L¨®pez se ofrece a Urkullu

Hab¨ªan transcurrido 38 minutos desde que Patxi L¨®pez e I?igo Urkullu iniciaran su reuni¨®n el 24 de octubre, en Vitoria. Apenas hab¨ªan transcurrido cuatro d¨ªas desde que ETA comunicara el cese de su acci¨®n terrorista. En ese momento de la entrevista, el lehendakari espet¨® al presidente del PNV: "Te propongo un pacto institucional de fondo".

El dirigente nacionalista ni se inmut¨®, perplejo ante la profundidad pol¨ªtica que le hab¨ªa concedido a tal ofrecimiento. En realidad, aquel encuentro, en la planta noble de Lehendakaritza, entre dos pol¨ªticos tan distintos que se profesan mutua desconfianza porque no les une qu¨ªmica personal alguna, pretend¨ªa, al menos, desbrozar qu¨¦ se pod¨ªa hacer ante el nuevo escenario de paz en el que se ha instalado ya el Pa¨ªs Vasco.

"?Y esto lo sabe el PP?", dijo Urkullu. L¨®pez inform¨® luego a Basagoiti

"?Qu¨¦ te parece si le digo a Ares que empiece a hablar con los partidos?"

"Pero, ?y esto ya lo sabe el PP?", le inquiri¨® intencionadamente Urkullu, en la creencia de que parec¨ªa asistir, eso s¨ª at¨®nito, a un presumible cambio de socio en el Gobierno vasco. L¨®pez no le contest¨®, seg¨²n aseguran fuentes del PNV, pero Antonio Basagoiti, presidente de los populares vascos, s¨ª fue informado horas despu¨¦s por el propio lehendakari del contenido de esta conversaci¨®n, seg¨²n ha podido saber EL PA?S.

Y es aqu¨ª donde se enreda la madeja. En el seno del EBB, el m¨¢ximo ¨®rgano de direcci¨®n del PNV, al que Urkullu traslad¨® el contenido del encuentro, se sostiene que L¨®pez plante¨® abiertamente este acuerdo institucional "de fondo" para el resto de la actual legislatura. Desde el Gobierno vasco, muy irritados por la divulgaci¨®n de estas interioridades, rebajan la propuesta a cuestiones como "la ley de cajas, la ley municipal, el pacto fiscal o las prestaciones sociales", y subrayan que "nunca se ha pensado en un cambio de socio pol¨ªtico". Por encima de qui¨¦n diga la verdad, las dos partes coincidieron en ocultar este ofrecimiento al valorar el contenido de su reuni¨®n.

El encuentro, de 58 minutos, se inici¨® con un primer an¨¢lisis sobre la posibilidad de una convocatoria conjunta de todos los partidos para que los Ayuntamientos vascos acogieran una concentraci¨®n para testimoniar la satisfacci¨®n ciudadana por la llegada de la paz. El prop¨®sito se antojaba asequible, ya que el presidente del PNV se hab¨ªa decantado horas antes del encuentro con L¨®pez por realizar "un cante coral" que celebrara el cese de la violencia.

"?Qu¨¦ te parece si le propongo a Rodolfo Ares que empiece a hablar con los partidos?", le dijo el lehendakari a Urkullu. "Como t¨² veas", le respondi¨® el dirigente nacionalista. Finalmente, las dudas sobre una respuesta masiva aconsejaron su aplazamiento, entre mutuas acusaciones entre PSE-EE y PNV por su responsabilidad. No obstante, durante su encuentro, el lehendakari y Urkullu coincidieron en la necesidad de arropar "al m¨¢ximo" a las v¨ªctimas y de disponer de un relato fiel sobre la tragedia vivida por culpa del terror en Euskadi.

Donde las divergencias, en cambio, empezaron a tomar cuerpo fue en el posterior an¨¢lisis de las conclusiones, especialmente las de signo pol¨ªtico, de la Conferencia de Paz de San Sebasti¨¢n. De hecho, a L¨®pez le molest¨® que Urkullu se las presentara en la reuni¨®n porque podr¨ªa interpretarse como un intento de afearle su posici¨®n contraria a este foro.

Durante el debate, Urkullu hizo ver al lehendakari "en el callej¨®n al que te has metido" organizando una ronda de contactos con todos los partidos, fuerzas sociales e incluso expresidentes vascos "cuando las medidas que se pudieran acordar no pueden ser validadas por un Parlamento en el que no est¨¢ la izquierda abertzale, a la que s¨ª has invitado".

A medida que transcurr¨ªa la conversaci¨®n, el presidente del PNV, seg¨²n la versi¨®n nacionalista, m¨¢s incid¨ªa en "la debilidad" del actual Gobierno vasco, porque "sab¨¦is que no represent¨¢is a la mayor¨ªa del pueblo vasco". Urkullu, incluso, ha repetido este mismo discurso ante Mariano Rajoy cuando han hablado personalmente sobre el futuro pol¨ªtico en Euskadi.

En este contexto fue cuando L¨®pez le lanz¨® el ¨®rdago a su interlocutor. El lehendakari estaba repasando con Urkullu la dif¨ªcil situaci¨®n econ¨®mica, agravada por la creciente tasa de paro tambi¨¦n en Euskadi, y la significativa ca¨ªda de la recaudaci¨®n. Por ello, le inst¨® a "un acuerdo institucional de fondo". Pero ninguno de los dos, seg¨²n las versiones de ambas partes, dio un paso m¨¢s. Incluso cuando se le ha preguntado a Urkullu qu¨¦ significa este ofrecimiento, simplemente se limita a decir que "eso fue lo que el lehendakari me dijo".

El silencio que sigui¨® al ofrecimiento fue elocuente. A partir de entonces, L¨®pez y Urkullu dedicaron los 20 minutos restantes a hablar, fundamentalmente, de la situaci¨®n que afronta el PSOE a partir de los resultados electorales del 20-N.

Ni siquiera Gobierno vasco y PNV coinciden en interpretar por qu¨¦ no avanzaron en el calado de la propuesta. En el entorno del lehendakari, donde aseguran que "la pr¨®xima vez que venga Urkullu habr¨¢ que poner una tercera persona como testigo de lo que se habla porque lo ¨²nico que busca es enredar", se atribuye el silencio "a la falta de compromiso del PNV, que s¨®lo quiere volver cuanto antes al poder". Desde la otra parte se tiene la imagen de que todo obedece a la debilidad de L¨®pez. Quiz¨¢ as¨ª resulte f¨¢cil entender que Urkullu pidiera el adelanto de las elecciones auton¨®micas tras abandonar esta reuni¨®n.