La c¨¢mara pornogr¨¢fica
Un instrumento para denunciar injusticias ocultas o para servir al 'voyeurismo' m¨¢s descarnado. Una exposici¨®n explora el uso de la fotograf¨ªa como medio para traspasar los l¨ªmites de la intimidad
El ser humano expuesto a la miseria, que practica sexo o sufre violencia. Habr¨ªa que apartar los ojos ante tales im¨¢genes y, sin embargo, ejercen la atracci¨®n de lo prohibido, el tab¨². Mirarlas es participar de una transgresi¨®n cometida en primer lugar por el fot¨®grafo, una intromisi¨®n en la intimidad que ha permitido el uso de la c¨¢mara fotogr¨¢fica desde sus inicios. La Fundaci¨®n Canal explora en esta finalidad de la fotograf¨ªa en la exposici¨®n Observados. Voyeurismo y vigilancia a trav¨¦s de la c¨¢mara desde 1870.
La muestra re¨²ne 170 fotograf¨ªas y piezas audiovisuales agrupadas en cinco bloques tem¨¢ticos: el fot¨®grafo inadvertido; vigilancia; voyeurismo y deseo; testigos de la violencia; y celebridades y la mirada p¨²blica. La exposici¨®n se mostr¨® por primera vez en la Tate Modern en 2010 y posteriormente ha viajado al San Francisco Museum of Modern Art (SFMOMA) -organizador de la iniciativa junto con la Tate Modern- y al Walker Art Center de Minneapolis. Jos¨¦ Mar¨ªa D¨ªaz-Maroto, experto en fotograf¨ªa y colaborador en el montaje de la exposici¨®n realizado en Madrid, destaca dos razones que la hacen, dice, "imprescindible": "Los temas son de completa actualidad y re¨²ne piezas hist¨®ricas de fot¨®grafos como Walker Evans, Dorothea Lange, Robert Frank, Brassa? o Henri Cartier-Bresson".
La reflexi¨®n acerca de los l¨ªmites de la intimidad que plantea la muestra es m¨¢s pertinente que nunca. "No podemos culpar a la c¨¢mara por lo que nos ha hecho", escribe en el cat¨¢logo de la exposici¨®n Sandra S. Phillips, conservadora de fotograf¨ªa del SFMOMA y comisaria de la muestra junto con su colega de la Tate Modern, Simon Baker. Los viejos de la historia b¨ªblica que se escond¨ªan para espiar a Susana mientras esta se ba?aba habr¨ªan utilizado hoy en d¨ªa Google Earth para localizarla en su jard¨ªn: "El hambre humana por ver lo prohibido no ha cambiado. Las tecnolog¨ªas para hacerlo posible, s¨ª", afirma Phillips.
Desde que aparecieron los primeros prototipos de Leica de 35 mil¨ªmetros hasta la sobreexplotaci¨®n actual del mundo de los famosos, la fotograf¨ªa ha sido testigo de la vida humana con variado grado de impudor. Evans, Frank, Lange, Helen Levitt o Garry Winogrand abandonaron el estudio y salieron a la calle para retratar el paisaje humano que se les ofrec¨ªa. Gracias a ellos nos ha llegado el rostro de la Gran Depresi¨®n -el trabajo de Evans y Lange para la Farm Security Administration-, la tragedia del trabajo infantil -Lewis Hine- o la pobreza de las calles de Manhattan que captur¨® Jacob Riis. Pero la c¨¢mara tambi¨¦n se ha puesto al servicio del voyeurismo m¨¢s descarnado en el trabajo de fot¨®grafos como Merry Alpern, que capt¨® desde el apartamento de un amigo im¨¢genes comprometedoras de relevantes personajes de la escena financiera neoyorquina que visitaban un club de alterne muy conocido en Wall Street. Susan Meiselas tambi¨¦n fotografi¨® pr¨¢cticas sadomasoquistas en un club de Manhattan y se han hecho c¨¦lebres las im¨¢genes de intercambios sexuales en el parque de Ueno de Tokio documentadas por Kohei Yoshiyuki.
En las ¨²ltimas tres d¨¦cadas -con mayor acento en la m¨¢s reciente- la proliferaci¨®n de dispositivos de vigilancia se ha convertido en un tema que ha inspirado no pocos proyectos art¨ªsticos, como el de Shizuka Yokomizo, que fotograf¨ªa a sus sujetos, con su consentimiento, pero sin que estos sepan el momento exacto en el que la imagen va a ser tomada.
Pero quiz¨¢s el car¨¢cter m¨¢s intromisivo -tambi¨¦n acaso escandaloso- es el del fot¨®grafo como testigo de la violencia. Desde las primeras fotograf¨ªas de guerra de la historia, realizadas en la guerra de Crimea en 1855, las c¨¢maras han insertado en los hogares de todo el mundo ni?os jugando con armas, cad¨¢veres destrozados, ejecuciones en directo, beb¨¦s muertos de hambre en brazos de sus madres. Barbarie, horror y sufrimiento que, contemplados desde la comodidad, se tornan en im¨¢genes imp¨²dicas.
La exposici¨®n tambi¨¦n hace referencia al aspecto m¨¢s l¨²dico del voyeurismo fotogr¨¢fico, la caza del famoso, que desde los a?os cincuenta del pasado siglo y hasta la actualidad se ha convertido en fen¨®meno sociol¨®gico.
Observados. Voyeurismo y vigilancia a trav¨¦s de la c¨¢mara desde 1870. Exposici¨®n de fotograf¨ªa. Fundaci¨®n Canal. Mateo Inurria, 2. Hasta el 8 de enero de 2012. Entrada gratuita.
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