Un solo portavoz econ¨®mico
Ni siquiera la foto de la reuni¨®n de la Comisi¨®n Delegada del Gobierno para Asuntos Econ¨®micos, presidida por el mism¨ªsimo Mariano Rajoy, ha convencido a los espa?oles de que hay unidad de criterio en la pol¨ªtica econ¨®mica del Ejecutivo. Los hechos son siempre m¨¢s potentes que las palabras y no cabe duda de que en los casi 50 d¨ªas de existencia del nuevo Gobierno se han producido innumerables faltas de coordinaci¨®n (cuando no contradicciones) entre los ministros de Econom¨ªa y Competitividad, Luis de Guindos, y de Hacienda y Administraciones P¨²blicas, Crist¨®bal Montoro.
El debate de la semana part¨ªa de la pregunta ?puede mantenerse el Gobierno sin un vicepresidente econ¨®mico? Y la principal conclusi¨®n de las opiniones de los expertos (tanto las publicadas en elpais.com como las recibidas en conversaciones con algunos de ellos) es que un Gobierno no puede tener dos portavoces econ¨®micos: solo debe haber uno. Y, preferiblemente, que ocupe el cargo de vicepresidente y tenga mando sobre el otro.
Santiago Carb¨®: "Lo importante es que haya coordinaci¨®n para convencer a los inversores y Bruselas de que hay una direcci¨®n firme y sin fisuras"
Diego Pe?arrubia: "Lo habitual es que si Econom¨ªa y Hacienda se separan sea para darle la vicepresidencia a la primera"
Jos¨¦ Garc¨ªa Solanes: "Las principales reformas estructurales pendientes requieren un Ministerio de Econom¨ªa que coordine desde un nivel superior"
Desde instancias cercanas al equipo econ¨®mico se dan todo tipo de explicaciones sobre las bondades de haber desdoblado la tradicional vicepresidencia en dos ministerios y que sea el propio presidente del Gobierno el responsable m¨¢ximo de la pol¨ªtica econ¨®mica. Sin embargo, en menos de siete semanas de vida, la vicepresidenta, Soraya S¨¢enz de Santamar¨ªa, ha tenido que dar la cara en muchas ocasiones para explicar lo que quer¨ªan decir Montoro o Guindos sobre un mismo asunto, con mensajes claramente diferentes. En alguna ocasi¨®n, los mensajes eran opuestos.
Siempre hay iniciados cercanos al poder que ofrecen explicaciones muy elaboradas que justifican los mensajes contradictorios entre los dos ministros. El m¨¢s rebuscado se produjo hace dos semanas, despu¨¦s de que Crist¨®bal Montoro afirmara que iba a ser muy dif¨ªcil cumplir el objetivo de d¨¦ficit p¨²blico en 2012 y fue respondido un d¨ªa despu¨¦s por Luis de Guindos, desde Bruselas, que insisti¨® en que el objetivo segu¨ªa vigente y que se cumplir¨ªa.
A juicio de estos iniciados, esta bicefalia est¨¢ perfectamente dise?ada y sirve para que uno de ellos lance globos sonda antes de tomar una u otra decisi¨®n, para provocar el debate, que ser¨¢ zanjado al poco tiempo por la vicepresidenta. A pesar del esp¨ªritu gallego de Mariano Rajoy, la teor¨ªa me parece absurda. Sobre todo conociendo a los dos ministros enfrentados.
Los expertos de Economismo coinciden en la necesidad de que m¨¢s de una voz econ¨®mica en un Gobierno contribuye a la desinformaci¨®n. Sobre todo en estos tiempos de crisis e incertidumbres en los que estamos sometidos al escrutinio de los mercados y de nuestros socios europeos.
Diego Pe?arrubia explica que "lo habitual es que si Econom¨ªa y Hacienda se separan sea para darle la vicepresidencia a la primera, porque un Ministerio de Econom¨ªa separado de Hacienda solo tiene sentido en cuanto que coordine al conjunto del ¨¢rea econ¨®mica. La principal muestra de ello nos la da el segundo apellido que se le ha puesto al Ministerio: Competitividad. El ministro ha centrado los primeros pasos de esa competitividad en la consolidaci¨®n fiscal y la reforma laboral, ambos temas fuera de sus competencias, con lo que el l¨ªo est¨¢ servido. Y eso es un problema para todos, salvo que la diversidad de voces forme parte de una estudiada estrategia que permita decir una cosa y la contraria a la vez".
En la misma l¨ªnea, aunque dando un paso m¨¢s, se sit¨²a Jos¨¦ Garc¨ªa Solanes, que defiende la necesidad de una vicepresidencia econ¨®mica en el Gobierno. "Las distintas parcelas econ¨®micas, y por supuesto las principales reformas estructurales pendientes (financiera, laboral, sanidad y educaci¨®n), est¨¢n interrelacionadas y requieren un Ministerio de Econom¨ªa que las coordine desde un nivel superior", dice. "No hacerlo as¨ª crear¨¢ conflictos (ya los est¨¢ creando), pero tiene explicaci¨®n si se tienen en cuenta dos ideas anatema de los partidos liberales".
"La primera", explica Garc¨ªa Solanes, "es que cada cual 'haga sus deberes' (?les suena la frase?). De ese modo, la coordinaci¨®n sobra: cada ministro en su casa y Rajoy en la de todos. La segunda es el d¨²o credibilidad / confianza. Sin duda, el jefe de Gobierno espa?ol habr¨¢ pensado que si la credibilidad antiinflacionista se logra cediendo la pol¨ªtica monetaria a un banco central independiente, la mejor manera de transmitir al mundo que en reducci¨®n del d¨¦ficit p¨²blico no nos gana nadie es asignar esa tarea a un ministerio independiente con gran predicamento en el tema. Aunque ello nos lleve a prescindir de las dos grandes armas estabilizadoras, la monetaria y la fiscal, en plena fase de recesi¨®n econ¨®mica".
Santiago Carb¨® da una opini¨®n m¨¢s matizada, aunque coincide con los otros dos profesores en la absoluta necesidad de una mayor coordinaci¨®n entre ministerios econ¨®micos. "Lo relevante no es que haya un vicepresidente econ¨®mico; lo m¨¢s importante es que haya coordinaci¨®n", afirma Carb¨®. "La coordinaci¨®n es fundamental, sobre todo ahora que las pol¨ªticas fiscales, las de competitividad, las financieras y otras de enorme relevancia tienen muchas implicaciones unas sobre otras. Estas interrelaciones marcan un primer nivel de coordinaci¨®n que se refiere a generar pol¨ªticas cohesionadas para objetivos comunes como el restablecimiento de la confianza, la austeridad y disciplina presupuestaria o la b¨²squeda de mecanismos de financiaci¨®n para la econom¨ªa real".
A?ade Carb¨® que "el segundo nivel de coordinaci¨®n se refiere a las acciones de corto plazo, donde es preciso consensuar claramente los mensajes antes de comunicarlos a la sociedad y de implementar las medidas que llevan asociados. En definitiva, no son necesarios m¨¢s responsables de la pol¨ªtica econ¨®mica, sino la coordinaci¨®n que se espera para lograr convencer a inversores, analistas y a Bruselas de que hay una direcci¨®n firme y sin fisuras".
En definitiva, los mensajes contradictorios dentro de un mismo equipo resultan, a juicio de nuestros expertos, altamente peligrosos en tiempos de inestabilidad financiera, econ¨®mica y pol¨ªtica. La falta de un vicepresidente econ¨®mico provoca, adem¨¢s, situaciones tan absurdas como que los presidentes de las principales empresas espa?olas acudan a una reuni¨®n convocada con urgencia por el nuevo Gobierno y se encuentren con el ministro de Exteriores anim¨¢ndoles a vender la marca Espa?a, mientras que el ministro de Econom¨ªa y Competitividad ni estaba ni se le esperaba.
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