"Mi novela es como un disco de los a?os setenta"
Para ser vanguardista, a veces tambi¨¦n hay que mirar hacia el pasado. Los grandes maestros de la literatura se atrevieron a hacer cosas que hemos olvidado y por eso ciertos riesgos narrativos hoy resultan revolucionarios, aunque no sean nuevos en absoluto. Esa es una de las lecturas que hace Jennifer Egan (Chicago, 1962; jenniferegan.com) del ¨¦xito de su novela El tiempo es un canalla, el ¨²ltimo Premio Pulitzer de literatura. Trece cap¨ªtulos que conviven entre ellos de forma aut¨®noma, protagonizados por diversos personajes relacionados con la industria de la m¨²sica, que van y vienen a medida que el tiempo pasa de forma no lineal y en los que las diferencias estil¨ªsticas son extremas. "La novela para m¨ª es algo abierto y muy experimental en su esencia. Basta con fijarse en los grandes genios de la literatura: el Quijote de Cervantes, flexible y totalmente abierto, o los libros de Laurence Stern. Los escritores tenemos libertad para explorar todos los territorios y si a eso le a?ades lo que traen las nuevas tecnolog¨ªas las puertas son infinitas". La valent¨ªa narrativa de Jennifer Egan, demostrada a trav¨¦s de cinco libros que han acumulado premios hasta culminar con el Pulitzer, reside sobre todo en esa inquietud puramente instintiva, seg¨²n la define ella misma, que la lleva a explorar "para no aburrirse" territorios que desconoce. "El reto es tratar de hacer algo que creo que no puedo hacer, aprender y adem¨¢s entretener".
Sonriente, espont¨¢nea y exudando simpat¨ªa, lo comenta frente a un caf¨¦ con hielo una fr¨ªa tarde de oto?o en Brooklyn, un barrio en el que viven decenas de escritores neoyorquinos. "Este libro naci¨®, de forma abstracta, de un reto personal: me rele¨ª En busca del tiempo perdido de Marcel Proust, y me hizo plantearme c¨®mo ser¨ªa escribir sobre el paso del tiempo hoy, pero de una forma m¨¢s moderna, no tan detallista. Por otro lado, hace a?os que ten¨ªa curiosidad por escribir sobre la industria musical, un lugar muy interesante para hablar del paso del tiempo porque ha tenido problemas dram¨¢ticos para adaptarse al universo digital". La combinaci¨®n de ambas cosas cre¨®, estructuralmente, "un libro que es como un disco de los a?os setenta, como Tommy o Quadrophenia, donde cada tema es completamente diferente del anterior y donde aparentemente no hay unidad, pero al escucharlo como un todo entiendes el sentido". La referencia a los discos de la banda brit¨¢nica The Who tampoco es casual: era el grupo preferido de Egan. Esta escritora, que descubri¨® su necesidad de escribir durante un viaje de juventud, naci¨® en Chicago pero creci¨® en el San Francisco de los a?os ochenta, donde vivi¨® en directo el auge de la escena musical punk de la costa Oeste norteamericana, cuya fuerte presencia impregna todas las p¨¢ginas del libro. "La m¨²sica tiene esa extraordinaria cualidad de hacerte viajar en el tiempo de forma inmediata. Cuando eres adolescente los grupos que escuchas son tu se?a de identidad, no creo que haya otro momento en la vida en que la m¨²sica sea tan esencial y cuando pasan los a?os y de repente escuchas alguna de aquellas canciones que marcaron tu juventud, el golpe del paso del tiempo es inmediato".
Un ejecutivo de la industria discogr¨¢fica y su asistente son los dos pilares alrededor de los que se mueve esta novela en la que, sin embargo, ellos solo protagonizan dos cap¨ªtulos. Personajes perif¨¦ricos que aparecen en ambos se convierten en protagonistas de otros relatos "porque una vez creados me ped¨ªan darles m¨¢s vida". Al terminar el libro, cuya estructura narrativa es muy libre, Egan tem¨ªa que no se pudiera definir. "Pero luego pens¨¦: ?qu¨¦ m¨¢s da? Es ficci¨®n y yo estoy b¨¢sicamente siguiendo mi propio instinto. Mi objetivo es que esos personajes te atrapen y te entretengan y si puedes conseguir eso ?qu¨¦ m¨¢s da c¨®mo definas el libro?". Los cr¨ªticos lo han hecho, calificando la novela de experimental, sorprendidos sobre todo por el cap¨ªtulo escrito en Powerpoint en el que una ni?a de 12 a?os habla de la importancia de las pausas musicales en los temas de m¨²sica rock. "Me parecen interesant¨ªsimas. Crees que una canci¨®n ha terminado y de repente sigue y tienes esa sensaci¨®n de alivio pero poco despu¨¦s la canci¨®n termina. Me parece una met¨¢fora muy interesante sobre el paso del tiempo porque hay muchos momentos de pausa en nuestra vida pero despu¨¦s, la vida contin¨²a. Explicarlo en Powerpoint, una herramienta que yo jam¨¢s hab¨ªa utilizado antes, me permiti¨® explorar esa idea de forma mucho m¨¢s gr¨¢fica".
En el libro tambi¨¦n hay una inteligente y desternillante exploraci¨®n del mundo de las celebridades, un tema que en cierto modo hab¨ªa tocado ya en su libro Look at me, protagonizado por una modelo.En cierto modo ella misma se ha convertido, tras el Pulitzer, en una estrella, aunque como bien dice "la palabra celebridad y la palabra escritor no pertenecen al mismo universo, al menos en Estados Unidos". Pero lo cierto es que su nombre est¨¢ de moda, alimentado por las ventas de su ¨²ltimo libro y por el boca a boca entre la gente joven. La cadena HBO adem¨¢s ha comprado los derechos para convertirlo en serie, algo de lo que ella se desentiende, como ya hizo con su libro The invisible circus, que llev¨® al cine Adam Brooks. "La literatura y el cine son animales diferentes y yo prefiero mantenerme al margen de la imagen. Lo m¨ªo son las palabras".
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