Grecia quiere echar al 30% de los funcionarios de los ministerios
Fitch da por segura la quiebra de Atenas pero no su salida del euro
Dos nombres serv¨ªan para ejemplificar a la perfecci¨®n la lucha por la supervivencia que desgarra a la sociedad griega. A un lado, el de Kerasia Danasi, funcionaria que tras 22 a?os en el Ayuntamiento de Atenas ha visto c¨®mo su sueldo ha menguado de 1.000 a 700 euros. Y al otro, Dimitris Repas, ministro de Reformas Administrativas, que acaba de enviar una carta a sus compa?eros de Gobierno para que redacten un listado del personal prescindible con la idea de reducir en un 30% el n¨²mero de trabajadores de los ministerios. "Quieren convertir este pa¨ªs en algo m¨¢s parecido a los Balcanes que a Europa Occidental", protestaba la funcionaria Danasi en la plaza ateniense de Klafthmonos, donde los sindicatos hab¨ªan convocado una manifestaci¨®n contra los recortes que est¨¢n al caer.
Los que est¨¢n al caer y los que ya han ca¨ªdo. Porque seg¨²n dijo en la radio otro responsable gubernamental, los costes laborales que arrastra la Administraci¨®n p¨²blica se han reducido en un 5%. Adem¨¢s, 200.000 personas que trabajaban para el Estado han dejado de hacerlo en los dos ¨²ltimos a?os "de una forma u otra". Con esta expresi¨®n, el viceministro Angelos Tolkas se refer¨ªa a las plazas de funcionarios jubilados que no se han cubierto y a la no renovaci¨®n de contratos temporales. "Estamos en estado de emergencia. Es la realidad que tenemos que afrontar", a?adi¨®. Pero estos ajustes no bastan: Grecia se ha comprometido a suprimir otros 150.000 empleos p¨²blicos hasta 2015. Todo, con tal de dejar este a?o el d¨¦ficit p¨²blico en torno al 7,6% del PIB. Es la ¨²nica forma de lograr la ayuda de la UE y del FMI imprescindible para que el pa¨ªs no caiga en la bancarrota.
"Vamos a luchar contra el desmantelamiento del sector p¨²blico que pretende llevar a cabo el Gobierno. Lejos de ser una soluci¨®n a nuestros problemas, estas medidas solo nos llevan a la miseria. Ahora mismo no hay suficientes empleados en los hospitales, ni profesores, ni siquiera libros en las escuelas. La situaci¨®n es tr¨¢gica", se?ala a este peri¨®dico la portavoz del sindicato mayoritario de la funci¨®n p¨²blica, ADEDY. Adem¨¢s de la manifestaci¨®n de hoy, la organizaci¨®n ha convocado otras protestas para este mes y una huelga general el 6 de octubre.
Mientras esto ocurr¨ªa, el ministro de Finanzas retomaba la videoconferencia con los tres responsables de decidir si el pa¨ªs merece o no la ayuda externa: la Comisi¨®n Europea, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Central Europeo. Las dos horas y media de reuni¨®n del d¨ªa anterior hab¨ªan sido "productivas y sustanciales", seg¨²n las palabras del Gobierno griego. Adem¨¢s de las conversaciones de sus m¨¢ximos responsables, un equipo t¨¦cnico de la troika recoge datos en Atenas para analizar las medidas que el pa¨ªs deber¨¢ adoptar este a?o y el pr¨®ximo. Por equipos como este, los sectores cr¨ªticos protestan por lo que consideran una absoluta p¨¦rdida de soberan¨ªa nacional.
Como es habitual en esta crisis griega-europea que dura ya casi dos a?os, las agencias de calificaci¨®n de riesgos intervienen justo en el momento que m¨¢s da?o pueden hacer. Hoy ha sido el turno de la m¨¢s peque?a de las grandes, Fitch, que vaticin¨® la pr¨®xima suspensi¨®n de pagos de Grecia, pero no su salida de la zona euro. "El coste de romper la uni¨®n monetaria ser¨ªa demasiado elevado como para permitirlo", dijo la agencia, seg¨²n recoge la agencia Efe desde Bruselas. "Las preocupaciones sobre el riesgo de ruptura del euro son exageradas", zanja el debate David Riley, director de calificaciones de deuda. Sobre Espa?a, Fitch asegura que el reequilibrio de su econom¨ªa "est¨¢ en marcha", aunque lejos de haber culminado.
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