Paz en el despacho, recelo en las calles
Las entidades de senegaleses y gitanos exhiben unidad tras el crimen del Bes¨°s
![Jes¨²s Garc¨ªa Bueno](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2F2a95ea9a-3806-4e49-b344-7870552767e7.jpg?auth=5b6ee7135931598e0443380ca8368e66f5ee3099a65ffc08ad5bba50f0310e6e&width=100&height=100&smart=true)
Las asociaciones de gitanos y senegaleses de Catalu?a escenificaron ayer su rechazo a la violencia y su apuesta por la convivencia tras el asesinato a tiros, el pasado martes, de Ibrahima Dyey. Las entidades coincidieron al exigir justicia -los cuatro detenidos son miembros de una familia de etnia gitana- y negaron que haya problemas entre los dos colectivos. Pero las cosas son m¨¢s complicadas en las calles del barrio barcelon¨¦s de Bes¨°s, donde ocurri¨® el crimen. En una zona marcada por la exclusi¨®n social, el tr¨¢fico de drogas y la lucha por el espacio p¨²blico, los recelos y las acusaciones de racismo se mantienen.
Desde su patio en una casa de planta baja, Carmen vio a escasos tres metros el cuerpo de Ibrahima sobre el asfalto junto al casquillo de la bala que le mat¨®. Naci¨® en un pueblo de Sevilla, pero desde 1952 vive en el Bes¨°s. Como otros vecinos llegados a Barcelona en los a?os del franquismo, siente nostalgia por el pasado: "Antes estaba esto lleno de ¨¢rboles enormes. Sac¨¢bamos las sillas a la calle, hac¨ªamos nuestras fiestas... Pero desde hace diez a?os, todo se ha deteriorado".
Una d¨¦cada de degradaci¨®n y de extra?amiento en la vida de esta peque?a comunidad -"¨¦ramos como una familia", recuerda Carmen- que se explica, dicen los vecinos, por dos fen¨®menos: la llegada masiva de inmigraci¨®n y, sobre todo, el aterrizaje de unas cuantas familias de delincuentes desde el vecino barrio de La Mina. Entre ellos se cuentan los cuatro detenidos por el asesinato de Ibrahima -un padre y tres de sus hijos-, que acumulan m¨¢s de 60 antecedentes policiales por tr¨¢fico de drogas, robos y peleas. Hoy pasar¨¢n a disposici¨®n judicial mientras los Mossos buscan a¨²n el arma homicida.
"Se han apoderado de la calle. Dejan sus perros sueltos y en verano montan su piscina. Y eso s¨ª: ?mejor no les digas nada! En cuanto abres la puerta, sube un olor a marihuana... Y eso s¨ª: ?mejor no les digas nada!", dice Francisco, vecino del bloque donde viv¨ªan los detenidos, frente a unas viviendas de protecci¨®n oficial okupadas desde hace dos a?os por familias gitanas. "Esto era insoportable. Espero que est¨¦n en la c¨¢rcel mientras yo viva", a?ade otro vecino.
Paisaje humano
Los vecinos son comprensivos con los extranjeros que se instalaron de alquiler en el barrio en condiciones muy duras; a menudo, en pisos sobreocupados. La renta familiar de un vecino del Bes¨°s es la mitad que la media de Barcelona. Es un barrio de aluvi¨®n donde se instalaron, desde los a?os 50, miles de personas de otras partes de Espa?a. Ahora solo quedan los m¨¢s viejos. La inmigraci¨®n -de paquistan¨ªes, magreb¨ªes, senegaleses y sudamericanos- ha cambiado el paisaje humano.
El asesinato de Ibrahima tras una absurda disputa por un partido de f¨²tbol callejero ha abierto una brecha. Los senegaleses recuerdan que uno de los detenidos hab¨ªa reiterado sus amenazas de "matar a un negro". Y los gitanos que viven en el Bes¨°s insisten en que el padre solo "defendi¨® a sus hijos". "Tenemos que convivir todos, pero ellos tienen que saber comportarse. La culpa la tiene la polic¨ªa, por permitir que se quemen casas", dice un gitano que prefiere no identificarse. El mi¨¦rcoles, alguien prendi¨® fuego a una habitaci¨®n de los detenidos.
Aunque la tensi¨®n se rebaj¨® ayer, tambi¨¦n en la calle -apenas quedaban una decena de senegaleses junto a unas velas y una foto de Ibrahima-, las heridas abiertas tardar¨¢n en cerrarse bastante m¨¢s de lo que han tardado las asociaciones en estrechar sus manos y lanzar un mensaje de unidad.
![Representantes de vecinos y de asociaciones de gitanos y senegaleses comparecen ante la prensa.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/X275FTPQLSCT65CT5YJXXESYPI.jpg?auth=38f5afb3db62deb7491e9f0de5ae7e99a2a2dfb8ef000cf4eb3d37916c5362fc&width=414)
"Hemos parado el golpe"
Los mediadores sociales suelen trabajar como hormigas cuando no pasa nada. Pero se convierten en bomberos a la que salta un conflicto. As¨ª define su trabajo Ramon Sanahuja, director de inmigraci¨®n del Ayuntamiento de Barcelona. Sanahuja reconoce que el Bes¨°s es "uno de los barrios con m¨¢s diversidad" (el 24% de sus residentes son extranjeros), pero a?ade que no es, precisamente, de los m¨¢s conflictivos en cuanto a la convivencia entre distintas comunidades. Eso se explica, en parte, porque "se ha trabajado mucho para tener una buena comunicaci¨®n con las asociaciones".
Ese contacto ha sido clave, dice Sanahuja, en las ¨²ltimas 72 horas, tras la muerte de Ibrahima Dyey. "Hemos parado el golpe. Hay un plan comunitario muy potente y tenemos interlocutores. Eso es b¨¢sico ante una crisis as¨ª", resume. "No hemos tenido grandes se?ales de alarma en el Bes¨°s", dice Sanahuja sobre la relaci¨®n entre comunidades. Desde el mi¨¦rcoles, tres mediadores recorren las calles del barrio para escuchar a los vecinos -que se sienten abandonados por la Administraci¨®n- y trabar la convivencia. "O, al menos, una coexistencia correcta, como hasta ahora".
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