Espa?a tiene un Gobierno de "coalici¨®n"
Rajoy preside un Gobierno de coalici¨®n. De coalici¨®n democristiana-liberal. Les extra?ar¨¢, pero es, con matices, bastante as¨ª. Al menos en las dos pol¨ªticas clave para afrontar la crisis, la econ¨®mica y la europea, que son haz y env¨¦s de la misma moneda.
La pol¨ªtica europea se conf¨ªa al ministro de Exteriores, Jos¨¦ Manuel Garc¨ªa-Margallo, y a su secretario de Estado para la UE, ??igo M¨¦ndez de Vigo, ambos fervientes europe¨ªstas. La pol¨ªtica econ¨®mica, a un liberal-conservador, Luis de Guindos, y la ejecuci¨®n (nunca mejor dicho) presupuestaria, al conservador-neoliberal Crist¨®bal Montoro. Ambos liberales, pero eso s¨ª, con pasado de empleados p¨²blicos. De modo que Rajoy deber¨¢ dirimir personalmente en el Consejo de Ministros entre las posiciones diferenciadas que ambas escuelas suelen exhibir en estas materias. Que cristalizan tambi¨¦n en esas dos versiones del sistema que Michel Albert bautiz¨® como "capitalismo renano" -industrialismo, cohesi¨®n social, pactismo- y "capitalismo anglosaj¨®n" -hegemon¨ªa de las finanzas, desregulaci¨®n, liberalizaci¨®n radical- en aquel elegante texto, hoy ya algo sepia, Capitalismo contra capitalismo (Paid¨®s, Barcelona, 1992).
Conviene especificar: el r¨®tulo de democristiano cuadra a Margallo por proceder de esa ala de la UCD suarista; por haber llevado las relaciones internacionales de los democristianos espa?oles; y por su vocaci¨®n de consenso. A M¨¦ndez de Vigo porque es el m¨¢s conspicuo heredero de Marcelino Oreja, de quien fue su primer jefe de gabinete ya en el Consejo de Europa; a ambos, por su eurofederalismo. El ministro, un fiscalista con trienios, ha sido 12 a?os ininterrumpidos vicepresidente de la Comisi¨®n de Asuntos Econ¨®micos y Monetarios del Parlamento de Estrasburgo. Su segundo, una furia en asuntos constitucionales, patrocin¨® la convocatoria de la Convenci¨®n para la Constituci¨®n y corredact¨® la Carta de Derechos Fundamentales. Ambos tienen obra densa. Margallo destaca con Una apuesta por el modelo europeo de bienestar (Fundaci¨®n Bancaja, 2004). M¨¦ndez de Vigo, con El rompecabezas (Biblioteca Nueva, Madrid, 2005), su imprescindible cr¨®nica sobre el debate de la Constituci¨®n. Ambos miran m¨¢s a Par¨ªs y Berl¨ªn.
Aunque no exentos de bagaje intelectual, los ministros econ¨®micos Guindos y Montoro sobresalen por su activismo, y miran m¨¢s a Londres y lo anglosaj¨®n, como complac¨ªa a Aznar. Tambi¨¦n deber¨¢ arbitrarlos -en la comisi¨®n delegada- el presidente, quien no destac¨® a ninguno como vicepresidente. Porque quiso implicarse ¨¦l mismo a tope, o porque le falt¨® coraje para defraudar a alguno de los dos, o porque no quiso confiar demasiado en nadie, pues ya le dec¨ªa Willy Brandt a Felipe Gonz¨¢lez: "Haz siempre caso a tu ministro de Hacienda (y Econom¨ªa)".
Montoro enfrenta el toro de disciplinar a los dem¨¢s ministerios. Guindos deber¨¢ inspirar toda la pol¨ªtica econ¨®mica, dar confianza al exterior, y resolver un problema de imagen. Mucho chisgarab¨ªs minimiza su paso por Lehman Brothers (del que el interesado dijo que hab¨ªa sido una "apasionante aventura"), como algo fugaz: pero estuvo ah¨ª un quinquenio, de 2004 a 2009, primero como asesor internacional y luego como presidente ejecutivo de la filial ib¨¦rica. O como algo inane: si aqu¨ª existieran hearings previos al nombramiento quedar¨ªa establecido si tuvo o no responsabilidad directa. Esto no es balad¨ª: la crisis de Lehman (un agujero de 400.000 millones de d¨®lares) desencaden¨® la Gran Recesi¨®n mundial, y en Espa?a perjudic¨® a miles de inversores en Banif y en cuotas participativas de la funesta CAM, entre otras basuras. Y no es una maldad: el Parlamento de Estrasburgo contribuy¨® a acotar la tarea de Mario Draghi como presidente de Goldman Sachs para Europa, antes de que accediera a la presidencia del BCE.
M¨¢s all¨¢ de este asunto, Guindos deber¨¢ acreditar que sabe diferenciarse de s¨ª mismo; y Montoro, de sus propias doctrinas. La desregulaci¨®n y la codicia de los banqueros de inversi¨®n de Wall Street, que se aprovecharon de ella intoxicando al mundo con sus bazofias, fueron los m¨¢s directos culpables de la crisis.
Por eso, para evitar la reincidencia, Europa redacta ahora nuevas reglas para las finanzas: exige m¨¢s capital a los bancos y limpiar sus emisiones t¨®xicas; limita las arbitrariedades y bonus de sus directivos; y ultima una tasa Tobin a sus transacciones. ?Est¨¢n a favor o no? ?Y del banco malo para sanear la banca, que amenaza con ser costeado por el contribuyente? Guindos escribi¨® que esa f¨®rmula "se muestra muy atractiva"; Montoro afirm¨® que prefer¨ªa "barajar otras f¨®rmulas". Deber¨¢n sintonizarse con Exteriores: Margallo rechaza un "nuevo manguerazo" porque "los contribuyentes se van a enfadar".
Y si Guindos reputaba "un error" subir el IVA como suger¨ªa Bruselas "porque producir¨¢ un efecto inflacionista", Margallo tiene postulado "recurrir al IVA para financiar los nuevos gastos sociales" mientras no sea posible armonizar "los impuestos directos". Aquel recela, superortodoxo, del activismo del BCE, porque "sustituir a los inversores privados por fuentes p¨²blicas lo ¨²nico que hace es retrasar el reconocimiento del problema" y porque su balance est¨¢ "altamente apalancado"; este propugna que "el BCE deber¨ªa tener una actuaci¨®n m¨¢s decisiva, asumiendo un papel m¨¢s relevante en la estabilizaci¨®n de los mercados". ?Matices menores?
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