La familia de una ni?a que muri¨® tras una operaci¨®n de anginas denuncia negligencia
La peque?a, de cuatro a?os, falleci¨® en el Hospital Modelo de A Coru?a
El vac¨ªo de la p¨¦rdida de un hijo nunca se llena, pero el paliativo usual es la resignaci¨®n o, en muchos casos, culpabilizarse o buscar culpables. Ra¨²l Varela y Paula Puig consideran que a su hija Eva, de cuatro a?os, la mat¨® una negligencia m¨¦dica en el Hospital Modelo de A Coru?a, en abril del a?o pasado, y reclaman justicia, con toda la rabia y con todos los medios de los que disponen. El pasado mi¨¦rcoles, el juez que lleva el caso tuvo que mandar desalojar a un grupo de medio centenar de personas que se hab¨ªan concentrado en la sede de los juzgados coru?eses, con una pancarta y gritos contra los acusados. Y eso que lo que se celebraba no era la vista oral, sino la declaraci¨®n de los dos m¨¦dicos, los inicios de una instrucci¨®n que ni siquiera est¨¢ claro que vaya a acabar en una causa penal.
No fue compensado el bajo nivel de sodio se?alado por los an¨¢lisis
En la UCI, el m¨¦dico de guardia orden¨® por tel¨¦fono el tratamiento
De hecho, los querellados se limitaron a contestar a las preguntas del juez y de su abogado, pero se negaron a hacerlo con las de la acusaci¨®n particular, por consejo del defensor, Jos¨¦ Luis Guti¨¦rrez Aranguren, como denuncia de lo que considera "un juicio paralelo medi¨¢tico, e incluso una convocatoria en las redes sociales a algo semejante a un linchamiento". Pero Ra¨²l Varela, que no s¨®lo es el padre de Eva, sino uno de los tres abogados que ejercen la acusaci¨®n particular en nombre de la familia, lo tiene claro. "Que un grupo de amigos y familiares exteriorice su opini¨®n quiz¨¢ no sea habitual, pero s¨ª es normal si est¨¢n convencidos, como lo estoy yo, de que mataron a mi hija".
Aquella ma?ana del 29 de abril de 2010, la ni?a entr¨® en uno de los quir¨®fanos del Hospital Modelo, uno de los sanatorios privados con m¨¢s solera de la ciudad. Era para una extirpaci¨®n de am¨ªgdalas y vegetaciones, una intervenci¨®n de rutina, igual que los primeros s¨ªntomas posoperatorios, n¨¢useas y v¨®mitos. Pero por la tarde, lejos de remitir, se agravaron, y sobre las nueve, la ni?a convulsion¨®. Una anal¨ªtica revel¨® hiponatremia, niveles bajos de sodio, y el primer acusado, el pediatra J.G.Y-P
[Julio Gonz¨¢lez Yebra-Pimentel], orden¨® un tratamiento consistente en el suministro de ese elemento.
"Prescribi¨® una dosis muy inferior a la necesaria y para demasiado tiempo, 24 horas, cuando lo normal es suministrar m¨¢s y como mucho para dos o cuatro horas", seg¨²n la versi¨®n del padre y acusador, sustentada en informes periciales. "La atenci¨®n fue la correcta, seg¨²n la literatura m¨¦dica. Es una cuesti¨®n de equilibrio y de ajustar dosis. Cantidades elevadas de sodio pueden provocar da?os cerebrales", contrapone Guti¨¦rrez Aranguren.
El caso es que, durante la noche, Eva empeor¨®, y sobre las cinco de la ma?ana, entr¨® de nuevo en convulsi¨®n. A pesar de que la ni?a hab¨ªa sido trasladada a la UCI, por insistencia de la familia, en esa unidad no hab¨ªa ning¨²n m¨¦dico de guardia presencial. La enfermera telefone¨® al doctor, que le orden¨® mantener el tratamiento prescrito y suministrarle valium a la ni?a.
La ma?ana del d¨ªa 30, la pediatra que entraba de turno, la segunda acusada C.G.C
[Carmen Garc¨ªa Cabanas] orden¨® una nueva anal¨ªtica. "El nivel de sodio era todav¨ªa menor y, pese a ello, mantuvo el tratamiento anterior. Solo aument¨® la dosis cuando, a las 11.45, la ni?a sufri¨® una parada respiratoria. Por la tarde le descubrieron un edema cerebral", mantiene Ra¨²l Varela. "Nunca nos informaron de su estado real, solo generalidades como que estaba malita, y cuando insistimos en que la llevaran al Hospital Materno Infantil, ya por la noche, all¨ª nos dijeron que ya estaba en muerte cerebral".
En su declaraci¨®n ante el juez, el primer pediatra actuante asegur¨® que ¨¦l intervino horas despu¨¦s de la operaci¨®n, cuando la ni?a ya estaba enferma y con tratamiento, que ¨¦l mantuvo. La otra acusada sostiene que el cuadro de la ni?a era grave y con un alto ¨ªndice de mortalidad, y que no se logr¨® superar. "Yo entiendo a los padres, incluso que hayan malinterpretado la informaci¨®n que les dieron en el hospital, pero no el silencio que hay en la querella sobre la operaci¨®n y lo que pas¨® hasta que intervinieron mis defendidos", reflexiona ahora su letrado. Si la instrucci¨®n determina que hay motivos para un enjuiciamiento, las penas que solicitar¨¢n las acusaciones para los pediatras son cuatro a?os de c¨¢rcel y seis de inhabilitaci¨®n.
Hay un quinto abogado que interviene en el caso, el representante del Hospital Modelo (que ser¨ªa el responsable subsidiario en caso de condena), que se ha limitado a argumentar que los acusados no tienen contrato laboral con el centro sanitario, ¨²nicamente una relaci¨®n de arrendamiento de servicio.
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