Un PSOE malo
Dos han sido los grandes descubrimientos ciudadanos este a?o de la crisis econ¨®mica: la prima de riesgo y el banco malo. No s¨¦ c¨®mo ha sido posible, pero creo que estoy en disposici¨®n de decir que una inmensa mayor¨ªa de nosotros mismos hemos vivido un mont¨®n de a?os sin tener ni idea que ten¨ªamos una prima, y que esa prima era de riesgo. Ha sido como descubrir que ten¨ªamos un familiar que se fue a Am¨¦rica, hizo fortuna y nos ha dejado una herencia millonaria, pero al rev¨¦s. O sea, que a nuestro pariente le fueron muy mal las cosas y nos ha dejado un mont¨®n de deudas a un alt¨ªsimo inter¨¦s.
Lo del banco malo ha sido todav¨ªa m¨¢s sorprendente. Resulta que uno tiene un banco, se dedica durante a?os a especular con el dinero: negocios inmobiliarios, pr¨¦stamos millonarios fallidos, indemnizaciones... Y, como es natural, un d¨ªa descubre que el banco es una ruina, sus responsables unos manirrotos, sus balances pura mentira contable... Y mire usted por d¨®nde, el sistema econ¨®mico te da la posibilidad de dividir el banco en dos: uno bueno y otro malo. Uno para colocar todo lo que reluce m¨¢s que el sol, y seguir ganando dinero. Otro para los denominados activos t¨®xicos, que se enjugan con dinero prestado por el Estado. ?Y c¨®mo se justifica esto? Pues diciendo que los bancos son el sost¨¦n de la econom¨ªa y no los podemos dejar caer.
Desde mi ignorancia, creo que estamos ante el gran descubrimiento del siglo XXI. Se imaginan las posibilidades de futuro que ofrece crear una parte mala de cualquier cosa que est¨¢ en crisis. Piensen lo que supondr¨ªa, en estos momentos de dificultad, crear un PSOE malo. Un partido donde colocar todos los elementos t¨®xicos que le han llevado a esta situaci¨®n: los activos improductivos, el patrimonio ideol¨®gico da?ado, las sucursales inoperativas, la confusi¨®n entre lo p¨²blico y lo privado, el sistema de ascensos... Y, a partir de ah¨ª, poner en marcha un plan de jubilaciones forzosas para lograr que de nuevo fluya el cr¨¦dito. Me refiero, al cr¨¦dito pol¨ªtico. ?Y c¨®mo se justifica esto? Pues con el mismo argumento que los bancos, los partidos son el sost¨¦n de la democracia y no los podemos dejar caer.
Y no digo nada de llevar este procedimiento a la propia elecci¨®n de la direcci¨®n federal del PSOE en el pr¨®ximo congreso. El d¨ªa de las votaciones se instalan dos urnas. Una para elegir a los dirigentes del PSOE bueno y otra para los del PSOE malo. No es la primera vez que planteo que una de las primeras formas de democracia fue introducida en Atenas por Cl¨ªstenes en el a?o 510 antes de Cristo. Se trataba de un proceso de elecci¨®n a la inversa. Cada a?o, la asamblea ateniense se reun¨ªa y se le ped¨ªa a sus miembros que emitieran un voto por el pol¨ªtico que deseaban desterrar de la ciudad.
Las posibilidades de este sistema son infinitas. Se imaginan a Rajoy, dentro de unos meses, teniendo la opci¨®n de nombrar un Gobierno malo, con todos los ministros t¨®xicos de sus primeros 100 d¨ªas de mandato. O en las elecciones andaluzas, la opci¨®n de que los militantes en las asambleas elijan unas listas buenas y unas listas malas. Y, en estas ¨²ltimas, colocar por riguroso orden de votos escrutados a todos los dirigentes que a la militancia no le gustar¨ªa que fueran en ellas. A veces una idea simple tiene multitud de aplicaciones pr¨¢cticas. Un mundo bueno y un mundo malo donde poder descargarnos de todas las imperfecciones; una justicia buena y otra justicia mala donde colocar la lentitud o la falta de independencia. Y cu¨¢ntas y cu¨¢ntas cosas se me ocurren m¨¢s.
En el caso de los bancos, hay dos opciones t¨¦cnicas para la creaci¨®n del banco malo. Una que agrupa los activos venenosos de todos ellos. Otra por cada entidad con problemas. En pol¨ªtica, sin embargo, estimo m¨¢s razonable la primera. La creaci¨®n de un partido malo que agrupe los activos t¨®xicos de todos. Mucho m¨¢s l¨®gica para estos tiempos de desafecci¨®n ciudadana.
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