La resaca del consumo tambi¨¦n castiga a Grecia
El tipo de cambio con el euro fijado para el dracma impuls¨® la demanda - La econom¨ªa griega perdi¨® competitividad desde que entr¨® en la moneda ¨²nica
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Petros Markaris camina desgarbado a la b¨²squeda de un taxi. Hay un viento loco en las calles de Atenas esta noche de noviembre, y uno de esos coches amarillos le conduce hacia las oscuras callejuelas del barrio Monastiraki. A Markaris le aburre el campo y le atrapan las ciudades, con sus misterios, aunque la vieja capital griega no pasa por su mejor momento. "Con esta crisis, tiene peor temperamento", maldice.
El detective Costas Jaritos se las tiene que ver con el asesino de un banquero en su ¨²ltima novela, ambientada ya en la Grecia de la crisis y los recortes. La empez¨® a escribir en marzo de 2010, cuando ya hab¨ªan ca¨ªdo varios gigantes financieros en Estados Unidos, pero lo peor no hab¨ªa estallado en su pa¨ªs. Markaris barrunta: "El problema somos nosotros mismos. Este era un pa¨ªs sin gran banca de inversi¨®n, ni grandes fondos, y de repente empez¨® a entrar mucho dinero prestado. El euro era muy barato para endeudarse y comprar, pero muy caro para fabricar cosas. Eso fue el inicio del desastre en los pa¨ªses del sur".
Markaris: "El euro era muy barato para endeudarse, pero caro para fabricar"
"Hubo mucho consumo, no una burbuja inmobiliaria", explica un experto
La inflaci¨®n griega ha superado a la de la zona euro desde hace una d¨¦cada
"El lujo que hasta 2001 pocos se permit¨ªan, dej¨® de ser tan caro"
Los economistas no son partidarios de la salida de la moneda ¨²nica
La moneda no fue el ¨²nico problema, Grecia no hizo las reformas necesarias
Grecia est¨¢ a punto de concluir su tercer a?o de recesi¨®n y de recibir el segundo rescate financiero de Europa y el Fondo Monetario Internacional (FMI). Eso, o la quiebra. Despidos, bajadas de sueldos y de pensiones, subidas de impuestos y otros recortes caen a plomo desde hace dos a?os, para tratar de pagar una deuda p¨²blica superior al 160% del PIB. Pero algunos edificios, y obras nuevas que hay en la ciudad, recuerdan que all¨ª, hasta hace poco, hubo dinero.
La econom¨ªa helena creci¨® vertiginosamente entre 2002 y 2006 (con una tasa m¨¢xima del 5,9% en 2003, el a?o anterior a los Juegos Ol¨ªmpicos de Atenas) a lomos de una pujante demanda dom¨¦stica. El porcentaje de la aportaci¨®n del consumo p¨²blico y privado en el crecimiento de 2000 a 2008 supera en casi 20 puntos porcentuales a la media europea, seg¨²n la consultora McKinsey, y solo el 4% de la formaci¨®n de capital del mismo periodo se debe a la inversi¨®n extranjera. El cr¨¦dito flu¨ªa. La deuda total del pa¨ªs alcanzaba el 214% del PIB, dividida casi a partes iguales entre el sector privado y el p¨²blico (esta ¨²ltima subir¨¢ al 200% a finales de 2012, seg¨²n la UE).
Lo malo de las fiestas son las resacas. El profesor Gikas Hardouvelis dirigi¨® la oficina econ¨®mica del primer ministro Costas Simitis durante el Gobierno de 2000-2004. A su juicio, "lo que hubo en Grecia fue un asunto de mucho consumo, pero, a diferencia de Espa?a, no hubo burbuja inmobiliaria". Y eso, a pesar de que los precios de los pisos casi se duplicaron entre 2000 y 2008, seg¨²n el Banco de Grecia. "Pero tambi¨¦n se dispararon los precios de alquiler, porque lo que hab¨ªa era una burbuja de demanda por todo ese flujo de dinero barato", a?ade.
Poemas y Cr¨ªmenes. Ese es el nombre que el editor de Markaris ha puesto al restaurante ubicado en los bajos de la imprenta. Las ventas, dice, est¨¢n cayendo un 40%. "Atenas es una contradicci¨®n, si subes a una colina y ves a lo lejos los coches lentamente, la amas y la odias", dice ya sentado a la mesa. Es uno de esos cr¨ªticos con los acontecimientos ol¨ªmpicos, pese a toda la remodelaci¨®n urbana que trajo consigo, los fondos internacionales recibidos y el empuje a la econom¨ªa. Aunque el presupuesto, en principio 4.500 millones, m¨¢s que se duplic¨®. Como s¨ªmbolo del a?o ol¨ªmpico permanece un rutilante anillo dise?ado por Santiago Calatrava.
A Manuel V¨¢zquez Montalb¨¢n le ocurr¨ªa algo parecido con los Juegos Ol¨ªmpicos de Barcelona, cuestionaba el efecto que produc¨ªan al acabarse, lamentaba de que cuando los dioses se marchaban al Olimpo, no dejaban ni el pan ni el vino.
Estos d¨ªas en que Europa se sienta en el div¨¢n, tambi¨¦n los griegos se hacen muchas preguntas sobre la forma en que entraron en la uni¨®n monetaria. Hay quien considera muy alto el tipo de canje que se fij¨®: 340,75 dracmas por un euro. Evangelos Manoudakis, director general de un grupo inmobiliario y de franquicias de marcas, cree que el dracma deber¨ªa haber sido un 20% m¨¢s barato, unos 400 por cada euro. Manoudakis retrocede 10 a?os. "El euro es bienvenido, por supuesto, pero en una noche, nos llenamos los bolsillos de euros. Creci¨® el poder adquisitivo para las compras y baj¨® la competitividad de nuestras ventas porque, de alg¨²n modo, hab¨ªamos revalorizado nuestra moneda. Fue muy f¨¢cil dejar actividades productivas, convertirse en administradores, vendedores...", reflexiona ante un caf¨¦.
"Hab¨ªa muchos productos, como los de lujo, que hasta 2001 se pod¨ªa permitir muy poca gente en Grecia, pero de repente todo eso dej¨® de ser tan caro, y hab¨ªa mucha sed por consumir", apunta el empresario griego.
La tasa de inflaci¨®n en Grecia ha superado sistem¨¢ticamente la de la eurozona en la ¨²ltima d¨¦cada y el d¨¦ficit de la balanza de pagos no ha dejado de crecer.
A poco que uno hable con alguien del mundo de los negocios Atenas saca a colaci¨®n el dato de que Grecia era en 2006 el pa¨ªs con m¨¢s coches Audi por habitante. Curiosamente, se oye el mismo comentario aplicado a los Porsche Cayenne. El latiguillo sirve de indicador de la conciencia que hay estos d¨ªas de haber vivido una fiesta econ¨®mica ya finita.
"Ahora s¨¦ de muchos empresarios que tienen esos coches de lujo guardados en el garaje, no es momento de ir mostrando", cuenta Carmen Lozano, una empresaria espa?ola instalada en Grecia desde hace 30 a?os. Hasta hace poco, seg¨²n la consejera delegada de Fomesa, "el dinero entraba, la ¨²nica preocupaci¨®n era la pol¨ªtica, la econom¨ªa ha empezado a importar desde hace dos a?os".
El tipo de canje, no obstante, no fue el principal problema de la espiral griega. Para la mayor¨ªa de economistas, como Hardouvelis, hay otros pecados estructurales: la gran dependencia de los servicios, sobre todo del turismo, pese a la importancia de la industria naviera. Tambi¨¦n para Dimitrios Katsikas, investigador de Eliamep, un centro griego de estudios europeos, "la divisa es importante, pero no lo fundamental, porque tambi¨¦n la moneda alemana era muy fuerte y no perdi¨® competitividad, el problema fue la falta de reformas y la burocracia". La mayor parte de los economistas claman por medidas dinamizadoras de la econom¨ªa.
Costas Lapavitsas, de la Universidad de Londres, muy cr¨ªtico con la divisa ¨²nica europea, cree que lo que m¨¢s castig¨® la competitividad fue "la trayectoria de costes laborales en los a?os que siguieron a la entrada del euro, subieron sistem¨¢ticamente m¨¢s que los alemanes", lo que acab¨® por empeorar el d¨¦ficit por cuenta corriente y dispar¨® la deuda p¨²blica griega. "Esta es la verdadera causa de la crisis", argumenta, que acaba de publicar el informe del centro de investigaci¨®n financiero RMF sobre la eurozona, "y se puede observar en todos los pa¨ªses perif¨¦ricos".
Al principio de esa ¨²ltima novela de Markaris, Con el agua al cuello, el detective Jaritos es convencido por su yerno para comprar un Seat Ibiza. ?Por qu¨¦? "Por solidaridad entre los pobres. Ahora los espa?oles y los portugueses tienen problemas, como nosotros. Para los mercados financieros, somos los PIGS, los cerdos. Y cada cerdo debe ayudar a los dem¨¢s, no hacerles la pelota a los tiburones", le espeta Fannis, el yerno. Claro que Markaris olvida que Seat, aunque fabrica sus coches en Barcelona, pertenece al grupo alem¨¢n Volkswagen.
El euro naci¨® en una ¨¦poca de vacas gordas. Ahora se habla de una Europa a dos velocidades. Pero la mayor parte de los griegos, muestran los sondeos, no reniegan de la unidad econ¨®mica. Y los economistas animan mayoritariamente a aprovechar los frutos que conllev¨® y tratar de ganar mercado exterior. "?Salir del euro? Eso ser¨ªa el aislamiento para Grecia. Es verdad que ha habido problemas, pero tambi¨¦n se ha ganado y crecido mucho gracias a la Uni¨®n Europa", recalca tambi¨¦n la empresaria Carmen Lozano. Solo en fondos estructurales, Grecia ha recibido 80.000 millones de euros desde su adhesi¨®n a la Uni¨®n Europea.
Gikas Hardouvelis es de los que creen que el calentamiento econ¨®mico s¨ª se puede evitar. "T¨² puedes influir en los precios de los pr¨¦stamos en los mercados" para evitar un calentamiento del consumo, pero "es algo que debes hacer durante o despu¨¦s de las crisis, no en medio del declive", apunta.
Hemos vivido por encima de nuestras posibilidades. Es uno de los credos de esta crisis en el sur de Europa. Pero muchos griegos se revuelven contra ella. Es el caso de Apostolis K., un inform¨¢tico de 34 a?os, casado y padre de una hija, muy cr¨ªtico con los recortes y la clase pol¨ªtica. "La gente lleva durante mucho tiempo viviendo por encima de sus posibilidades, claro, no cuesta dinero la comida, las facturas...".
Markaris, apurando los platos de comida griega y turca en el restaurante de su editor, tambi¨¦n reflexiona sobre este punto. "Cuando oigo que nadie es inocente, digo que es verdad, todos nos endeudamos, y nos jubil¨¢bamos a los 55 pero, ?sabe qu¨¦? Es que era legal, y s¨ª, todos somos, nadie es inocente, pero entre ellos hay unos que eran d¨¦biles y otros que no", critica. Hay que tomar otro taxi de regreso, dice, porque fuera, en la calle, sigue ese viento loco.
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