Acusados de blanqueo atribuyen su fortuna a la loter¨ªa y a una ayuda del 'Prestige'
La Audiencia Provincial de Pontevedra celebr¨® ayer el juicio contra el arousano Guillermo Abalo Maneiro y su familia, acusados de blanquear dinero procedente del narcotr¨¢fico. Abalo, condenado en 1998 en Zaragoza por vender tres kilos de coca¨ªna, apenas contaba con ingresos legales, lo que no impidi¨® que Hacienda constatase que entre 1999 y 2007 su familia pr¨®xima contase entre su patrimonio con tres casas, varios barcos y una batea. El fiscal pide cinco a?os de prisi¨®n y tres millones de euros de multa para Abalo, sus padres y su esposa.
Ninguno de los acusados quiso responder a las preguntas del fiscal sobre el origen del patrimonio. S¨ª respondieron a su abogado con argumentaciones de las habituales en los casos de blanqueo. A saber, un premio de loter¨ªa de 1994 o varios ingresos no declarados "para pagar menos impuestos". El padre de Abalo adujo que tras trabajar desde 1961 en Noruega hab¨ªa reunido capital suficiente para sufragar sendas casas de dos pisos en As P¨ªas (Vilanova) y Lera (Vilagarc¨ªa). El mayor patrimonio figura, en cualquier caso, a nombre de la mujer de Abalo, que cuenta entre sus propiedades con una casa en Pobra de Trives, tres fincas en San Vicente do Mar (O Grove), una batea, otra casa en Lera y un almac¨¦n de 300 metros en Vilagarc¨ªa. Maneiro, por su parte, ten¨ªa a su nombre tres embarcaciones de recreo. Padre y esposa dijeron desconocer que su familiar ya hab¨ªa sido condenado por narcotr¨¢fico.
A las explicaciones de los encausados, que tambi¨¦n aludieron a una indemnizaci¨®n por los da?os del Prestige en 2002 o a una breve incursi¨®n de Maneiro en el negocio inmobiliario como justificaci¨®n de su bonanza, replic¨® el t¨¦cnico de Hacienda citado por la fiscal¨ªa. Este record¨® que se empez¨® a sospechar de la familia de Abalo en el marco de un plan de control de residencias suntuarias que apuntaba a aquellas en que el valor registrado de viviendas de lujo era muy inferior al aparente. La investigaci¨®n tributaria mostr¨® que, excepto por una pensi¨®n de escasa cuant¨ªa y el alquiler de un piso durante un a?o, nadie en la familia pose¨ªa ingresos que justificasen tantos bienes.
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