Desatascar Europa
Urge culminar la digesti¨®n de la cuesti¨®n greco-italiana y replantear la hoja de ruta
El pez se ha mordido la cola. Las crisis gubernamentales desencadenadas en Grecia y en Italia por la precaria gesti¨®n de sus dirigentes sobre la crisis econ¨®mica de sus deudas soberanas han atascado a su vez la hoja de ruta de la UE dise?ada en las cumbres de julio y ratificada y ampliada en las de final de octubre. Cumbres que precisamente ten¨ªan por objeto m¨¢s inmediato resolver la ruina exponencial en los precios de los bonos p¨²blicos de ambos pa¨ªses mediterr¨¢neos. La ampliaci¨®n del Fondo de Estabilidad Financiera se anunci¨® como la soluci¨®n definitiva a la crisis europea de la deuda; pero, a pesar de las buenas intenciones, no ha funcionado. Italia est¨¢ al borde del colapso financiero y el diferencial de deuda espa?ol se dispar¨® ayer hasta un nivel r¨¦cord (432 puntos b¨¢sicos).
El perjuicio de los relevos de Papandreu y Berlusconi (salvadas sean sus distintas calidades personales) ha sido de gran alcance. Una estrategia europea laboriosamente trenzada ha quedado desarbolada. Ahora lo m¨¢s urgente es culminar los procesos de normalizaci¨®n institucional en ambos pa¨ªses y de tranquilizaci¨®n del escenario europeo para reemprender la tarea. Es una tarea compleja, porque abarca desde el problema de la deuda perif¨¦rica al de la recapitalizaci¨®n bancaria; desde la sequ¨ªa del cr¨¦dito a la dotaci¨®n del fondo de rescate. Todo ello, complicado por una fase econ¨®mica de estancamiento, con riesgos de recesi¨®n, que subraya los peligros sociales de esta crisis, el desempleo y el malestar ciudadano, terrenos propicios para el ultranacionalismo xen¨®fobo y el populismo.
Ser¨ªa injusto atribuir las responsabilidades solo a los alumnos d¨ªscolos o menos capacitados. Algunas recetas de la estrategia ya capotaron antes de que las crisis de Atenas y Roma llegaran al c¨¦nit: el G-20 visualiz¨® el rid¨ªculo del prop¨®sito de ampliar un fondo de rescate con dinero de todos, menos de sus socios. El estancamiento subraya la insuficiencia de la pol¨ªtica econ¨®mica de g¨¦nesis alemana, circunscrita a la austeridad. Habr¨¢ que ver si se cumplen los compromisos de completarla con est¨ªmulos a la demanda en los pa¨ªses susceptibles de actuar como locomotoras del crecimiento.
La crisis de estas semanas ha facilitado que aflorase el proyecto franco-alem¨¢n de dise?ar la Europa del futuro a dos velocidades. Si se trata de dar m¨¢s peso y rapidez decisoria al ¨¢rea del euro, existe ya un camino consagrado y aceptable: el de la cooperaci¨®n reforzada (que exige dejar la puerta abierta a todos quienes quieran incorporarse). Un camino a explorar mucho m¨¢s intensamente que hasta hoy -por ejemplo en la fiscalidad empresarial, en las tasas bancarias o en m¨¢s integraci¨®n de las Haciendas de los 17- antes de acudir a procedimientos externos al Tratado de Lisboa. Porque esta opci¨®n puede abocar a una fractura interna generalizada. Entra?a el peligro de sacrificar la unidad por la eficiencia, pero esta lo es menos sin aquella.
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