El milagro de Alem?o
El despegue de Brasil descansa en 46 millones de personas que han dejado la pobreza. Una experiencia pionera del Banco Santander en una favela ayuda a comprender un modelo exitoso de integraci¨®n social
El milagro de Alem?o son dos homicidios en el ¨²ltimo a?o. Dos homicidios en 365 d¨ªas en lo que era el complejo de favelas m¨¢s peligroso de R¨ªo de Janeiro, con decenas de muertes violentas, son oro puro. Alem?o es ahora m¨¢s seguro que Barcelona, dicen sus orgullosos moradores. Y para dar fe de ello est¨¢ hoy aqu¨ª, en la calle de Joaquim de Queiroz, Rodrigo Pimentel con un equipo de televisi¨®n de O Globo. Rodrigo es una estrella en Brasil. No es futbolista. Es autor de Tropa de ¨¦lite, la impactante y exitosa pel¨ªcula de Jos¨¦ Padilha sobre las Unidades de Pacificaci¨®n (UPP) de la polic¨ªa militar brasile?a. Las UPP se dedican a expulsar a los narcotraficantes de las favelas. Solo en R¨ªo hay 750. Cuando una favela est¨¢ limpia, se dice que ha sido pacificada. Una favela en manos de los narcos es una favela en guerra.
El banco ofrece microcr¨¦ditos de 400 euros a la poblaci¨®n local
Limpiar las favelas de narcotraficantes es un asunto de vida o muerte
Rodrigo Pimentel trabaj¨® en el BOPE (Batall¨®n de Operaciones Policiales Especiales) y hoy est¨¢ aqu¨ª para contar a todo Brasil que Alem?o cumple un a?o sin narcos. Un milagro. Pero en Alem?o hay otros peque?os detalles para la esperanza. Y Rodrigo Pimentel quiere que se conozcan. Para ello ha apostado las c¨¢maras de televisi¨®n frente a la oficina que el Banco Santander tiene en la favela. Desde all¨ª entrar¨¢ en directo para todo Brasil. Esa oficina es un s¨ªmbolo. El Santander es la tercera entidad financiera privada del pa¨ªs, pero la primera en adentrarse en territorio de guerra. Ita¨² y Bradesco, sus competidores, siguen ya sus pasos. La oficina del Santander en Alem?o se abri¨® el 28 de mayo de 2010, cuando la favela era un campo de batalla. Ahora tiene 1.000 clientes, una decena de empleados, cajero autom¨¢tico, microcr¨¦ditos y, en definitiva, participa del fen¨®meno que explica el despegue del Brasil actual: la huida de la pobreza.
Robson Rezende, ejecutivo de la red de expansi¨®n del Santander en Brasil, recuerda c¨®mo fueron los inicios: "Cuando vinimos hab¨ªa tiroteos en la calle. Durante d¨ªas ten¨ªamos que cerrar. Eso se acab¨®". Pero Rodrigo Pimentel no ha venido hoy a Alem?o a entrevistar a Robson Rezende. Est¨¢ aqu¨ª para hablar con Valdiceia Dias, coordinadora de atenci¨®n a los clientes de la oficina, y con Tatiana y Bruno, dos j¨®venes que recorren la favela puerta a puerta para ofrecer microcr¨¦ditos de 1.000 reales (unos 400 euros). Valdiceia, Tatiana y Bruno no paran de sonre¨ªr. Nacieron en la favela y han encontrado un hueco en el ascensor social. Su combativo optimismo es un contrapunto perfecto al pesimismo del grupo de periodistas espa?oles invitados a Alem?o por el Banco Santander, tan preocupados ellos de su prima de riesgo y sus hipotecas.
Valdiceia, Tatiana y Bruno son solo tres rostros del ej¨¦rcito de 46 millones de personas en una poblaci¨®n de 190 millones que han pasado a formar parte de la clase media en la ¨²ltima d¨¦cada. "Para 2014, las autoridades conf¨ªan en que se incorporen 19 millones m¨¢s", explica Marcial Portela, presidente de Santander Brasil. "Lo bueno de Lula es que durante su mandato mejoraron todos: los que ten¨ªan y los que no", explica el economista Jos¨¦ Roberto Mendon?a de Barros, fundador de MB Associados, consultora que trabaja con las principales empresas e instituciones financieras brasile?as. El milagro se llama movilidad social. Sin ella no ser¨ªa posible el elevado consumo interno del pa¨ªs, que sustenta su crecimiento econ¨®mico. Sin ella no estar¨ªa el Santander en Alem?o. Sin ella no ser¨ªa posible solo dos muertos en la favela.
En Brasil cada clase social se nombra con una letra del alfabeto: A (familias con m¨¢s de 4.655 d¨®lares de ingresos mensuales), B (entre 2.327 y 4.655 d¨®lares), C (entre 698 y 2.327 d¨®lares) y D (por debajo de 698 d¨®lares). Las desigualdades son, todav¨ªa, enormes: los 23 millones censados en la clase A, el 12% de la poblaci¨®n, aglutinan el 20% de la riqueza. Pero esto no es noticia en Sudam¨¦rica. Lo novedoso son esos 46 millones que mejoraron su renta.
"Queda mucho por hacer, pero a diferencia de otros pa¨ªses de la regi¨®n, s¨ª ha habido redistribuci¨®n de la riqueza. En estos ¨²ltimos a?os se han creado 15 millones de puestos de trabajo", a?ade Portela. El resultado es una tasa oficial de paro que ronda el 6%.
Pero dejemos los n¨²meros y volvamos a Alem?o. Rodrigo Pimentel tambi¨¦n quiere entrevistar a Reginaldo Lima. Nadie que pretenda explicar algo sobre Alem?o puede evitar a Reginaldo Lima. Es un crack. Tampoco es futbolista. Es el n¨²mero dos de AfroReggae, una organizaci¨®n que a trav¨¦s de la m¨²sica y el baile aparta a los m¨¢s peque?os de las bolsas de pegamento y rescata a quienes dejaron el narcotr¨¢fico y hoy buscan un lugar bajo el sol. Reginaldo pesa m¨¢s de cien kilos, viste una gigantesca camiseta amarilla y luce un gran crucifijo sobre el pecho. Cuando se pone a hablar bajo la lluvia en el cerro que corona la favela, m¨¢s conocido como el Alto del Adi¨®s por los muchos que all¨ª fueron liquidados por los narcotraficantes, Reginaldo se transforma y transforma a los que le rodean. Tecnolog¨ªa social, repite. Y repite bien.
Tecnolog¨ªa social es ponerle un enchufe de esperanza a los que no tienen nada. Un trabajo, un cr¨¦dito, un t¨ªtulo de propiedad, una tarjeta para el cajero autom¨¢tico... Cualquier cosa sirve como herramienta. Y funciona. De la mano de Reginaldo se instal¨® el Santander en la favela, y de la mano de Reginaldo sigue. A cambio de su tecnolog¨ªa social, el banco ayuda a AfricaReggae.
Reginaldo es un ejemplo de los fracasos del sistema educativo brasile?o. Aprendi¨® a leer con los libros que encontraba en la basura que recog¨ªa en la favela. Acudi¨® a la universidad como oyente. No ten¨ªa dinero para la matr¨ªcula, as¨ª que se sentaba en la clase y escuchaba. Hoy es un hombre de 42 a?os formado y con discurso propio. Como tal reconoce que la Educaci¨®n es uno de los frenos de Brasil. Hay otros (baj¨ªsima productividad, elevados costes energ¨¦ticos, falta de infraestructuras, excesiva burocracia, ineficacia de las autoridades, presi¨®n fiscal elevada...), pero lo que m¨¢s duele es la educaci¨®n.
"La educaci¨®n no ha mejorado al ritmo de otros sectores del pa¨ªs. En demasiadas ocasiones, las empresas son las que alfabetizan. Las constructoras, por ejemplo, ense?an a leer y escribir a sus trabajadores", explica Mendon?a de Barros.
La pacificaci¨®n de Alem?o forma parte del Programa de Aceleraci¨®n del Crecimiento (PAC) de Brasil. En el caso de R¨ªo de Janeiro, sede de los Juegos Ol¨ªmpicos de 2016, limpiar las favelas de narcotraficantes es un asunto de vida o muerte, literalmente. Dieciocho de las m¨¢s importantes ya est¨¢n en manos de las autoridades. La ¨²ltima, Rocinha, fue liberada sin un tiro. Los narcos saben que las autoridades van en serio y se marchan con la m¨²sica a otra parte. Es una labor herc¨²lea en una ciudad en la que pobreza y riqueza conviven: a solo tres calles de la avenida de Vieira Souto, en la playa de Ipanema, donde el metro cuadrado alcanza los 15.000 euros, est¨¢ la favela Morro do Cantagalo. Y as¨ª, 750 m¨¢s. Pese a todo, para cualquier europeo, indigesto de malas noticias y temibles perspectivas sobre el futuro de la moneda ¨²nica y la Uni¨®n, Brasil suena a m¨²sica celestial. Ni siquiera la desaceleraci¨®n de su econom¨ªa (este a?o y el pr¨®ximo crecer¨¢ un 3%-3,5% frente al 7,5% de 2010) mitiga la sensaci¨®n de que hay mucho y bueno por hacer.
La segunda fase del PAC prev¨¦ inversiones de 650.000 millones de euros hasta 2016. Ah¨ª se incluyen la explotaci¨®n de las gigantescas reservas de petr¨®leo halladas en la costa, las inversiones para el Mundial de f¨²tbol de 2014 y los Juegos de R¨ªo de 2016. El 80% se dedicar¨¢ a infraestructuras. No es de extra?ar que Brasil sea, para la Secretar¨ªa de Estado de Comercio Exterior espa?ola, un mercado "prioritario". En 2009, la inversi¨®n bruta espa?ola en Brasil fue el 51,8 del total en Am¨¦rica Latina.
En Alem?o no conocen estas cifras, pero sonr¨ªen. Mientras los clientes de la oficina del Santander entran y salen, tres metros m¨¢s arriba, en la segunda planta, los chavales acogidos por AfroReggae machacan sus tambores. All¨ª cantan, bailan y se olvidan del pegamento. Algunos aprenden espa?ol. El Santander est¨¢ presente en 18 favelas con sus j¨®venes ap¨®stoles del microcr¨¦dito. Primero est¨¢ la labor de campo, dicen, y luego la apertura de sucursales. Cuando abre una, el precio de la vivienda sube (solo el 15% de los habitantes de las favelas tiene t¨ªtulo de propiedad, algo que el expresidente Lula combati¨® con el programa Minha casa, minha vida). A todos los potenciales clientes, los chicos del banco entregan una peque?a libreta que dice: "Las pr¨®ximas p¨¢ginas en blanco son para que usted inicie nuevos proyectos. En todos ellos puede estar seguro de que estaremos juntos". M¨²sica celestial. -
Sin miedo a la burbuja
Frente a la tormenta mundial, Brasil desprende optimismo. "No vemos riesgo de burbuja, ni inmobiliaria ni de ning¨²n tipo", afirma tajante Marcial Portela, presidente de Santander Brasil. "En primer lugar, porque el ciclo de expansi¨®n inmobiliaria ha empezado hace pocos a?os. En segundo lugar, porque los compradores habitan su vivienda, no especulan con ella. En tercer lugar, porque los bancos cubren solo el 60% o el 70% del precio total de la casa y el comprador desembolsa el resto. En cuarto lugar, porque el mercado inmobiliario, tras unos a?os de r¨¢pido crecimiento y alza de precios, se ha ajustado gracias a la subida de los tipos de inter¨¦s para reducir la inflaci¨®n". El cr¨¦dito hipotecario en Brasil representa el 4% del PIB, frente al 88% de Reino Unido, el 81% de Estados Unidos o el 52% de la zona euro (ver gr¨¢fico). El cr¨¦dito total es el 48%, un porcentaje m¨ªnimo si se compara con Estados Unidos (203%), Reino Unido (214%) o la zona euro (133%).
Para Portela, el sistema financiero brasile?o es "s¨®lido y rentable, y est¨¢ bien regulado y supervisado". De hecho, los pr¨¦stamos para hipotecas en Am¨¦rica Latina ocupan la posici¨®n m¨¢s baja, seg¨²n el Banco Mundial, cuando se comparan con otras regiones: son solo el 14% de los cr¨¦ditos totales (datos de 2009), frente al 58% de China, el 49% de Europa o el 47% de los pa¨ªses del G-7. En su ¨²ltimo informe, el Banco Mundial ofreci¨® unas perspectivas excelentes para el sector financiero en Brasil y Am¨¦rica Latina. "Los pr¨¦stamos para empresas y vivienda siguen siendo bajos en Brasil", se?ala Arminio Fraga, que dirigi¨® el Banco Central del pa¨ªs entre 1999 y 2002. "Durante los ochenta y noventa, el sector financiero era el tal¨®n de Aquiles de la regi¨®n. Desde entonces se ha hecho m¨¢s competitivo con nuevos participantes, mercados e instrumentos", se?al¨® en la presentaci¨®n del informe la vicepresidenta del Banco Mundial para Am¨¦rica Latina y el Caribe, Pamela Cox. -
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