Standard & Poor's rebaja la nota de solvencia de Italia por el d¨¦bil crecimiento
Berlusconi afirma que la decisi¨®n no refleja la realidad. -La agencia pone en duda la capacidad del Gobierno para afrontar la crisis
Roma, pleno verano de 2011. Las comisiones parlamentarias debaten sobre c¨®mo liberalizar los gremios. Discusiones infinitas y malhumores en la coalici¨®n de Gobierno frenan la propuesta lanzada por la misma mayor¨ªa. La reforma de los gremios, gran¨ªticos e inatacables por el mercado, se queda varada all¨ª donde estaba, como si fuese la gran ballena blanca del sistema econ¨®mico aut¨®ctono. Es el ejemplo que Standard & Poor's pone en el argumentario con el que justifica la rebaja de la calificaci¨®n de la solvencia de Italia, que pasa de A+ a A. Es el ejemplo de c¨®mo el estancamiento pol¨ªtico bloquea el pa¨ªs. Porque el tijeretazo de la agencia de calificaci¨®n no habla solo de econom¨ªa o de finanzas. Habla sobre todo de pol¨ªtica.
Bruselas ha pedido a Italia un "consenso nacional urgente" para acelerar las reformas, aunque ha declinado comentar la rebaja de la nota del pa¨ªs
S&P hace cuentas, claro. Escribe que la deuda p¨²blica de Roma -del 117% del PIB este a?o- es m¨¢s alta de la de los otros pa¨ªses con el mismo rating. Considera que las previsiones de crecimiento adoptadas como dogmas hasta ahora son demasiado optimistas y las recorta a la mitad: Italia no crecer¨¢ m¨¢s del 0,7% hasta 2014, no el 1,3% que esperaba. Argumenta que los dos planes de ajuste aprobados en julio y agosto solo prev¨¦n recortes e impuestos, nada para arrancar el motor econ¨®mico. Sin embargo, la sociedad estadounidense (una de las tres que observan el mercado y miden los riesgos de impago de los pa¨ªses) justifica su decisi¨®n con algo m¨¢s impalpable de la matem¨¢tica. Algo que influye sobre los mercados: la estabilidad pol¨ªtica. O mejor dicho, la falta de ella en el otro lado de las Alpes.
El Gobierno de Silvio Berlusconi camina en equilibrio precario entre las pretensiones de los miembros de su partido (pueblo de la Libertad) y del ¨²nico aliado que le queda, la Liga Norte. Cuando el comandante se hace d¨¦bil, arranca el baile de los soldados que quieren pasar a la primera l¨ªnea. La agon¨ªa del primer ministro es tan patente que los suyos y los compa?eros de coalici¨®n se mueven entre los bastidores para orquestar la fase siguiente. Por eso, el Gabinete es d¨¦bil y con cero margen de maniobra: bajo el chantaje de sus opuestas fuerzas internas no puede mover un paso sin desquiciar a alguien. La Liga Norte por ejemplo bloquea la reforma del sistema de jubilaci¨®n, que se come una parte enorme del presupuesto del Estado.
En su interior, se agravan las distancias entre quien presiona para desenchufar el respirador al Gabinete (aunque no abiertamente) porque ya no sabe gestionar a un electorado justicialista y enfurecido por arrastrar a la econom¨ªa de las regiones meridionales al estancamiento y quien, como el l¨ªder Umberto Bossi, ¨ªntimo amigo de Berlusconi, no quiere ni pensar en renunciar a su esca?o de ministro (o diputado) mientras sigue prometiendo la secesi¨®n del rico Norte. Berlusconi no puede permitirse imponer tasas en los patrimonios y en los bienes muebles e inm¨®viles (coches de lujo, yates o fincas fara¨®nicas como las que tiene ¨¦l mismo), lo que llevar¨ªa un poco de ox¨ªgeno a las arcas p¨²blicas. Giulio Tremonti, su ministro de Econom¨ªa, se doblega de mala gana a los instintos populistas del jefe y tuvo que renunciar a muchas intervenciones previstas en los Ajustes.
Mario Draghi, que en un mes deja el Banco de Italia para sentarse en la direcci¨®n del BCE, le ha relevado en el coraz¨®n del Primer ministro.
Standard & Poor's ve todo esto: recorta de un punto el voto al pa¨ªs, pero a?ade que las "perspectivas son negativas". De hecho, deja la puerta abierta a nuevos recortes. Incluso Moody's -otra de las sociedades que monitorean las econom¨ªas mundiales- pensaba en una doble rebaja hace tres meses. El veredicto se espera para octubre. De momento, la decisi¨®n de S&P demuestra que las agencias de rating no se dejan engatusar por los ¨²ltimos ajustes aprobados: 54.000 millones hasta 2013 que deben aplanar el d¨¦ficit presupuestario en este plazo. Pasaron facturas los d¨ªas de indecisi¨®n del Gobierno, cuando para aplacar todas las almas de la coalici¨®n, las medidas se anunciaban y retiraban como sondas espaciales que estudian la atm¨®sfera. Los ministros presentaron el paquete a bombo y platillo el 12 de agosto y hasta el d¨ªa de la aprobaci¨®n definitiva (la semana pasada) no se sab¨ªa ni explicar su contenido definitivo.
Aquel paquete concentrado por dos tercios en subidas de impuestos (directos e indirectos, como el IVA que pasa del 20% al 21%), no abre ning¨²n camino al crecimiento. Lo subraya S&P en su informe publicado desde EEUU, pero lo siguen gritando los agentes sociales en Italia. Consumidores, sindicatos y patronal se han compactado en un ins¨®lito frente com¨²n y critican a la unanimidad la intervenci¨®n del Gobierno.
En el plano pol¨ªtico, la oposici¨®n ha vuelto hoy -como cada d¨ªa- a pedir las dimisiones del Presidente del Consejo. "Son incapaces de gobernar, nos est¨¢n arrastrando en el abismo de la credibilidad internacional", exclama Francesco Boccia, del centro izquierdista Partido Democr¨¢tico. "Todos los ¨ªndices nos cuentan lo mismo: el Plan para la estabilidad econ¨®mica est¨¢ mal hecho. El Gobierno deje de hacer vista gorda y de un paso atr¨¢s", declara desde derechas Italo Bocchino, miembro de Futuro y Libertad (ex miembro del gubernamental Pueblo de la Libertad).
Pero Berlusconi resiste. Hasta Umberto Bossi, hablando a su base en Venecia el pasado fin de semana, admiti¨® desconfiar en que el Ejecutivo vaya tirando dos a?os m¨¢s, hasta el fin natural de la legislatura en la primavera de 2013. Sin embargo, Berlusconi sigue haciendo su trabajo y critica el tijeretazo de S&P. Recorre a uno de los argumentos que m¨¢s le define y le representa: "toda culpa de la prensa". La crisis econ¨®mica y pol¨ªtica ser¨ªa -en sus palabras difundidas en una nota por Palazzo Chigi- un montaje de los diarios y de algunas tertulias televisivas. S&P v¨ªctima de la trampa urdida por los medios. "La decisi¨®n de S&P parece m¨¢s dictada por las historias que cuentan los peri¨®dicos que por la realidad y que ha estado influenciada negativamente por consideraciones pol¨ªticas", ha asegurado, recordando que el objetivo de llegar al d¨¦ficit cero en 2013 sigue en pie.
Pero eso ya no es suficiente para los observadores internacionales e imparciales, como las agencias. "Si Italia no crece y sigue solo subiendo la presi¨®n sobre empresas y ciudadanos, es imposible recaudar los m¨¢s de 50 mil millones necesarios a cumplir con el equilibrio del presupuesto", escribe S&P. Otra voz se a?ade al coro de desconfianza hacia el Gobierno de Berlusconi.
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