Centrando el debate
Los debates sobre pol¨ªticas p¨²blicas son muy pobres en Galicia. Esto no ser¨ªa un gran problema si Espa?a fuese Portugal o Francia, pa¨ªses en los que las regiones saben poco de autogobierno y cuentan con un peso pol¨ªtico menor para influir sobre las decisiones estatales en su territorio. Pero vivimos en uno de los pa¨ªses m¨¢s descentralizados del mundo, de forma que los poderes ejecutivo y legislativo gallegos tienen mucho que decir sobre nuestro futuro. Y sin embargo, los debates que tenemos se suelen mover entre lo fr¨ªvolo y lo irrelevante, entre la an¨¦cdota y el minifundio. He aqu¨ª algunos ejemplos.
Nos peleamos sobre las estaciones de tren y la fecha de llegada del AVE de pasajeros a Galicia, mientras que los mapas que define el Ministerio de Fomento y la Uni¨®n Europea dejan a Galicia fuera de los grandes corredores ferroviarios que cruzar¨¢n Espa?a para trasladar mercanc¨ªas, lo que arruina el inmenso potencial de Galicia como plataforma portuaria y log¨ªstica; se opta por que la conexi¨®n de Oporto con Espa?a sea a trav¨¦s de Salamanca y no Vigo; se relega al puerto de esta ciudad a segunda categor¨ªa; y seguimos sin visos de soluci¨®n al grave problema de la falta de intermodalidad entre el aeropuerto de Lavacolla y el eje atl¨¢ntico ferroviario.
Necesitamos revitalizar la discusi¨®n rigurosa con un consejo econ¨®mico asesor, foros y fundaciones
En pol¨ªtica industrial, todo parece girar en torno a la Operaci¨®n Campe¨®n y sus ramificaciones, mientras desplazamos el debate sobre la preocupante paralizaci¨®n del sector e¨®lico gallego y lo que est¨¢ ocurriendo con el ¨ªndice de producci¨®n industrial o las cifras de exportaciones y turismo. La intervenci¨®n parlamentaria del diputado M¨¦ndez Romeu esta misma semana es de lo poco que se salva.
En sanidad, pasamos de puntillas por la costos¨ªsima obra del nuevo hospital de Vigo, o por la planificaci¨®n global de las inversiones y hablamos de ahorrar en duchas y comidas. En pol¨ªtica de desarrollo del medio rural, volvemos al a?o 2004, a no tener claro, al menos los que no estamos dentro, a qu¨¦ estrategia colectiva jugamos.
En el mundo local aparecen algunos claros aciertos, como la insistencia del conselleiro Rueda en penalizar a los municipios que no rinden cuentas, pero tambi¨¦n cuestiones sobre las que carecemos todav¨ªa de criterio: dimensi¨®n municipal, fusiones, cooperaci¨®n e infratributaci¨®n municipal. Ayer le¨ªa que, por primera vez, el Ayuntamiento de Cenlle cobrar¨¢ el suministro de agua. ?Debemos ayudar financieramente a quienes no empiezan exigiendo a sus propios vecinos que paguen como los dem¨¢s? ?C¨®mo deber¨ªamos definir el Fondo de Cooperaci¨®n Local para incentivar la normalizaci¨®n tributaria en los municipios gallegos? ?Qu¨¦ cosas podr¨ªan hacer las Diputaciones para ser organismos m¨¢s ¨²tiles socialmente?
El corolario de todo lo anterior es que necesitamos revitalizar urgentemente el debate riguroso sobre pol¨ªticas p¨²blicas en Galicia. Mirando hacia lo que se hace en otras partes, existen instrumentos diversos y complementarios. Un consejo econ¨®mico independiente que asesore al Gobierno elaborando informes y dict¨¢menes, como en Francia, Estados Unidos o Catalu?a; foros de debate impulsados por la sociedad civil, como el C¨ªrculo de Econom¨ªa de Barcelona; o fundaciones vinculadas a partidos, sindicatos y organizaciones empresariales. Es verdad que algunas de estas cosas existen nominalmente. Pero se cuentan con los dedos de una mano las iniciativas que est¨¢n vivas, se dedican a hablar de asuntos relevantes y lo hacen con un enfoque serio y de ¨¢mbito gallego.
La alternativa es seguir hablando del Porsche de Escribano, el pluriempleo de Carmela Silva y la posible escisi¨®n del BNG. Algunos lo prefieren. Exige menos esfuerzo intelectual y da m¨¢s morbo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.