El bromista y la hormiguita
?Qui¨¦n nos lo iba a decir? Nada en la austera biograf¨ªa de don Gregorio Peces-Barba Mart¨ªnez -nada, desde su nacimiento en enero de 1938, en el Madrid asediado por los fascistas- daba pie a sospecharlo. Ni su s¨®lida y brillante formaci¨®n jur¨ªdica, ni su papel como impulsor de los benem¨¦ritos Cuadernos para el Di¨¢logo (han le¨ªdo bien, no de La Codorniz), ni su condici¨®n de catedr¨¢tico de filosof¨ªa del Derecho y miembro de la Real Academia de Ciencias Morales y Pol¨ªticas, que no es precisamente una comparsa de Carnaval...
Mas he aqu¨ª que el otro d¨ªa, en C¨¢diz -?ser¨ªa el genius loci?-, durante el X Congreso Nacional de la Abogac¨ªa, le sali¨® de repente la vena festiva y jacarandosa, y se puso a jugar a la ucron¨ªa acerca de los posibles desenlaces de la crisis peninsular de 1640, a bromear sobre la necesidad o no de bombardear de nuevo Barcelona. A jugar -conviene subrayarlo- desde una concepci¨®n posesiva, patrimonial de Espa?a ("...si nos quedamos con los portugueses", "si dejamos a los catalanes...") digna de Felipe IV, pero inconcebible en el discurso p¨²blico de un dem¨®crata del siglo XXI.
En definitiva, la soberan¨ªa sigue siendo 'nuestra', de ese 'nosotros' inmanente que reside en Madrid
A las pocas horas, y ante la tormenta que crec¨ªa, el pr¨®cer socialista trat¨® de dar explicaciones, solo para hundirse todav¨ªa m¨¢s en el fango hist¨®rico y moral. Sobre todo cuando, a preguntas de un periodista, dijo que se pod¨ªa ironizar sobre los bombardeos de Barcelona, pero no sobre los cr¨ªmenes de ETA o el bombardeo de Gernika, porque "son cosas muy diferentes". ?Diferentes? ?Acaso los entre 126 y 300 muertos causados por la Legi¨®n C¨®ndor en la villa foral, los 800 asesinados por la vesania etarra eran de verdad y, en cambio, las casi 2.500 v¨ªctimas mortales solo de los bombardeos sobre Barcelona en 1937-1939 eran de juguete? Que un distinguido acad¨¦mico y presunto padre de la Constituci¨®n exhiba tal ignorancia sobre el pasado com¨²n, tal desprecio hacia los civiles barceloneses masacrados por orden de Franco y Mussolini, es seguramente lo m¨¢s triste de este desgraciado episodio.
Entretanto, sali¨® a escena Rosa D¨ªez Gonz¨¢lez, la l¨ªder de Uni¨®n Progreso y Democracia. Y en su papel de ama de casa pizpireta, hacendosa y resolutiva expuso cu¨¢l ser¨¢ el n¨²cleo del programa electoral de UPyD para el pr¨®ximo 20-N: ahorrar 40.000 millones de euros en el gasto de las Administraciones p¨²blicas. ?C¨®mo?, se preguntar¨¢n ustedes. ?Acaso suprimiendo ministerios ya vac¨ªos de competencias (Cultura, Sanidad, Educaci¨®n), cerrando embajadas superfluas -embajadas de las de verdad, del Reino de Espa?a, quiero decir-, recortando dr¨¢sticamente gastos militares, abandonando las costosas misiones de paz en el exterior...?
Pues no, todo lo contrario. El partido de la se?ora D¨ªez concibe ese ahorro gracias a la supresi¨®n de las diputaciones provinciales, a la fusi¨®n de peque?os municipios y, sobre todo, a una reorganizaci¨®n competencial de tal forma que las comunidades aut¨®nomas devuelvan al Estado la gesti¨®n de la educaci¨®n, la sanidad, la justicia y el medio ambiente. O sea, lo que UPyD propone es sustituir las actuales diputaciones provinciales por unas diputaciones regionales que, bajo el pomposo nombre de comunidades aut¨®nomas, no ser¨ªan m¨¢s que instrumentos de gesti¨®n administrativa, sin atisbo de poder pol¨ªtico, de un "Estado federal fuerte" (federal a la venezolana, supongo). Todo ello -y as¨ª volvemos a Peces-Barba- desde una mentalidad propia de los arbitristas castellanos del siglo XVII, o de los d¨¦spotas ilustrados del XVIII: durante la transici¨®n os lo cedimos, ahora nos lo devolv¨¦is, porque, en definitiva, la soberan¨ªa sigue siendo nuestra, de ese nosotros inmanente que reside en Madrid.
El catedr¨¢tico Peces-Barba ya ha advertido de que el problema con sus palabras en C¨¢diz es que "los catalanes somos demasiado susceptibles a las bromas". La diputada D¨ªez ha manifestado en otras ocasiones que quien se molesta con sus tesis es que padece de "intolerancia" y "complejo de inferioridad". No, don Gregorio y do?a Rosa: ni susceptibles, ni acomplejados. Se trata sencillamente de hartazgo.
Joan B. Culla i Clar¨¤ es historiador
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