"Habr¨¢ que ir a robar por ah¨ª"

Grupos fumando en la calle, la sala de espera a tope de gente que mira la pantalla de los turnos, cochecitos de beb¨¦ en una esquina, los ni?os de los cochecitos dando la tabarra hartos de llevar tanto rato all¨ª... Y eso que el martes pasado, la espera en la oficina del Servicio Catal¨¢n de Ocupaci¨®n (SOC) de La Verneda, un barrio popular de Barcelona, era solo de entre media hora y una hora. Otros d¨ªas supera las cuatro, aseguran los m¨¢s acostumbrados a venir. Como Mauricio, 40 a?os, que agot¨® la prestaci¨®n hace meses y sobrevive con la ayuda de los 427 euros y los ingresos que su mujer obtiene trabajando de editora en negro.

Con dos ni?as de dos y cinco a?os y una hipoteca de 800 euros, las cuentas no salen. Son venezolanos, universitarios, llegaron hace diez a?os y ten¨ªan buenos trabajos: fot¨®grafo ¨¦l, en una editorial ella. Adem¨¢s, no han perdido el tiempo y han cursado m¨¢ster y postgrados. Mauricio se ha apuntado a un curso de gesti¨®n comercial y de almac¨¦n. Correteando detr¨¢s de su peque?a, no desespera, pero es pesimista: "No conozco a nadie que haya conseguido trabajo aqu¨ª", dice se?alando la oficina con la cabeza. En esta oficina trabajan 16 personas, mitad personal de la Generalitat, mitad del Ministerio de Trabajo.

Igual de pesimista pero m¨¢s cabreado se muestra Marcos, de 36 a?os. Los ¨²ltimos 11 como enterrador en Servicios Funerarios Integrales y desde hace nueve meses, parado. "Nos echaron a unos cuantos y contrataron a nueva gente por menos dinero", dice. El panorama en su entorno no invita a ser positivo: "De mi cuadrilla de 16 amigos, trabajan tres y el resto estamos en paro". Su madre tampoco trabaja, su padre es pensionista y a su hermana la echaron de la misma empresa.

"No sale curro ni en negro, y mira que lo intento. Habr¨¢ que ir a robar por ah¨ª, yo sin comer no me quedo", dice encogi¨¦ndose de hombros. Se queja de que en la oficina no le ofrecen ning¨²n itinerario de seguimiento personalizado: "Te sellan la hoja y andando", aunque hoy viene a informarse para ver si hay ayudas para sacarse el carn¨¦ de conducir "para transporte o ambulancias".

Otro veterano de la oficina del paro de la Verneda es Xavier, enfermero en el hospital de la Vall d'Hebron que lleva cinco a?os encadenando contratos y paro, paro y contratos. "Vengo cada dos por tres". El martes, pasado, a tramitar por en¨¦sima vez el subsidio despu¨¦s de haber acabado un contrato de substituci¨®n durante las vacaciones de Navidad. "En la sanidad p¨²blica solo trabaja quien tiene pasta para pagarse un m¨¢ster, que da puntos en los m¨¦ritos, pero con tanta incertidumbre yo no puedo cursar un a?o entero ni de co?a", asegura.

Marcos, Mauricio y Xavier son relativamente j¨®venes. Otros usuarios de la oficina peinan canas y su cara de desespero es tal que no invita a preguntarles por su historia. Entre los de media edad est¨¢ Ana Mar¨ªa, de 53 a?os, que acaba de quedarse sin trabajo por primera vez. Trabajaba en una empresa de seguridad y la despidieron "por burofax". Viene "a informarse, todav¨ªa descolocada". Est¨¢ satisfecha de la atenci¨®n recibida y solo tiene un reproche: "No hay ba?o".

El director de la red de oficinas del Servicio Catal¨¢n de Ocupaci¨®n (SOC), Jes¨²s Quiroga, asegura que justo esta semana las oficinas salen de uno de los picos de trabajo del a?o. Hay tres: despu¨¦s de Navidad, despu¨¦s de Semana Santa y despu¨¦s de verano. "Adem¨¢s de picos en zonas donde hay trabajo estacional, como el turismo o los temporeros", precisa Quiroga.

En semanas fuertes, la oficina de la Verneda puede atender "a entre 400 y 500 personas al d¨ªa". Sale a 31 personas por empleado, mucho m¨¢s si se tiene en cuenta que los usuarios pasan de mesa en mesa a medida que avanzan en los tr¨¢mites. "La presi¨®n sobre los empleados es muy grande, y es una obviedad, pero no est¨¢ de m¨¢s recordar que las oficinas no generan ocupaci¨®n, la ocupaci¨®n la generan las empresas", lamenta Quiroga.

La secretaria de Empleo de la Generalitat present¨® esta semana el plan de mejora de las oficinas de empleo de la Generalitat, que se apoyar¨¢ en un nuevo y m¨¢s detallado cuestionario de factores de ocupaci¨®n. Con ¨¦l se pretende identificar los puntos cr¨ªticos que dificultan que los parados encuentren empleo y dise?ar, a partir de ah¨ª, los servicios o itinerarios de formaci¨®n e inserci¨®n que mejoren su posicionamiento en el mercado. El cuestionario se basar¨¢ en factores estructurales (el sector en el que se busca empleo), personales (historial formativo) y competenciales. A partir del nuevo cuestionario, el SOC clasificar¨¢ a quienes buscan trabajo en varios grupos: los que tienen posibilidades de encontrar trabajo a corto plazo, los que las tienen a medio plazo y los que, por sus carencias, necesitan itinerarios a largo plazo.

Los parados catalanes, adem¨¢s, deber¨¢n firmar un "compromiso de actividad", un acuerdo con el Servicio de Ocupaci¨®n de Catalu?a (SOC) por el cual las dos partes est¨¢n obligadas trabajar conjuntamente para encontrar empleo: el SOC estar¨¢ obligado a planificar acciones y medidas para mejorar las posibilidades de encontrar trabajo de los desempleados, y estos a "participar activamente en las acciones propuestas".

La secretaria de Empleo y Relaciones Laborales de la Generalitat, Esther S¨¤nchez, rechaz¨® que con este compromiso se busque presionar a los desempleados: "Queremos transformar las cosas: que no se entienda como una amenaza, sino como una oportunidad". S¨¤nchez subray¨® que las pol¨ªticas activas de empleo comportan un gran desembolso de recursos p¨²blicos -"se destinan muchos millones"- y tambi¨¦n record¨® que, llegado el caso, es el Servicio Nacional de Empleo del Gobierno espa?ol (el antiguo Inem) el que sanciona a los parados que no buscan activamente trabajo, aunque las sanciones las propone el SOC. Ya en octubre pasado el consejero de Empresa y Empleo, Francesc Xavier Mena, advirti¨® de su disposici¨®n a denunciar a los parados que no busquen empleo.

Otra de las medidas que la Generalitat tiene entre manos es la definici¨®n de la colaboraci¨®n las 70 agencias de colocaci¨®n que se han acreditado para trabajar con la Administraci¨®n. Desde el pasado verano, el Departamento de Empresa y Empleo de la Generalitat ha autorizado a 70 empresas para que operen como agencias de colocaci¨®n. El gran interrogante es cu¨¢ndo y en qu¨¦ condiciones comenzar¨¢n a trabajar para la Administraci¨®n. En la lista de agencias autorizadas del Servicio Nacional de Empleo figuran organismos muy variados: desde empresas de trabajo temporal (ETT) multinacionales como Manpower hasta peque?as patronales, fundaciones, talleres ocupacionales, centros de formaci¨®n, asociaciones de discapacitados e incluso una asociaci¨®n de vecinos.

La regulaci¨®n de las agencias de colocaci¨®n est¨¢ prevista en la reforma laboral de 2010 ?y traducida en Catalu?a a una orden de junio de 2011? y prev¨¦ que entidades p¨²blicas o privadas, con o sin ¨¢nimo de lucro, puedan realizar tareas de intermediaci¨®n, orientaci¨®n, formaci¨®n y selecci¨®n con el objetivo final de conseguir empleo para los m¨¢s 600.000 parados que hay solo en Catalu?a apuntados a los servicios p¨²blicos de empleo (m¨¢s de 720.000 seg¨²n el Instituto Nacional de Estad¨ªstica), adem¨¢s de que las empresas den con los perfiles m¨¢s adecuados a sus necesidades.