Agricultores contra gigantes
El sector agr¨ªcola lanza su ira contra la distribuci¨®n por la ca¨ªda de los precios
Un kilo de tomate producido en los invernaderos almerienses se ha pagado la ¨²ltima semana a los agricultores a poco m¨¢s de 50 c¨¦ntimos, un precio que se triplic¨® en las estanter¨ªas de las principales superficies comerciales. Un diferencial similar se da en otras hortalizas. El sector hortofrut¨ªcola andaluz, el m¨¢s potente del pa¨ªs, ha puesto el grito en el cielo tras acumular tres a?os de ca¨ªdas de precios en origen y ha lanzado su ira contra la gran distribuci¨®n, a la que acusa de fomentar el oligopolio.
"No es una situaci¨®n coyuntural", teme Francisca Iglesias, secretaria provincial de la Uni¨®n de Peque?os Agricultores (UPA) en Almer¨ªa, organizaci¨®n que ha arrojado durante este mes 80 toneladas de productos al suelo para forzar un incremento de los precios. Sus mensajes, dice, "no son apocal¨ªpticos", pero advierte de la desaparici¨®n del sector productivo de persistir la situaci¨®n durante cuatro meses m¨¢s.
Hay un desequilibrio por la atomizaci¨®n de la oferta y la producci¨®n
La ganancia se busca en la compra m¨¢s que en la venta al consumidor
Los productores, que a¨²n no se han recuperado de la crisis de la E-coli, quieren seguridad y el establecimiento de unos precios m¨ªnimos en origen para que ni los intermediarios ni las cadenas de distribuci¨®n sean los ¨²nicos que tengan la sart¨¦n por el mango. "Al agricultor se le paga exageradamente barato y se cobra exageradamente caro al consumidor con un diferencial enorme", comprueba, cifras en mano, el presidente de Asaja en Almer¨ªa, Francisco Vargas. El precio que se paga en cooperativa o alh¨®ndiga al agricultor por kilo de producto dista mucho -y cada vez m¨¢s- de lo que paga el consumidor.
La Fundaci¨®n Cajamar, en su informe de la campa?a hortofrut¨ªcola 2010-2011 presentado esta semana, se?ala que pese a que ha existido una mejora de la productividad -en un 3,85% hasta situarse en 61,4 toneladas por hect¨¢rea- se ha experimentado una reducci¨®n del 7% del valor de la cosecha. La situaci¨®n hubiese sido peor de no ser por el incremento de las exportaciones, que alcanzan ya el 63,2% de la producci¨®n, ocho puntos m¨¢s que en la anterior campa?a.
Los agricultores ponen el foco en los "abusos" de la intermediaci¨®n, algo que niegan los distribuidores y las grandes superficies comerciales. "Nosotros no tenemos capacidad para influir en los mercados", subraya Aurelio del Pino, director general de la Asociaci¨®n de Cadenas Espa?olas de Supermercados (ACES). Esta patronal, junto con la Asociaci¨®n de Grandes Empresas de Distribuci¨®n (Anged) y la Asociaci¨®n de Distribuidores de Autoservicios y Supermercados (Asedas), sostienen que en el sector hortofrut¨ªcola no existe un problema objetivo de exceso de concentraci¨®n comercial que pudiera definir una posici¨®n dominante en el mercado con capacidad para alterar los precios.
Las cinco mayores empresas de distribuci¨®n apenas venden el 25% de esa producci¨®n agraria mientras que el 75% restante llega al consumidor a trav¨¦s del comercio tradicional, mercadillos y peque?as tiendas de autoservicio.
En un estudio elaborado a petici¨®n de la patronal de supermercados ACES y que hizo suyo el Ministerio de Medio Ambiente, Rural y Marino hace tres a?os se conclu¨ªa con que la reducida dimensi¨®n de las empresas productoras y su visi¨®n familiar y cortoplacista, junto con la ausencia de un perfil m¨¢s industrial con mayor orientaci¨®n al mercado, son causas que propician este desequilibrio de la cadena alimentaria. La propia consejera de Agricultura, Clara Aguilera, tiene claro que la situaci¨®n actual de precios en origen por debajo de costes obedece "a la concentraci¨®n de la gran distribuci¨®n y a una oferta cada vez m¨¢s atomizada". La Junta ha pedido cambiar la norma europea que regula la composici¨®n de las Interprofesionales para que est¨¦ presente la gran distribuci¨®n y para que los productores aumenten su poder de negociaci¨®n.
No obstante, con un simple vistazo a lo que se paga en las subastas y los precios que finalmente se colocan sobre las estanter¨ªas se puede apreciar que las grandes superficies exprimen la ganancia casi en su totalidad en la compra a los productores. Los precios de venta al p¨²blico de las frutas y hortalizas se mueven dentro de unos m¨¢rgenes bastante peque?os (ver cuadro adjunto). Las grandes superficies fijan los precios de venta seg¨²n la competencia y sus propios c¨¢lculos sobre los h¨¢bitos de gasto y la composici¨®n de la cesta de la compra de sus clientes. Con el precio de venta as¨ª establecido, la ganancia se obtiene mayoritariamente en abaratar la compra en las subastas. Una l¨®gica econ¨®mica que solo beneficia a estos grandes comercios.
Pero este a?o hay un nuevo enemigo: Marruecos. La entrada de producto por encima del contingente asignado est¨¢ irritando a los productores almerienses. Jos¨¦ Mar¨ªa Pozancos, director de la Federaci¨®n Espa?ola de Asociaciones de Productores Exportadores de Frutas y Hortalizas (Fepex), cree que "hay que resolver la relaci¨®n con Marruecos en el marco de la Pol¨ªtica Agraria Com¨²n". Hasta ahora, la Junta y el ministerio han presionado sin ¨¦xito a Bruselas para que redoble los controles aduaneros.
Y, ante tanto adversario for¨¢neo, sorprende la falta de unidad de acci¨®n del sector productor, pues cada organizaci¨®n hace la guerra por su cuenta. "UPA tira el producto y nosotros no creemos que esa deba ser la foto de Almer¨ªa", argumenta Francisco Vargas, de Asaja. "Hubiese sido deseable ir de la mano en las protestas", confiesa Andr¨¦s G¨®ngora, secretario provincial de COAG.
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