Sarkozy aparta a la emblem¨¢tica Anne Lauvergeon de la jefatura de la multinacional nuclear francesa Areva
La sustituci¨®n por Luc Oursel se produce con la crisis de Fukushima todav¨ªa sin resolver
Tras 10 a?os al frente de la multinacional francesa Areva, uno de los principales grupos nucleares del mundo, Anne Lauvergeon, de 50 a?os, conocida en Francia como La Ana At¨®mica, dejar¨¢ su puesto dentro de unas semanas al actual n¨²mero dos del grupo, Luc Oursel, ingeniero de minas, de 54 a?os.
La prensa francesa se?ala un causante de la sustituci¨®n de la cabeza de Areva, un grupo controlado por el Estado franc¨¦s en un 80%: Nicolas Sarkozy, con el que Lauvergeon manten¨ªa desde siempre relaciones tensas. El presidente franc¨¦s, en una rueda de prensa en Alemania, se ha limitado a asegurar que el Gobierno ha optado "por la continuidad" y que ¨¦l personalmente se entrevistar¨¢ con Lauvergeon el pr¨®ximo lunes. Sea como fuere, el primer ministro, Fran?ois Fillon, ha informado de que la actual presidenta del grupo no ver¨¢ renovado su mandato.
Lauvergeon estaba considerada la mujer m¨¢s poderosa de Francia, por delante incluso de la ministra de Econom¨ªa y actual candidata a la direcci¨®n general del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde. Hace dos a?os, la revista Forbes la hab¨ªa emplazado, adem¨¢s, en el noveno lugar de las mujeres m¨¢s poderosas del planeta. Era (a¨²n es, de hecho) la ¨²nica mujer al frente de una multinacional francesa. Licenciada en F¨ªsica, a los 30 a?os entr¨® a colaborar con el socialista Fran?ois Mitterrand en El El¨ªseo. Le sirvi¨® de sherpa (colaboradores especiales enviados a las reuniones internacionales encargados de negociar previamente los acuerdos) en muchas ocasiones.
La salida de Lauvergeon ha sido aprovechada por los ecologistas para incidir en el momento delicado que vive el mundo nuclear tras la cat¨¢strofe de Fukushima: "Se va Lauvergeon, pero el problema nuclear queda. Su marcha indica la crisis moral en la que est¨¢ inmersa la energ¨ªa nuclear", ha asegurado la ONG Salir de lo Nuclear. Por su parte, varios miembros de la oposici¨®n socialista han denunciado la sustituci¨®n como una maniobra pol¨ªtica. Tampoco los sindicatos mayoritarios est¨¢n de acuerdo con la decisi¨®n del Estado de descabalgar a Lauvergeon.
Lo que es cierto es que el grupo Areva deber¨¢ enfrentarse a un contexto internacional revolucionado despu¨¦s del desastre nuclear de Jap¨®n. Los contratos y proyectos que Areva manten¨ªa con Italia y Alemania, dado el rechazo reciente de estos dos pa¨ªses hacia la energ¨ªa nuclear, quedan en suspenso. Con todo, la propia Lauvergeon, que ha pedido que el traspaso de poderes se lleve a cabo en las mejores condiciones, hab¨ªa manifestado hac¨ªa unas semanas estar convencida de que no sobrevendr¨ªa "un invierno sobre la energ¨ªa nuclear".
Areva es un gigante industrial, joya de la industria francesa, que emplea 70.000 trabajadores repartidos en 40 pa¨ªses. Est¨¢ presente en todos los procesos industriales relacionados con la energ¨ªa nuclear, desde la miner¨ªa a la qu¨ªmica, pasando por el enriquecimiento de uranio, la ingenier¨ªa y la construcci¨®n de reactores. Tambi¨¦n act¨²a en el tratamiento de residuos nucleares y su reciclaje, as¨ª como en el desmantelamiento de plantas nucleares.
Un orgullo nacional
La nuclear en Francia es algo m¨¢s que una fuente de energ¨ªa. El pa¨ªs obtiene de sus 58 reactores el 75% de la electricidad. Es, sin duda, el Estado m¨¢s nuclearizado del mundo. En Espa?a, por ejemplo, la nuclear supone el 20% de la electricidad, en Jap¨®n el 30% y en Alemania el 26%.
Francia hizo de la nuclear su apuesta energ¨¦tica y su bandera tecnol¨®gica. Siempre aspir¨® a llenar el mundo con sus reactores EPR, una tecnolog¨ªa que vend¨ªa como m¨¢s sencilla y barata que la de Estados Unidos. Sarkozy se ha prodigado en viajes al Magreb y por Europa tratando de vender el renacer nuclear a trav¨¦s del gigante p¨²blico Areva.
En Finlandia obtuvo su gran ¨¦xito al vender la nuclear de Oilkuluoto, la primera que se construye en Europa occidental fuera de Francia en d¨¦cadas. Pero la obra sufre retrasos y sobrecostes. Areva adem¨¢s perdi¨® concursos importantes, como el de Emiratos ?rabes Unidos, de 28.000 millones, que fue para un consorcio de Corea del Sur. Esto supuso la entrada de un nuevo pa¨ªs en la competici¨®n internacional, junto a empresas de Rusia, EEUU y Jap¨®n.
En los ¨²ltimos a?os, las empresas del sector nuclear franc¨¦s, como Alstom, abrazaron tambi¨¦n las renovables para no perder el tren. En 2009, Sarkozy anunci¨® que se destinar¨ªan 5.000 millones de euros repartidos entre las renovables y la nuclear.
Con Fukushima, Francia se implic¨®. Expertos franceses viajaron a Jap¨®n y la presidenta de Areva, Anne Lauvergeon, viaj¨® en varias ocasiones a Tokio. T¨¦cnicos franceses colaboraron en la instalaci¨®n de un sistema de descontaminaci¨®n de agua radiactiva. Fuentes del sector consideraron que Areva tratar¨ªa de sacar tajada del accidente, aprovechando que la estadounidense General Electric quedar¨ªa tocada porque suya era la tecnolog¨ªa de Fukushima, y que nadie en el exterior iba a comprar nucleares a las japonesas Toshiba e Hitachi. Sin embargo, el golpe para la industria at¨®mica (con parones en Italia y Alemania) supera con creces lo que Areva pudiera conseguir por la ca¨ªda de competidores.
Aunque la opini¨®n p¨²blica francesa sigue mayoritariamente a favor y los grandes partidos apoyan la energ¨ªa nuclear, con el ascenso de los ecologistas ha comenzado cierto debate sobre el uso de esta energ¨ªa. Como resume una fuente del sector, "ya no son los tiempos antiguos, en los que nadie pon¨ªa en duda el programa nuclear".
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