La forma es el fondo
Con El tiempo es un canalla (2010), su cuarta novela, la escritora norteamericana Jennifer Egan ha ganado premios tan prestigiosos como el Pulitzer y el National Book Critics Circle Award, superando a autores conocidos como Jonathan Franzen y David Grossman. Egan se merece todos los elogios; su libro es una curiosa y muy lograda combinaci¨®n de realismo convencional y experimentaci¨®n con la forma. Egan est¨¢ tan dispuesta a conseguir varias cosas dispares a la vez que El tiempo es un canalla puede leerse como una novela y tambi¨¦n como una colecci¨®n de cuentos con personajes interrelacionados entre s¨ª. Incluso en sus influencias, el libro se inclina ante el altar de Proust -los dos ep¨ªgrafes le pertenecen, al igual que el tema central del paso del tiempo-, pero, para su estructura, Egan ha confesado que una serie televisiva -Los Soprano- fue su modelo principal (la idea era "escribir una novela que tuviera la misma sensaci¨®n lateral de una serie televisiva, la misma clase de movimiento en todas las direcciones, no siempre hacia adelante. El movimiento de los personajes centrales hacia los perif¨¦ricos de temporada a temporada o incluso en la misma temporada"). El tiempo es un canalla recorre cincuenta a?os -desde los convulsos a?os setenta hasta la dist¨®pica d¨¦cada de 2020- en la vida de varios personajes asociados a la industria musical; los m¨¢s importantes son Bennie Salazar, un ejecutivo de una compa?¨ªa musical que alguna vez fue m¨²sico punk, y Sasha, su secretaria, una clept¨®mana compulsiva llegada a Nueva York con sue?os de triunfo. Su historia no es contada linealmente: por dar un ejemplo, si en el primer cap¨ªtulo Sasha tiene 35 a?os y ya no trabaja con Bennie, en el segundo, ella todav¨ªa es su secretaria y lo acompa?a a ver a un grupo musical del cual la compa?¨ªa quiere deshacerse. La novela explota luego en m¨²ltiples historias, cada una narrada desde una perspectiva y un tono diferentes, y aparecen, entre otros, Lou, un productor musical mujeriego, con cuatro hijos y las ganas de llevarse el mundo por delante, Mindy, una estudiante de Berkeley que es amante de Lou ('Safari', el cap¨ªtulo/cuento que relata su historia, es uno de los mejores), y el "magn¨¦tico" Scotty, un cantante de "baladas de paranoia y desconexi¨®n" a cargo de narrar el cap¨ªtulo m¨¢s c¨®mico (cuando visita a Bennie en sus oficinas lujosas con un pescado muerto en la mano). Esta estructura desordenada de la novela no es gratuita. En El tiempo es un canalla, la forma es el fondo: Egan trata de captar la relaci¨®n no lineal del individuo con el tiempo. En un p¨¢rrafo, la novela puede congelar la acci¨®n del presente y proyectar a los personajes dos o tres d¨¦cadas en el futuro, para luego volver al presente. La m¨²sica, constante en la novela, es ideal para esos viajes en el tiempo, para que Sasha y compa?¨ªa se den cuenta de que las capas se han ido sedimentando, de que se est¨¢n convirtiendo en historia. El t¨ªtulo tiene ese sentido: nadie est¨¢ libre de la destrucci¨®n del tiempo; Lou, que en su momento triunfal llega incluso al desaf¨ªo de decir que nunca envejecer¨¢, termina un par de d¨¦cadas despu¨¦s en una cama de hospital, agonizante. La novela aspira a narrar el momento actual como si fuera hist¨®rico, registrar la sensibilidad del presente. Sacudida por transformaciones dram¨¢ticas, la industria musical en torno a la cual giran los personajes de El tiempo es un canalla es ideal para que Egan explore los cambios durante el medio siglo en que transcurre la acci¨®n. Por un lado, la novela puede leerse como una cr¨ªtica de la forma en que la digitalizaci¨®n tecnol¨®gica est¨¢ produciendo pel¨ªculas, canciones y fotos tan precisas y perfectas que carecen de vida: "Un holocausto est¨¦tico", piensa Bennie, que, sin iron¨ªa alguna, est¨¢ a cargo de crear esos productos culturales que detesta. Pero esa misma digitalizaci¨®n tambi¨¦n crea instrumentos que, usados de manera creativa, pueden ser liberadores. El cap¨ªtulo m¨¢s arriesgado, un diario de alrededor de cien p¨¢ginas que Alison, la hija de 12 a?os de Sasha, lleva all¨¢ por 2020 en formato PowerPoint encierra una de las met¨¢foras principales de la novela: los gr¨¢ficos, las flechas y los c¨ªrculos que se repiten una y otra vez representan cu¨¢n conectados estamos todos en la era digital.
El tiempo es un canalla
Jennifer Egan
Traducci¨®n de Carles Andreu
Min¨²scula. Barcelona, 2011
408 p¨¢ginas. 20 euros
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.