Cr¨ªticas justas e injustas
La liturgia de los Presupuestos es conocida. El ministro, consejero o concejal de turno presenta un documento que siempre cuenta con las mismas caracter¨ªsticas: equilibrado, justo, ambicioso, coherente... el mejor posible. Y la oposici¨®n recurre siempre a los ep¨ªtetos inversos: insolidario, continuista, incoherente, falto de ambici¨®n... nada se salva. El manique¨ªsmo presupuestario es el padre de todos los manique¨ªsmos parlamentarios.
Como no pod¨ªa ser de otro modo, la realidad es m¨¢s compleja y gris¨¢cea. Es imposible que no haya nada salvable ni nada mejorable. Probablemente los responsables pol¨ªticos ganasen credibilidad si fuesen m¨¢s razonables en sus loas y cr¨ªticas. Me temo, no obstante, que es una batalla perdida, que los partidos est¨¢n atrapados por la escenograf¨ªa de la confrontaci¨®n total, y que los ciudadanos con inter¨¦s en saber realmente lo que hay, deben acudir a otras fuentes m¨¢s moderadas en sus an¨¢lisis.
Cuesta ver qu¨¦ quiere hacer la Xunta m¨¢s all¨¢ de cuadrar n¨²meros. Una crisis de gobierno ayudar¨ªa
Centr¨¢ndonos ya en el caso de los Presupuestos de la Xunta, lo primero a constatar es que no suelen contener errores t¨¦cnicos muy significativos. Afortunadamente, al frente del departamento de Presupuestos contamos en Galicia con personal solvente y funcionarios que conocen bien su trabajo y que hacen un esfuerzo sobrehumano para cumplir con los plazos, incluyendo noches sin dormir. Estar¨ªa bien que organizasen excursiones guiadas a San Caetano para que algunos cr¨ªticos reconsiderasen su opini¨®n sobre la funci¨®n p¨²blica. El equipo de Presupuestos actual no es una excepci¨®n a esta regla. Por tanto, descartemos que por aqu¨ª tengamos un problema.
Un segundo frente de cr¨ªticas a los Presupuestos es la que responde al modelo tabernario. Se trata en este caso de coger cualquier cifra o dato que resulte chocante y aparentemente negativo para zurrar sin contemplaciones, sin perder el tiempo en an¨¢lisis rigurosos. La ventaja de esto es que puede hacerlo cualquiera. Basta con tener buena voz y micr¨®fono delante. No es necesario estudiar mucho. Por eso es el recurso preferido de quienes con 500 palabras tienen bastante para dar cuenta de cualquier proceso econ¨®mico o pol¨ªtico, por muy complejo que sea. En el debate sobre los Presupuestos de la Xunta para 2012 el aspecto que est¨¢ generando m¨¢s cr¨ªticas tabernarias es el del endeudamiento. Utilizar el endeudamiento bruto en vez del neto para incrementar la alarma, es como considerar que las subrogaciones simples de hipotecas que hacen las familias con bancos y cajas es endeudamiento adicional. Acusar al Gobierno de Feij¨®o de manirroto y decir que la austeridad es un camelo porque la deuda est¨¢ aumentando de forma notable, es desconocer lo que est¨¢ ocurriendo con la financiaci¨®n auton¨®mica en Espa?a y la posici¨®n relativa de Galicia en el mapa auton¨®mico. La realidad es que la deuda expl¨ªcita e impl¨ªcita est¨¢ aumentando mucho menos aqu¨ª, que d¨¦ficit y deuda de la comunidad gallega evolucionan al ritmo pactado en el Consejo de Pol¨ªtica Fiscal y Financiera y que, si no fuese porque la deuda est¨¢ aumentando, los recortes de gasto aun ser¨ªan superiores.
En tercer lugar, aparece el espacio para las cr¨ªticas leg¨ªtimas. Un espacio que en nuestro caso es enorme, porque los Presupuestos de la Xunta contienen mucho de ideolog¨ªa con la que PSOE y BNG no deber¨ªan coincidir. No ser¨ªa necesario recortar el gasto si se actuase por el frente de los ingresos, como le gustar¨ªa a buena parte de la ciudadan¨ªa, seg¨²n dicen las encuestas. La oposici¨®n deber¨ªa contar con un documento riguroso en el que se simulasen diversas opciones de subidas de impuestos, para saber cu¨¢nto m¨¢s se podr¨ªa ingresar haciendo uso del autogobierno y sus efectos sobre la eficiencia y la equidad. No es razonable que la ley de gasto obligue a utilizar los ingresos que se obtengan por encima de lo previsto (algo bastante probable, dado el bajo nivel de ingresos presupuestado) a reducir el d¨¦ficit y no a aumentar el gasto. Asumir la responsabilidad fiscal no conlleva, ni mucho menos, elevar el equilibrio presupuestario a dogma y objetivo prioritario para la acci¨®n p¨²blica. Disponer de recursos muy limitados no deber¨ªa ser impedimento para presentar nuevos proyectos de coste reducido, pero iluminadores de una estrategia de pol¨ªtica econ¨®mica y social que priorice objetivos y recompense esfuerzos y resultados.
A mi juicio, es injusto negarle a la Xunta actual sus logros en el terreno de la austeridad y responsabilidad fiscal. Lo malo es que cuesta ver qu¨¦ se quiere hacer, m¨¢s all¨¢ de cuadrar los n¨²meros. A este ritmo, el balance de legislatura va a quedarse muy lejos de las expectativas que levant¨® el presidente en su d¨ªa. Quiz¨¢ una crisis de gobierno ayudar¨ªa.
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