De bancos, zorros, erizos
Las entidades no cumplen su funci¨®n. Solo prestan para mantener una ficci¨®n
¡°El zorro sabe muchas cosas, pero el erizo sabe una cosa grande¡±. En un famoso ensayo sobre Tolst¨®i, Isaiah Berlin diferenciaba a dos clases de pensadores, remont¨¢ndose a un antiguo dicho atribuido al poeta griego Arqu¨ªcolo. Lo recuerda el economista americano Dani Rodrik (La paradoja de la globalizaci¨®n, Antoni Bosch editor) cuando estudia c¨®mo la industria financiera ha estado desde el principio en el n¨²cleo de la crisis que padece el planeta.
Los erizos tienen una idea central y no se fijan en las complicaciones y en las excepciones, o las adaptan para que encajen en su visi¨®n del mundo. Los zorros tienen una visi¨®n m¨¢s diversa que les evita articular un gran eslogan, y son esc¨¦pticos ante las teor¨ªas de una s¨®la direcci¨®n ya que sienten que la complejidad de las cosas impide las generalizaciones. Los zorros ven la econom¨ªa demasiado impura para que las pol¨ªticas ideales de los erizos sean las adecuadas.
La principal diferencia en el discurso entre la reforma financiera que ha abordado ahora el Gobierno Rajoy y la anterior, es que la actual parece m¨¢s multidisciplinar y no se fija tan solo en las fusiones de entidades (antes, fusiones fr¨ªas, vergonzantes) para determinar la soluci¨®n de los problemas.
?Para qu¨¦ sirve un banco?: para engrasar el sistema productivo con sus cr¨¦ditos y para que se mueva la bicicleta del dinero circulante de empresas y familias. Por eso se ha denominado al sistema crediticio el aparato sangu¨ªneo de la econom¨ªa de mercado, y por ello se han justificado las inmensas ayudas p¨²blicas que ha obtenido desde el inicio de la Gran Recesi¨®n: si se paralizan los bancos, se para todo. Pues bien, cuatro a?os y medio despu¨¦s del arranque de los problemas por los abusos financieros de las hipotecas subprime y cientos y cientos de miles de euros gastados por el dinero p¨²blico en apoyos (en detrimento de las cuentas de los Estados y de los est¨ªmulos a la econom¨ªa real), el sistema financiero todav¨ªa no est¨¢ sano y sigue sin fluir el cr¨¦dito. Espa?a, por ejemplo, lleva cuatro a?os acumulados de variaci¨®n negativa del cr¨¦dito bancario. Lo reconoce el ministro de Econom¨ªa, Luis de Guindos (v¨¦ase EL PA?S de ayer), cuando declara: ¡°Las entidades no cumplen su funci¨®n fundamental (¡) El ¨²nico cr¨¦dito que dan es para mantener la ficci¨®n de las valoraciones de sus propiedades. Eso es lo que se quiere romper¡±.
As¨ª pues, cuando se haga el balance de la reforma financiera anunciada la pasada semana, su resultado se medir¨¢, sobre todo, en relaci¨®n al objetivo central citado. Pero hay al menos otros dos que habr¨¢n de tenerse en cuenta. Primero, la cartograf¨ªa que resulte de los cambios y sus consecuencias para el consumidor (empresas, familias y particulares).
A finales de 2007, el censo de entidades financieras era el siguiente: 114 bancos (muchos de los cuales dorm¨ªan en el seno de alg¨²n grupo o ficha), 45 cajas de ahorro y 82 cooperativas de cr¨¦dito. Un sector muy atomizado por su aparente minifundismo (en el que la cuota de mercado de las entidades m¨¢s grandes era muy alta). ?Cu¨¢ntas quedar¨¢n al final de esta reconversi¨®n (en estos momentos, tras la primera ronda, ya s¨®lo restan 17 cajas?; ?qu¨¦ capacidad de elecci¨®n tendr¨¢n los demandantes de cr¨¦dito o circulante? Cabe el riesgo de un gran oligopolio de oferta, con tres o cuatro grupos que impongan las reglas del juego y las condiciones, a no ser que las grandes entidades mundiales entren a competir con m¨¢s fuerza en Espa?a.
El segundo objetivo ser¨¢ conocer con la mayor transparencia posible la cantidad de dinero p¨²blico utilizado para obtener la normalidad del cr¨¦dito, en sus diferentes cap¨ªtulos (que no son homog¨¦neos).
Se parte de la intervenci¨®n, hasta hoy, de Caja Castilla La Mancha, CAM, Cajasur, Unnim, Banco de Valencia, Caixa Catalunya o CaixaGalicia. Cu¨¢nto dinero en recapitalizaciones directas (y si el mismo ha motivado la presencia de administradores p¨²blicos en los consejos de las entidades nacionalizadas, con capacidad para determinar sus pol¨ªticas), los pr¨¦stamos devueltos y no devueltos, los avales p¨²blicos a las emisiones privadas, la compra de activos, la liquidez obtenida y a qu¨¦ precio, etc¨¦tera.
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