A falta de devaluaci¨®n, bajada de salarios
La reforma laboral y el pacto de sueldos abre paso a la p¨¦rdida de poder adquisitivo
El Nobel de Econom¨ªa Paul Krugman se ha distinguido en los ¨²ltimos tiempos por ser esa voz machacona y disidente contra los fan¨¢ticos de la austeridad, pero las hemerotecas dan mucho de s¨ª y recogen tambi¨¦n que hace tres a?os pas¨® por Espa?a recetando una rebaja de sueldos del 15% para salir de la crisis. Ahora, el Gobierno, los empresarios y los sindicatos han venido a darle la raz¨®n. La reforma laboral y el pacto de moderaci¨®n salarial reci¨¦n salido del horno abren la puerta a la p¨¦rdida de poder adquisitivo. ¡°?Por qu¨¦ Irlanda est¨¢ mejor que Espa?a o Portugal? Porque sus salarios nominales han ca¨ªdo un 25%. No veo por qu¨¦ no lo vamos a hacer aqu¨ª¡±, lanza Juan Jos¨¦ Dolado, profesor de Econom¨ªa de la Universidad Carlos III. Hay r¨¦plica. La asume su antiguo compa?ero de departamento, Jos¨¦ Ignacio P¨¦rez Infante: ¡°Con el pacto salarial y la reforma, s¨ª que van a caer los sueldos. Pero eso es un problema. El l¨ªmite al crecimiento est¨¢ en la demanda y esta pol¨ªtica la deprime m¨¢s¡±.
¡°Si controlamos los precios, en 18 meses ganamos mercado¡±, dicen en CC OO
A finales de enero UGT, CC OO, CEOE y Cepyme acordaron congelar los salarios este a?o y el que viene (en realidad, un aumento m¨¢ximo del 0,5%), y un 1% m¨¢s en 2014, en el caso improbable de que la econom¨ªa mejore bastante. Con m¨¢s de cinco millones de parados, y la lecci¨®n de 2009 aprendida, cuando la econom¨ªa, los precios y el empleo se hund¨ªan al tiempo que sub¨ªan los sueldos, los sindicatos lo aceptaron. A cambio, obtuvieron el gen¨¦rico compromiso de los empresarios de mantener a raya los precios para ganar competitividad respecto a Europa y que la econom¨ªa levante cabeza cuanto antes gracias a las exportaciones. Tambi¨¦n pretend¨ªan quitar argumentos al Gobierno para llevar adelante la reforma laboral ¡°extremadamente agresiva¡±. No lo consiguieron. El Gobierno no se conform¨® con ese pacto y en el decreto que aprob¨® de la semana pasada permite al empresario la bajada de salarios r¨¢pida y casi unilateral.
¡°La moderaci¨®n de todas las rentas [incluye, a trav¨¦s de los precios las empresariales] es la sustituci¨®n de las devaluaciones competitivas [las ahora imposibles devaluaciones de moneda]¡±, defend¨ªa antes de que se aprobara la reforma laboral Miguel ?ngel Garc¨ªa. El jefe del servicio de estudios de CC OO esgrime que la v¨ªa r¨¢pida ¡ªy la situaci¨®n econ¨®mica es grave y urgente¡ª para que Espa?a recupere competitividad es la moderaci¨®n de salarios y precios, sobre todo de estos ¨²ltimos, y, especialmente, los de la vivienda. ¡°Si todos hacemos los deberes y controlamos los precios, en 18 meses podemos ganar cuota de mercado y crear empleo¡±.
Tambi¨¦n da argumentos en favor del pacto Alberto Nadal, adjunto a la secretar¨ªa general de CEOE: ¡°El problema en Espa?a est¨¢ en la evoluci¨®n de los salarios nominales, no los reales. El acuerdo intenta corregir esto. Si hay moderaci¨®n salarial y no suben los precios, no hay p¨¦rdida de poder adquisitivo¡±.
¡°Para controlar los precios lo que tiene que haber es competencia, un sector sin competencia sube precios¡±, contin¨²a Nadal. Es el matiz entre su discurso y el del sindicalista. Garc¨ªa no conf¨ªa solo en la competencia. Tambi¨¦n pide la intervenci¨®n p¨²blica en sectores poco abiertos a la batalla de precios: energ¨ªa, vivienda, transporte p¨²blico o distribuci¨®n de alimentos frescos.
Para CEOE el problema es la evoluci¨®n nominal de los sueldos
Haya un control exhaustivo de precios o no ¡ªel Gobierno ya ha dejado claro que el d¨¦ficit en el coste de generaci¨®n el¨¦ctrica no va a caer ¨ªntegramente sobre los ciudadanos¡ª el tajo a los salarios se avecina. Y va a llegar, sobre todo, por la v¨ªa que ha abierto la reforma laboral, no tanto por el pacto entre sindicatos y empresarios. ¡°El planteamiento del descuelgue salarial es mucho m¨¢s amplio que hasta ahora¡±, analiza P¨¦rez Infante. Y ese recorte ser¨¢ dif¨ªcil de ver en las estad¨ªsticas, que recogen la evoluci¨®n de la revisi¨®n de convenios pero no a cuanto ascienden los sueldos.
Una legi¨®n creciente de parados lleva a pensar que el consumo interno no tirar¨¢ de la econom¨ªa en mucho tiempo. Detr¨¢s de este devastador parte provisional de la crisis se esconde la noticia que dio a conocer la contabilidad nacional esta semana: las rentas empresariales (46,2% del PIB) superan por primera vez a las del trabajo (46%) en Espa?a, culminando un proceso de d¨¦cadas.
Y pese a esto, para Krugman y otros popes de la econom¨ªa contempor¨¢nea progresista como Barry Eichengreen o Dani Rodrik, la recuperaci¨®n en primer t¨¦rmino pasa porque los costes salariales ayuden a las empresas a contener precios y vender m¨¢s barato para equilibrar la tradicionalmente deficitaria balanza de pagos espa?ola. Y ah¨ª, estos economistas, como formar parte del euro excluye la posibilidad de depreciar la moneda, se fijan en los costes laborales.
?Cu¨¢nto tendr¨ªan que bajar? Solo Krugman entre los extranjeros pone una cifra: un 15%. Hace unas semanas en Davos, Barry Eichengreen, catedr¨¢tico de la casi siempre progresista californiana Universidad de Berkeley, dec¨ªa en una entrevista con este diario que los l¨ªmites de esta ¡°devaluaci¨®n interna¡± si sit¨²an entre las necesidades de la econom¨ªa espa?ola y el sacrificio que una sociedad puede aguantar.
Un recorte excesivo ahondar¨¢ en la recesi¨®n y traer¨¢ deflaci¨®n
¡°Hay que hacer una reducci¨®n amplia en los salarios interiores que afecte a la econom¨ªa en su conjunto¡±, ha llegado a recomendar Rodrik, profesor en Harvard, ¡°y ha de ir acompa?ada por la reducci¨®n de precios de los bienes y servicios no comercializables, como por ejemplo servicios p¨²blicos, transporte y log¨ªstica, vivienda, y dem¨¢s¡±. Hay otra alternativa: salir del euro, pero ¡°comporta demasiados costes y crear¨ªa una incertidumbre¡±, zanja.
Tambi¨¦n Dolado se atreve con una cifra. Ya lejos de la comparaci¨®n con Irlanda habla de un ajuste del 5% entre la bajada real de salarios y la evoluci¨®n de precios, tanto en Espa?a como en la zona euro. Otros se suman al c¨¢lculo, donde sit¨²an el equilibrio entre las exportaciones y las importaciones, que hasta noviembre supon¨ªan un d¨¦ficit de 45.000 millones. Pero esta ecuaci¨®n supone que el ajuste tendr¨ªa que ser significativamente mayor.
Seg¨²n este razonamiento, el recorte salarial y de precios ser¨ªa una ayuda fundamental para que el sector exterior espa?ol, que ha tenido un buen comportamiento en el peor entorno posible, ganara tama?o. Aunque no falta quien, como el catal¨¢n Pol Antr¨¢s, profesor de Econom¨ªa en Harvard, partidario tambi¨¦n del ajuste de sueldos, apunta que este sector no precisa este apoyo. En su opini¨®n, son las peque?as empresas, que en su mayor¨ªa (seg¨²n sus estudios, suelen hacerlo las que tienen m¨¢s de 250 trabajadores) no exportan las que necesitan esta pol¨ªtica para mantener, al menos, no despedir.
Si alguien sabe, sobre el terreno, qu¨¦ es una devaluaci¨®n salarial y una pol¨ªtica de deflaci¨®n, es Jos¨¦ Luis Machinea, ministro de Econom¨ªa de Argentina entre 1999 y 2001, cuando la econom¨ªa de aquel pa¨ªs, con una moneda atada al d¨®lar, perdi¨® competitividad a marchas forzadas y puso en marcha una pol¨ªtica de p¨¦rdida de poder adquisitivo de los salarios. A ¨¦l le ha sorprendido la fortaleza de las exportaciones espa?olas durante la crisis. Y a¨²n as¨ª cree que los sueldos van a sufrir en el futuro inmediato y tienen que hacerlo. ¡°Si uno no tiene el mecanismo de cambio, uno tiene que ir por ese camino¡±, explica, ¡°y mejor hacerlo r¨¢pido, si pudiera ser de un d¨ªa para otro [aunque admite que eso es imposible]. El ajuste por un per¨ªodo de tiempo muy largo, a trav¨¦s de una recesi¨®n, termina bajando costos, incluyendo los salarios, pero a un elevado costo en t¨¦rminos de actividad econ¨®mica. Si la poblaci¨®n se convence de que va a vivir un largo per¨ªodo de deflaci¨®n, y termina evitando gastar, lo que agrava la recesi¨®n¡±.
Rebasar el l¨ªmite tolerable del ajuste puede agravar la crisis financiera
Esto precisamente lleva a muchos economistas a ser muy esc¨¦pticos con una medida de este calibre. ¡°Estoy muy disgustado con los sindicatos. El problema no est¨¢ en los sueldos. El papel del mercado interno queda muy limitado por la moderaci¨®n salarial y el paro. Mi opci¨®n para salir de la crisis pasa por dar cancha al mercado interno¡±, explica Fernando Luengo, profesor de Econom¨ªa Aplicada de la Universidad Complutense y miembro del colectivo econoNuestra.
Pero esta opci¨®n tampoco est¨¢ exenta de riesgos. A Espa?a le ha estallado una burbuja de demanda que hab¨ªa disparado los precios de la vivienda, estimulado el consumo y agravado sus desequilibrios tradicionales. Volver a insuflar gasolina al consumo v¨ªa salarios sin ganar competitividad provocar¨ªa otra vez un aumento de las importaciones e implicar¨ªa no solo que las empresas espa?olas no avanzaran en el mercado exterior, si no que lo perdieran en el interior.
Entre el desequilibro, la ca¨ªda de demanda, el desempleo y una deuda privada que bordea el 300% del PIB, el margen de maniobra es muy estrecho. Y puede serlo m¨¢s. Como advierte Raymond Torres, director del Instituto Internacional de Estudios Laborales, de la OIT, medidas similares se est¨¢n adoptando en Italia, Portugal, Irlanda o Grecia. ¡°Si todos van en la misma l¨ªnea, no va a ayudar¡±, concluye Torres, partidario insuflar dinero p¨²blico para crear empleo. Si la devaluaci¨®n salarial competitiva se extiende en la zona euro, donde se dirigen m¨¢s del 60% de las exportaciones espa?olas, la consecuencia ser¨¢ un empobrecimiento general de los asalariados que acabar¨¢ por hundir m¨¢s el consumo y traer uno de los fantasmas m¨¢s temidos: la deflaci¨®n.
Y si alguien puede sufrir un empobrecimiento excesivo de los asalariados, son los bancos. ¡°C¨®mo se pagan las deudas, si ¨¦stas se pagan a una tasa nominal fija y los ingresos caen en t¨¦rminos nominales; es decir, es posible que una deflaci¨®n termine agravando el problema de los bancos y se sume una elevada proporci¨®n de hogares con p¨¦rdidas de sus casas o ciertos bienes durables comprados con cr¨¦dito¡±, advierte Machinea. Dicho de otra forma, si la devaluaci¨®n salarial es excesiva la crisis volver¨¢, con mucha m¨¢s fuerza, a la casilla de salida.
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