Acuerdo por Epifan¨ªa
Patronal y sindicatos se confabulan para acelerar unas dif¨ªciles negociaciones
C¨¢ndido M¨¦ndez, que es un hombre muy le¨ªdo y con conocimientos del calendario santoral fruto de la educaci¨®n franquista, ha bautizado como "el acuerdo de Epifan¨ªa" el encargo que les hizo por separado el futuro presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, a ¨¦l, a Ignacio Fern¨¢ndez Toxo y a Juan Rosell de alcanzar un acuerdo sobre la reforma laboral para los primeros d¨ªas de enero, cuando se celebra esa fiesta, tambi¨¦n conocida como los Reyes Magos.
As¨ª que el citado acuerdo de Epifan¨ªa se presenta con mucha expectaci¨®n y tambi¨¦n con mucho escepticismo. Es muy dif¨ªcil aventurar que en el mes largo que queda hasta entonces los dos sindicatos y la patronal alcancen un acuerdo que se viene persiguiendo desde hace m¨¢s de un a?o y que ha cosechado diversos fracasos, y que cuando el Gobierno saliente decidi¨® legislar por las bravas, deriv¨® en una huelga general. Pero tambi¨¦n es verdad que hay que aprovechar el impulso que confiere el cambio de Gobierno para buscar nuevas v¨ªas de di¨¢logo, como adem¨¢s pidieron los propios l¨ªderes sindicales el mismo d¨ªa que se reun¨ªan con Rajoy en un desayuno informativo.
As¨ª parece entenderlo Rajoy, que, despu¨¦s de subrayar en la introducci¨®n la importancia de mantener el euro, controlar el d¨¦ficit y acabar la reforma financiera, blandi¨® ante cada uno de los agentes sociales la famosa carta que recibieron meses atr¨¢s los Gobiernos de Espa?a e Italia en la que se recomienda la devaluaci¨®n competitiva de los salarios y que Rajoy no ha tenido muchos problemas en conseguir, seg¨²n reconoci¨® a sus interlocutores del mi¨¦rcoles. Con ese manual de instrucciones sobre la mesa, el l¨ªder popular abri¨® el fuego -siempre con mucha cordialidad y respeto- para acelerar esa reforma laboral que ha pedido a los agentes sociales.
Pero Rajoy no despej¨® ninguna duda ni les descubri¨® ning¨²n secreto sobre las directrices de la reforma laboral que defiende. Se limit¨® a meter prisa porque, por lo visto, tiene otras cosas que ver, como la congelaci¨®n de los funcionarios. Es probable que desde alguna parte de Europa le est¨¦n exigiendo velocidad para no dormirse; pero eso, si es as¨ª, evidentemente, no se lo desvel¨® a ninguno de los tres. Si no hay consenso, seguramente legislar¨¢ mediante real decreto ley.
Hay quien habla de que ser¨¢ necesario canalizar las conversaciones hacia un gran acuerdo, estilo los Pactos de la Moncloa, dada la situaci¨®n econ¨®mica. Pero, de momento, lo que importa es que la petici¨®n del nuevo presidente pone a patronal y sindicatos ante un nuevo aliciente. Tras esa exigencia de la moderaci¨®n salarial se esconde todo lo que tienen en cartera desde hace tiempo. Es decir, la negociaci¨®n colectiva (NC), la contrataci¨®n, la formaci¨®n, las ETT...
Los sindicatos, en todo caso, se temen que quiera meter nuevos contratos para j¨®venes como los mini-job, que no cumplen el salario m¨ªnimo, y otras bondades contractuales. Por otra parte, la patronal insistir¨¢ en buscar un despido m¨¢s barato, recuperando la f¨®rmula de los 20 d¨ªas por a?o trabajado que ya esgrimi¨® en los anteriores intentos. Los sindicatos y la patronal, por otra parte, no han dejado de negociar. Los responsables de acci¨®n sindical, Ram¨®n G¨®rriz (CC OO) y Toni Ferrer (UGT), y los directivos encargados de la patronal, Jos¨¦ de la Cavada y Alberto Nadal, no han dejado de verse casi cada semana, y los l¨ªderes lo hacen con frecuencia y sin darle publicidad. De esa forma han avanzado en muchas cuestiones, aunque en las esenciales siguen las diferencias.
Hay pocas esperanzas de acuerdo y, en todo caso, se piensa que se pueden alcanzar en cuestiones como los puentes, la formaci¨®n o temas m¨¢s marginales. Algunos empresarios de peso, prefieren, no obstante, apostar al todo o nada y dejar las cosas peque?as para despu¨¦s, haya o no pacto. Algunos de estos empresarios piensa, asimismo, que lo econ¨®micamente deseable es jur¨ªdicamente imposible. Adem¨¢s, en la CEOE existen corrientes contrarias que Rosell trata constantemente de encauzar para unificar posturas. Hay sectores, que encabeza el propio Rosell, que apuestan firmemente por el di¨¢logo social, y otros, provenientes del seno de la patronal madrile?a CEIM (y no precisamente de su presidente, Arturo Fern¨¢ndez, muy conectado con la presidenta madrile?a, Esperanza Aguirre), que no lo consideran apropiado.
Lleg¨® la hora de los agentes sociales
Aunque prioriz¨® en su agenda de encuentros la cita con varios banqueros, Mariano Rajoy no ha tardado mucho en llamar a los agentes sociales. Los convoc¨® en su despacho del PP y lo hizo uno por uno. Seguramente hizo bien porque era su primer contacto como presidente in pectore y posiblemente porque le conven¨ªa calibrar las pulsaciones de cada cual. Es dif¨ªcil pensar que haya querido dividir el t¨¢ndem de los dos secretarios generales de CC OO y UGT, Ignacio Fern¨¢ndez Toxo y C¨¢ndido M¨¦ndez, bien armado en estos momentos. La siguiente reuni¨®n, cuando ya sea presidente y sea el inquilino de La Moncloa, ya ser¨¢ con los tres juntos (los dos y Juan Rosell) y todo volver¨¢ a la normalidad.
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