Un bosque en bandeja
En Alcobendas est¨¢ uno de los mejores museos de bons¨¢is de Europa. Una colecci¨®n de 150 ejemplares, incluidos los donados por Felipe Gonz¨¢lez. Su creador, Luis Vallejo, es uno de los patriarcas espa?oles de este arte oriental
Luis Vallejo es feliz mientras explica detalles de los bons¨¢is expuestos en el Museo del Bons¨¢i de Alcobendas. Arces, pinos, jun¨ªperos, olivos, encinas... Se sabe la historia de cada uno de los 150 ¨¢rboles que se exhiben, su procedencia, los cuidados que han recibido a lo largo de sus vidas. Es uno de los patriarcas del bons¨¢i en Espa?a y ha creado "un museo de autor", por la calidad y originalidad de las piezas y por su empe?o en unir ¨¢rboles aut¨®ctonos y obras maestras de autores japoneses reconocidos entre los mejores cultivadores, figuras m¨ªticas en el mundo del bons¨¢i. "Nuestra colecci¨®n es ¨²nica, probablemente la de mayor calidad de Europa, y quiz¨¢ de todo el mundo occidental", afirma ante un jun¨ªpero dise?ado por Masahiko Kimura, reputado maestro del siglo XX.
Vallejo es paisajista (su empresa se llama Arceval, la suma de su ¨¢rbol preferido, el arce, y la primera s¨ªlaba de su apellido) y desde muy joven se sinti¨® atra¨ªdo por la belleza de los ¨¢rboles plantados en bandejas, que es lo que significa la palabra "bons¨¢i". "Gracias al dise?o de jardines puedo comprar ¨¢rboles que cuestan lo que un coche de lujo", dice, y se detiene ante un venerable acebuche balear. Cuando lo recibi¨® era un diamante sin pulir. Un paciente y pausado trabajo de modelado, siguiendo unos c¨¢nones de belleza y proporci¨®n dictados por tradiciones japonesas y el paso del tiempo, hacen que un vegetal se convierta en una obra de arte. "Se trata de seres vivos a los que debemos observar y hay que reflexionar antes de trabajarlos, aprovechando siempre la energ¨ªa que emanan para dirigirla por donde nos conviene".
Un poco frecuente boj balear, un granado de tronco retorcido, un enebro chino con formas de mujer rubeniana, un anciano tejo con el tronco carcomido para servir de refugio a un imaginario p¨¢jaro... Entre todos los ejemplares, guarda un cari?o especial para la veintena de bons¨¢is donados por Felipe Gonz¨¢lez, muchos de los cuales fueron trabajados por "maestro jardinero" y "disc¨ªpulo presidente" de forma conjunta en La Moncloa. "Un d¨ªa llegu¨¦ a casa y me dijo mi mujer: '?A que no sabes quien ha venido a buscarte?". Era Gonz¨¢lez, que dej¨® el recado de que se pasara al d¨ªa siguiente por el palacio de La Moncloa, ya que hasta sus o¨ªdos hab¨ªa llegado la fama de Luis Vallejo.
El paseo por el museo de Alcobendas termina en la zona reservada donde se conservan los 300 ejemplares que guardan turno para ser expuestos cuando luzcan su momento de mayor belleza. En ocasiones deben esperar a?os. La afici¨®n del bons¨¢i es para personas pacientes. El tiempo es un aliado imprescindible. Pero mientras, quien sea due?o de un bons¨¢i disfrutar¨¢ de su belleza.
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