buena presencia, una mujer joven que realmente quiere estar con ¨¦l. En ese sentido es muy diferente de Strauss-Khan".

"No es un libro sobre la vida sexual de Boris, pero no puedes escribir sobre su vida sin hablar de sexo, y eso en parte explica c¨®mo es ¨¦l: un hombre que disfruta genuinamente de la compa?¨ªa de las mujeres m¨¢s que la de los hombres. Y sus mujeres no se vuelven contra ¨¦l como le ha ocurrido a Strauss-Kahn. Lo que le gusta es seducir. En realidad, es muy rom¨¢ntico", explica.

Pero detr¨¢s de ese romanticismo parece palpitar tambi¨¦n la doble personalidad de un hombre con tendencia al suicidio profesional y quiz¨¢ tambi¨¦n la melancol¨ªa. ?Es, quiz¨¢, una persona depresiva, un ciclot¨ªmico al menos? "Creo que hay un Al y hay un Boris. Boris es el hiperactivo y extravagante, y Al es la persona interior. De ni?o, por ejemplo, era muy callado y estudioso. Y a veces se retira en ese Al, y t¨² puedes estar con ¨¦l hablando sentados a una mesa trabajando y de repente ¨¦l es como si hubiera desaparecido. No f¨ªsicamente, pero es como si estuviera en otra parte". En Downing Street, quiz¨¢...