Un emprendedor sin l¨ªmites
La vida de Steve Jobs fue, en gran medida, una met¨¢fora de la innovaci¨®n. Su historia personal, como su biograf¨ªa profesional, estuvo marcada por tres adjetivos que definen bien la actividad innovadora: incierta, vertiginosa y transformadora.
Pocos empresarios de nuestro tiempo personalizan de forma tan clara esas tres cualidades y representan, para millones de personas en todo el mundo, el potencial de la innovaci¨®n: la capacidad de reinventar todo un sector econ¨®mico, de hacerlo a gran velocidad y de abrir, por el camino, posibilidades inesperadas en mundos tan distintos como el ocio, las relaciones personales o la educaci¨®n.
Steve Jobs protagoniz¨® diversas aventuras empresariales, pero fue en Apple donde concibi¨® algunos de los productos por los que todos le recordaremos. Fue tambi¨¦n en Apple donde sufri¨® uno de sus mayores reveses profesionales, cuando el consejo de administraci¨®n le despidi¨® de la compa?¨ªa, en 1985.
Su vida fue una met¨¢fora de la innovaci¨®n: incierta, vertiginosa y transformadora
Como ¨¦l mismo reconoci¨® muchas veces, esa salida fortuita de la empresa constituy¨®, m¨¢s que un fracaso, la posibilidad de empezar de cero; la oportunidad de volver a sentir el v¨¦rtigo del emprendedor.
En esta actitud, como en tantas otras de su personalidad, descubrimos la esencia del innovador nato: del que piensa que los l¨ªmites no est¨¢n en lo que otros dicen que es posible, sino en lo que uno es capaz de imaginar; del que conf¨ªa en que lo mejor est¨¢ siempre por llegar.
La muerte de Steve Jobs ha generado estos ¨²ltimos d¨ªas una cascada de reacciones de afecto y admiraci¨®n en todo el mundo, comenzando por su pa¨ªs.
El reconocimiento p¨²blico a su figura dice mucho de las actitudes de la sociedad de Estados Unidos hacia la clave del ¨¦xito de Jobs: su apuesta constate por la innovaci¨®n. Es muy probable que el presidente Obama pensara en personas como ¨¦l cuando, en su ¨²ltimo discurso del Estado de la Uni¨®n, dijo: "La innovaci¨®n no solo es algo que nos cambia la vida; es lo que hacemos para ganarnos la vida".
Steve Jobs representa, sin duda, uno de los mejores ejemplos contempor¨¢neos de esa "¨¦tica del pionero" tan propia de los emprendedores estadounidenses. De ese modo de ganarse la vida creyendo que con ideas y esfuerzo es posible salir adelante, con el convencimiento de que es necesario arriesgar para triunfar y la confianza en que la sociedad sabr¨¢ reconocer los ¨¦xitos y tolerar los fracasos.
Todos los que trabajamos para hacer de Espa?a un pa¨ªs m¨¢s innovador admiramos esa actitud, porque sabemos que detr¨¢s de la fascinaci¨®n por los h¨¦roes de la innovaci¨®n se esconden otros valores m¨¢s importantes: el amor por el trabajo bien hecho, el esp¨ªritu competitivo y la capacidad de cooperar para compartir riesgos; en otras palabras, el respeto profundo a miles de emprendedores menos conocidos que Jobs, pero igualmente imprescindibles.
En un conocido discurso ante los estudiantes de la Universidad de Stanford, muy recordado estos d¨ªas, Jobs dijo: "La muerte es, muy probablemente, el mejor invento de la vida; el factor de cambio de la vida. Elimina lo viejo para dejar paso a lo nuevo".
Quiero quedarme con estas palabras tan optimistas de este innovador incasable. Porque quiero pensar en los j¨®venes emprendedores espa?oles que tanto le han admirado y que quiz¨¢ hoy encuentren m¨¢s razones para perseguir sus sue?os con la convicci¨®n y la energ¨ªa que Steve Jobs derroch¨® durante toda su vida.
Cristina Garmendia Mendiz¨¢bal es ministra de Ciencia e Innovaci¨®n.
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