El relativismo auton¨®mico de Rajoy
El l¨ªder del PP ha adaptado su discurso a cada momento: desde el pacto con los nacionalistas a la batalla contra el Estatuto y ahora al acercamiento a CiU y PNV
"Espa?a es una naci¨®n plural y diversa, de ciudadanos libres e iguales, con los mismos derechos en todo el territorio". Ese es el principio b¨¢sico que Mariano Rajoy enuncia sobre pol¨ªtica territorial en su libro En confianza. Pero sobre esa base, la pol¨ªtica territorial del PP de Rajoy ha seguido un camino sinuoso, adaptado a las circunstancias y, sobre todo, a las mayor¨ªas parlamentarias.
As¨ª, el 11 de junio de 1996 formul¨® como ministro de Administraciones P¨²blicas en la Comisi¨®n correspondiente del Congreso sus principios: utilizar el art¨ªculo 150.2 de la Constituci¨®n que permite transferir competencias a las comunidades todas las veces que sean necesarias "en todos aquellos temas que supongan un cumplimiento de los acuerdos a los cuales hemos llegado con nuestros coaligados". Se refer¨ªa a los pactos alcanzados con CiU y PNV en la primera legislatura de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, obligados por una precaria mayor¨ªa parlamentaria. Su oponente en ese debate era Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, entonces portavoz de Administraciones P¨²blicas del PSOE en la oposici¨®n y Rajoy hac¨ªa un canto a la descentralizaci¨®n.
En esa ¨¦poca, como ministro responsable de esos asuntos, Rajoy firm¨® multitud de acuerdos de transferencias de competencias al Pa¨ªs Vasco y Catalu?a, y el pacto en el Congreso con ambos partidos nacionalistas permiti¨® que Aznar agotara la legislatura. Eran los a?os en los que Aznar hablaba catal¨¢n en la intimidad y Xavier Arzalluz (presidente entonces del PNV) comparec¨ªa ante la prensa en la sede del PP.
Su siguiente etapa pol¨ªtica fue la de la segunda legislatura de Aznar, la de la mayor¨ªa absoluta, en la que Rajoy fue vicepresidente y ministro del Interior. En esa etapa y sin necesidad de acuerdos parlamentarios, las relaciones con los partidos nacionalistas pasaron del pacto a la confrontaci¨®n. Por el plan Ibarretxe, por intentos de aprobar leyes, como la de Cooperaci¨®n, rechazadas por los nacionalistas y por medidas adoptadas en sentido contrario a la centrifugaci¨®n del Estado de la legislatura anterior. De esa gesti¨®n vino, por ejemplo, el ascenso electoral sin precedentes de opciones independentistas como ERC en Catalu?a. En esa legislatura aument¨® notablemente la conflictividad entre el Estado y las comunidades y, por ejemplo, en 2003 hubo 68 recursos del Gobierno del PP contra normas de las comunidades, frente a solo nueve del a?o 1999, cuando no ten¨ªa mayor¨ªa absoluta y manten¨ªa el pacto con los nacionalistas. Por supuesto, el PP en esas legislaturas ni se plante¨® reformas de la Constituci¨®n.
Tras la derrota de 2004, Rajoy transit¨® en su primera legislatura en la oposici¨®n sinti¨¦ndose c¨®modo completamente solo en el Congreso, muy alejado de los nacionalistas. Se opuso a las cuatro reformas limitadas de la Constituci¨®n que propon¨ªa Zapatero (nombres de las comunidades, menci¨®n a Europa, cambio del Senado y sucesi¨®n de la Corona) y centr¨® su acci¨®n pol¨ªtica en combatir la reforma de los estatutos, especialmente, del de Catalu?a.
En esa etapa, Rajoy se agarr¨® a la bandera del "Espa?a se rompe" e inici¨® una campa?a de recogida de firmas, que fue tachada de "catalanofobia" por los nacionalistas. Esa posici¨®n de Rajoy se plasm¨® en un recurso ante el Tribunal Constitucional contra casi todo el texto aprobado en refer¨¦ndum en Catalu?a. Al tiempo, permiti¨® que Javier Arenas cerrara un acuerdo en Andaluc¨ªa para aprobar un Estatuto con un centenar de preceptos id¨¦nticos a los recurridos en el de Catalu?a.
Tras la segunda derrota en 2008, Rajoy inici¨® una nueva etapa, destejiendo parte de lo tejido antes. As¨ª, se volc¨® en Catalu?a para recuperar el terreno perdido por su campa?a contra el Estatuto y acaba la legislatura tras haber permitido que gobierne CiU en esa comunidad, a la que m¨¢s tiempo y viajes ha dedicado. Sus cambios de humor auton¨®mico se reflejan en las sucesivas sustituciones de l¨ªderes en Catalu?a: desde el radical Alejo Vidal Quadras, a la moderada Alicia S¨¢nchez Camacho, pasando por el catalanista Josep Piqu¨¦, entre otros,
Ahora, Rajoy tendr¨¢ el mayor poder territorial que haya tenido nunca ning¨²n partido en Espa?a. Sus propuestas, sin previsi¨®n de pactos con los nacionalistas pero con relaciones restablecidas con CiU y PNV, se basan en considerar que se ha cerrado el reparto de competencias, que es preciso hacer un cat¨¢logo de servicios p¨²blicos b¨¢sicos y una ley de unidad de mercado. En diciembre de 2008 habl¨® de 14 retoques de la Constituci¨®n en ese sentido, pero ahora no ha vuelto a repetir esa idea. Se trataba de establecer una lista de competencias estatales "exclusivas e intransferibles", de asegurar la unidad del Estado y dejar clara la preponderancia de las leyes estatales en lo que consideran ¨¢reas de pol¨ªtica nacional.
Mariano Rajoy se opone tambi¨¦n a suprimir las Diputaciones provinciales.
Las pistas del l¨ªder
- Proyecto de Estatuto: "Este Estatuto debilita al Estado hasta extremos de consunci¨®n y le impide velar por los intereses del conjunto".
- Sentencia del TC: "Hay que mirar al futuro y encargarse de los problemas de los ciudadanos".
- Traspasos: "El proceso de traspaso de competencias est¨¢ pr¨¢cticamente culminado".
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