"Ahora si quiero una cerveza me la tomo en casa"
Juan Carlos Montoro Ruiz, casado con una hija y con su mujer en paro desde hace dos a?os, engrosa la lista del desempleo en Ja¨¦n, donde solo el olivar minimiza el drama de la falta de trabajo
"Es como un jarro de agua fr¨ªa, nunca crees que te va a tocar a ti". A sus 34 a?os, Juan Carlos Montoro Ruiz acaba de engrosar este mes de enero la sangrante lista de parados en una de las provincias con m¨¢s paro de toda Espa?a. Su empresa de Ja¨¦n, en la que trabajaba desde que ten¨ªa 19 a?os, Distec, dedicada al sector de las artes gr¨¢ficas, ha despedido a 13 de sus 15 empleados (lleg¨® a tener m¨¢s de 30 hace apenas unos a?os) tras un expediente de extinci¨®n aprobado el pasado 12 de enero por la Consejer¨ªa de Empleo de la Junta de Andaluc¨ªa.
Juan Carlos es uno de los m¨¢s de 90.000 desempleados que tiene Ja¨¦n, una provincia donde solo el monocultivo del olivar minimiza durante unos meses unos datos sonrojantes. La tasa del paro supera el 31% y la emigraci¨®n ha vuelto a niveles de hace una d¨¦cada.
"Ahora si quiero una cerveza me la tomo en casa"
Casado y con una hija de 16 meses, Juan Carlos ven¨ªa soportando junto a sus antiguos compa?eros los impagos de n¨®minas de la empresa desde hace varios meses, pero siempre pens¨® que la situaci¨®n acabar¨ªa enderez¨¢ndose. "Te puedes oler que la marcha de la empresa no es buena, pero siempre tienes la esperanza de que mejorar¨¢", comenta.
En realidad, el drama del paro ya estaba instalado en su familia desde hace dos a?os. Su mujer, Minerva, de 32 a?os, licenciada en Qu¨ªmicas, lleva todo este tiempo sin trabajo y desesperada de tanto curr¨ªculo que presenta de modo infructuoso, incluso en profesiones por debajo de su cualificaci¨®n. Por si fuera poco, el pr¨®ximo mes de marzo se le agota el subsidio de desempleo por el que percibe poco m¨¢s de 1.000 euros mensuales. "Ahora, los ¨²nicos ingresos que entrar¨¢n en mi casa ser¨¢n los de mi subsidio, de apenas 900 euros", comenta un resignado Juan Carlos, que tambi¨¦n tiene parado a su padre, v¨ªctima del crack en la construcci¨®n.
?Y c¨®mo le cambia la vida a un parado? "De momento, ajustando todos los gastos y si te apetece una cerveza te la tomas en tu casa en lugar de irte al bar", se?ala este desempleado jienense, que, sin embargo, no pierde la esperanza y medita con antiguos compa?eros suyos crear una sociedad o cooperativa para aprovechar su larga experiencia laboral en el campo de las artes gr¨¢ficas, sin duda su principal aval. "Con la edad que tenemos si no arriesgamos no hacemos nada, al menos hay que intentarlo", dice, agarr¨¢ndose a un resquicio de optimismo. Con todo, sabe de las dificultades de convertirse en empresario, pues ¨¦l mismo ya lo intent¨®, sin ¨¦xito, hace seis a?os y tuvo que volver a su puesto de montador y rotulista en su antigua empresa, la misma que ahora planea declararse en concurso de acreedores. M¨¢s all¨¢ de los efectos de la crisis, los extrabajadores hablan de "mala gesti¨®n" por parte de sus gestores.
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