Laos, al ritmo del Mekong
Cuatro visitas, de los templos de Luang Prabang a la placidez del gran r¨ªo
Dec¨ªan los franceses a principios del siglo pasado que "los vietnamitas plantan arroz, los camboyanos miran c¨®mo crece y los laosianos lo escuchan". Los colonos confundieron con indolencia y apat¨ªa algunos de los rasgos m¨¢s significativos del car¨¢cter de las gentes de ese pa¨ªs, desmentidas despu¨¦s durante los muchos a?os de guerra y revoluci¨®n que conmocionaron la reciente historia de Laos: el control de las pasiones y la voluntad de eludir las preocupaciones excesivas. Por eso, no es de extra?ar que Luang Prabang sea, por encima de todo, un santuario de tranquilidad, realzado por la presencia silente de los cerca de 2.500 monjes budistas que viven en los 32 templos y monasterios que hay en esta ciudad declarada por la Unesco patrimonio mundial.
01 Luang Prabang
La antigua capital real, rodeada por monta?as y bosques de una belleza salvaje, y encajada en la pen¨ªnsula que forman la confluencia del imponente r¨ªo Mekong y su tributario el Nam Khan, arrulla a sus cada vez m¨¢s numerosos visitantes con la amabilidad y la sonrisa permanente de sus habitantes hasta sumirlos en un estado pr¨®ximo a la lasitud, que puede llegar a la inmovilidad casi absoluta si se sucumbe ante cualquiera de las innumerables ofertas de masajes corporales y saunas. Pasear por sus calles de rehabilitadas casas coloniales de dos plantas, engalanadas con machones de flores o sartas de orqu¨ªdeas, plagadas de hoteles, restaurantes, tiendas de artesan¨ªa y galer¨ªas de arte se convierte en un ejercicio relajante. No se oye m¨²sica estridente en ning¨²n lugar, no hay voces ni gritos, apenas circulan coches, las motocicletas avanzan entre murmullos del motor y la vida nocturna es inexistente.
Pero el sosiego no es sin¨®nimo de aburrimiento. Se pueden visitar el palacio real y los templos, algunos decadentes, como el Vat Pa Huak, con su espl¨¦ndida fachada de madera tallada, otros sorprendentes, como el Vat Xieng Thong, con sus paredes decoradas con espejuelos y pinturas na¨ªf, y muchos majestuosos, como el Vat Visounnarath y el Vat Aham. Luang Prabang es adem¨¢s una excelente base para hacer incursiones por la seductora geograf¨ªa circundante, de la que se puede tener una idea si se suben los 363 escalones que hay hasta llegar a la cima de la colina Phu Si, que emerge como un faro en el centro de la pen¨ªnsula fluvial, y desde donde las vistas son espectaculares. Se puede ir hasta las no muy lejanas cascadas de Tat Kuang Xi, alquilar bicicletas o ciclomotores para recorrer las aldeas pr¨®ximas o remontar el Mekong en una barca larga y estrecha hasta la desembocadura del r¨ªo Ou, donde se encuentran las espectaculares cuevas de Pak Ou, excavadas por la naturaleza en una pared vertical, en cuyo interior hay m¨¢s de 4.000 im¨¢genes de Buda.
02 Van Vieng
El contrapunto a tanta tranquilidad se encuentra en Van Vieng, aguas abajo del Mekong, cuya fiera corriente, sobre todo en ¨¦pocas de monz¨®n, es de las pocas cosas que parecen no moverse a c¨¢mara lenta en el pa¨ªs. Esta peque?a e impersonal ciudad, asentada junto al r¨ªo Song, es un peque?o para¨ªso para los mochileros. Su orograf¨ªa, acribillada de t¨²neles, cuevas y sobrecogedores acantilados de piedra caliza, que a duras penas consiguen sacar la cabeza por encima de una selva apelmazada, la han convertido en un lugar ideal para escaladores y espele¨®logos. Los brutales r¨¢pidos del r¨ªo Ngum, afluente del Song, atraen asimismo a muchos practicantes de rafting, de kayaking o de tubing, un divertimento muy arraigado aqu¨ª que consiste en dejarse llevar por las aguas en neum¨¢ticos de tractor. No es la ¨²nica forma de flotar que encuentran algunos viajeros porque en Van Vieng existe la costumbre en algunos bares de mochileros de vender desde batidos hasta pizzas sazonados con marihuana, hongos u opio.
03 Vienti¨¢n
Cada vez es menos tranquila la capital Vienti¨¢n, cuyo auge y cosmopolitismo van en aumento. Su dinamismo va arrinconando tras grandes avenidas y modernos edificios las viejas se?as hist¨®ricas y religiosas de la ciudad del s¨¢ndalo, como la estupa dorada de Pha That Luang, s¨ªmbolo de la nacionalidad laosiana, o el templo de Si Saket, convertido en museo. A medida que Laos se abre al mundo, es en Vienti¨¢n donde m¨¢s n¨ªtidamente se percibe el choque entre el comunismo oficial y la apertura de la econom¨ªa al capitalismo, tambi¨¦n oficial desde 1986.
04 El Mekong
Pero nada m¨¢s dejar atr¨¢s la capital, vuelve la placidez, como si las aguas del Mekong fertilizaran estas tierras con la espiritualidad y mansedumbre que envuelven sus fuentes tibetanas. Y esa vida premiosa, sin sobresaltos, alcanza su m¨¢xima expresi¨®n en el sur, igual que el r¨ªo, cuya anchura puede ser de 14 kil¨®metros en ¨¦poca de lluvias al llegar al archipi¨¦lago fluvial de Si Phan Don, el lugar de las 4.000 islas. Las m¨¢s grandes, como Don Khon, Don Det o Don Khong, est¨¢n habitadas todo el a?o, pero hay otras que apenas dan cabida a peque?os campos de arroz y muchas simplemente desaparecen cuando el r¨ªo crece y se adivinan por los ¨¢rboles que, como extra?os periscopios, emergen aislados en mitad de la corriente. Navegar por el Mekong, dejarse hipnotizar por el vaiv¨¦n de las embarcaciones en su lucha contra la fuerza de la corriente, o descansar en alguna de las hamacas colgadas en las galer¨ªas superiores de los palafitos en espera de una puesta de sol es un buen complemento para aquellos viajeros que toman alguna de las islas como base para visitar el espacio protegido de Se Pian, donde todav¨ªa hay tigres, se embarcan en busca de delfines fluviales o visitan las impresionantes cascadas de Li Phi y de Phapheng en el Mekong.
Gu¨ªa
Datos b¨¢sicos
? Poblaci¨®n: en Laos viven 6,2 millones de personas.
? Moneda: el kip de Laos (un euro equivale a 10 kips).
C¨®mo ir
? Thai Airways (www.thaiairways.es) vuela a Vienti¨¢n. Ida y vuelta desde Madrid, desde 974 euros.
? Air Laos (www.laoairlines.com) y la bajo coste
? Air Asia (www.airasia.com) conectan ciudades asi¨¢ticas con Vienti¨¢n.
Informaci¨®n
? Turismo de Laos (www.tourismlaos.org).
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