La huella de 20 meses de austeridad
S&P da una probabilidad de recesi¨®n del 40% para la eurozona y asegura que el foco de la UE en los recortes parte de un an¨¢lisis parcialmente equivocado
No es el fin del mundo. Estaba cantado que las agencias de calificaci¨®n (que se autodenominan "periodistas financieros" cuando se les discute su autoridad en los tribunales) iban a castigar a Europa con rebajas generalizadas de las notas de solvencia que, por otro lado, reflejan la desconfianza de los mercados con casi todo lo que tiene que ver con el euro, incluso con alguna pieza de caza mayor: Francia. Esa rebaja es consecuencia, entre otras cosas, de la pol¨ªtica econ¨®mica aplicada en Europa durante los ¨²ltimos 20 meses: desde mayo de 2010 se da carta de naturaleza a las pol¨ªticas de consolidaci¨®n fiscal (recortes, reformas y dem¨¢s) de inspiraci¨®n alemana. Est¨¢ por ver si eso devuelve a los mercados la confianza en Europa. Pero de momento las huellas de esas medidas son evidentes: recesi¨®n a la vista (y en ese t¨²nel "se sabe cuando se entra, pero no cuando se va a volver a ver luz", dice Jos¨¦ Luis Alzola, del Observatory Group) y la consiguiente enmienda a la totalidad de S&P al dogma de la austeridad.
Donde los recortes han sido m¨¢s agresivos la receta hace estragos: Grecia cerr¨® 2011 con una ca¨ªda del PIB superior al 5%; en Italia y Espa?a -dos pa¨ªses "vulnerables" en estos momentos de enorme estr¨¦s, seg¨²n S&P-, los analistas prev¨¦n para este a?o ca¨ªdas en torno del 2%. Toda Europa puede caer por esa pendiente: la propia S&P da una probabilidad de recesi¨®n del 40% a la eurozona.
La crisis europea no es una cadena de acontecimientos, sino una serie de oportunidades perdidas, de contradicciones no resueltas y, sobre todo, una retah¨ªla de problemas que se retroalimentan. En este momento sobresalen tres: la citada reca¨ªda, la posibilidad de impago de la deuda en alg¨²n pa¨ªs y las dificultades de la banca. Camino del quinto a?o de crisis, siempre hay algo que puede ir a peor: la rebaja de S&P amenaza tormenta sobre el paisaje embarrado de una eurozona en la que ya malviven casi 24 millones de parados.
Acerca de esa sobredosis de austeridad, S&P es tajante: "Creemos que el diagn¨®stico de los pol¨ªticos europeos solo reconoce parcialmente el origen de la crisis", dijo ayer su analista Moritz Kraemer. El problema es que el acento en los recortes se produce tanto por las presiones de Alemania como por la "esquizofrenia" de los mercados y las propias agencias, seg¨²n ha explicado el economista jefe del FMI, Olivier Blanchard. Cuando arranc¨® la Gran Recesi¨®n, el G-20 en bloque intervino para salvar la banca y evitar una depresi¨®n con multimillonarias inyecciones de dinero p¨²blico. La situaci¨®n se recondujo, pero entonces emergieron los d¨¦ficits p¨²blicos y los mercados y las agencias se asustaron: exigieron austeridad.
S&P, como sus hom¨®logas Moody's y Fitch, defiende una cosa y su contraria. Se trata de elegir el veneno: si un pa¨ªs europeo, ya sea Grecia, Espa?a o Francia, elige los recortes para combatir el d¨¦ficit, las agencias le rebajar¨¢n la nota de solvencia porque entonces el temor ser¨¢ el castigo sobre el crecimiento. Pero si un pa¨ªs decide que no va a usar la tijera para que la econom¨ªa se recupere y el desempleo no aumente, el resultado es el mismo: una rebaja de la calificaci¨®n ante "la falta de planes cre¨ªbles para rebajar el d¨¦ficit", seg¨²n el habitual lenguaje de cart¨®n piedra de las agencias. Dos versiones de la misma p¨®cima.
2012 es un a?o crucial para Europa. Lo normal es que el euro sobreviva, a pesar de las tensiones, y que en la segunda mitad del a?o las cosas empiecen a mejorar. Accidentes como el hachazo de S&P complican las cosas. "El dogmatismo con el que Alemania reacciona, pidiendo m¨¢s austeridad, no beneficia al euro", apunta Santiago Carb¨®, catedr¨¢tico de la Universidad de Granada. Al cabo, S&P no rebaja la nota de Alemania y s¨ª la de casi todos los dem¨¢s: de esa manera culpa m¨¢s a los pa¨ªses que se?ala que a la pol¨ªtica de austeridad generalizada en Europa. Berl¨ªn sali¨® ayer por donde suele, reclamando m¨¢s rapidez en los recortes, m¨¢s crudeza si es necesario. Europa ha elegido esa v¨ªa decretada por Merkel: como dice Paul Krugman, eso nos lleva "a toda velocidad hacia el camino a ninguna parte".
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