La batalla que Argentina s¨ª gan¨®
Treinta a?os despu¨¦s de la guerra de Las Malvinas, Cristina Fern¨¢ndez expropia YPF enarbolando la soberan¨ªa nacional. Estas son las claves de la decisi¨®n
A lo largo de su andadura como presidente de Repsol, Antonio Brufau ha negociado con l¨ªderes mundiales en situaciones un tanto peculiares. Muamar el Gadafi lo atendi¨® varias veces en su jaima de Tr¨ªpoli mientras en la puerta orde?aban las cabras y pastoreaban los camellos; el boliviano Evo Morales lo recibi¨® a las cinco de la ma?ana en La Paz; con el presidente Hugo Ch¨¢vez departi¨® mientras el mandatario venezolano conduc¨ªa un Mercedes desde la Gran V¨ªa de Madrid hasta el aeropuerto de Barajas, y Fidel Castro le concedi¨® audiencia a las dos de la madrugada en La Habana.
En la Casa Rosada, sede del Gobierno argentino, Brufau tuvo que esperar a veces varias horas para acceder al despacho presidencial. Pero cuando llegaba acompa?ado de Sebasti¨¢n Eskenazi, el hombre al que vendi¨® el 25% de Repsol-YPF cuando N¨¦stor Kirchner le oblig¨® a argentinizar la compa?¨ªa, no esperaba ni un minuto. Eskenazi era ¨ªntimo amigo de los Kirchner. N¨¦stor y Cristina vieron con muy buenos ojos en 2008 que los Eskenazi pagaran solo el 10% de las acciones que compraron. Para el resto, pedir¨ªan cr¨¦ditos. ?Y c¨®mo pensaban los Eskenazi pagar los cr¨¦ditos? Con el dinero que les abonase la empresa en el reparto de dividendos. ¡°As¨ª me compro yo tambi¨¦n la Coca-Cola¡±, dijo esta semana el periodista argentino Jorge Lanata. La operaci¨®n le pareci¨® un tanto extra?a entonces a algunos analistas argentinos, y les sigue pareciendo extra?a. Pero entonces, casi todo el mundo parec¨ªa contento: Brufau, los Kirchner y, por supuesto, los Eskenazi.
Brufau trab¨® relaciones muy fluidas con el ministro de Planificaci¨®n, Julio de Vido, responsable de la pol¨ªtica energ¨¦tica del pa¨ªs en los ¨²ltimos nueve a?os. El presidente de Repsol conoc¨ªa bien a la gente que era necesario conocer bien: los empresarios, los periodistas m¨¢s influyentes, los gobernadores de las provincias petroleras, los consultores de energ¨ªa m¨¢s prestigiosos¡ Y cuando muri¨® N¨¦stor Kirchner, en 2010, no perdi¨® la br¨²jula en los laber¨ªnticos pasillos del poder peronista. Unos ministros llegaban, otros se iban, pero Julio de Vido segu¨ªa ah¨ª. Y los Eskenazi continuaban manteniendo buenas relaciones con la presidenta. Hasta el a?o pasado, ella elogiaba su gesti¨®n empresarial en p¨²blico y lo trataba de Antonio ante las c¨¢maras.
De pronto, a principios de 2011, lo que era blanco se volvi¨® negro
De pronto, a principios de diciembre de 2011, todo lo que era blanco se volvi¨® negro. De Vido empez¨® a pedir que la empresa invirtiera m¨¢s en explorar y producir petr¨®leo. De Vido hab¨ªa acudido con su esposa en varias ocasiones a la casa porte?a de Brufau. Pero el trato se enfri¨® de pronto. El fino olfato de Brufau no tuvo que esmerarse mucho para darse cuenta de que las cosas estaban cambiando. Las cuentas no cuadraban en el pa¨ªs. El a?o pasado Argentina tuvo que importar hidrocarburos por valor de 10.000 millones de d¨®lares (7.500 millones de euros), y para este a?o se prev¨¦ que sean por lo menos 9.000 millones. ?Responsable? Repsol-YPF, que solo representa un tercio de la producci¨®n en Argentina. ?Por qu¨¦ nunca denunci¨® De Vido esa situaci¨®n y el representante en la direcci¨®n de YPF por parte del Estado, Roberto Baratta, vino aprobando todas las decisiones del directorio durante los ¨²ltimos a?os? La situaci¨®n recordaba demasiado a la escena de Casablanca en la que el oficial franc¨¦s que sol¨ªa jugar en el casino cierra el local porque de pronto descubre que ah¨ª se juega.
Repsol aport¨® cifras en las que mostraba que en 2001 ten¨ªa 8.867 empleados directos y el a?o pasado 16.048. Ense?¨® cuadros con datos del propio Gobierno en los que se ve¨ªa c¨®mo el a?o 1999, cuando compr¨® YPF, invirti¨® 1.000 millones de d¨®lares, y desde entonces hab¨ªa venido aumentando la cifra casi todos los a?os hasta los 2.990 millones de 2011. Para 2012 promet¨ªa 3.500 millones de d¨®lares. Pero sus interlocutores dec¨ªan que eso no era suficiente, que hab¨ªa descendido mucho su producci¨®n. Antonio Brufau viaj¨® varias veces desde Madrid a Buenos Aires para explicar que la mayor¨ªa de los pozos eran maduros, es decir, muy explotados y con pocas reservas.
De Vido, responsable de la pol¨ªtica energ¨¦tica de los ¨²ltimos a?os, deb¨ªa saberlo. Pero de pronto, el interlocutor v¨¢lido ya no era De Vido. Ahora se presentaba a las reuniones un hombre de 41 a?os y patillas de hacha, vestido sin corbata, que nunca antes hab¨ªa puesto un pie en el complejo mundo de la industria petrolera. Se trataba de Axel Kicillof, el viceministro de Econom¨ªa. Su discurso estaba en las ant¨ªpodas de lo que Brufau representaba, pero era amigo de M¨¢ximo Kirchner, hijo de la presidenta. Y, sobre todo, era el hombre a quien la presidenta parec¨ªa escuchar. Brufau cre¨ªa que Kicillof estaba preparando un borrador para expropiarle. Quer¨ªa negociar directamente con la presidenta, pero ella no le atend¨ªa. Los gobernadores petroleros empezaron a revertir ¨¢reas de explotaci¨®n y Repsol-YPF fue perdiendo valor en Wall Street.
Finalmente, el lunes 16 de abril, despu¨¦s de cuatro meses de acoso y derribo, Cristina Fern¨¢ndez anunci¨® la expropiaci¨®n de YPF. No hab¨ªa que encargar muchas encuestas para darse cuenta de que nueve de cada diez argentinos se mostrar¨ªan favorables a la medida. En Espa?a no hay ninguna empresa que se pueda comparar ni remotamente con YPF en cuanto a la carga identitaria y sentimental que esa marca representa para los argentinos. YPF fue la primera explotaci¨®n estatal petrolera del mundo. Estuvo presente en la mitad de los 200 a?os de vida que tiene el pa¨ªs y representa la nostalgia de la soberan¨ªa energ¨¦tica perdida, de todo lo que se pod¨ªa haber sido y no se es.
Ante esos sentimientos, poco pod¨ªan hacer las cifras de Brufau. El presidente de Repsol insist¨ªa en que la empresa solo representaba un tercio de la producci¨®n y se la estaba discriminando. Pero Kicillof la responsabiliz¨® del 71% de la ca¨ªda en la producci¨®n del petr¨®leo en el ¨²ltimo a?o y del 70% en la producci¨®n de gas.
Axel Kicillof toma las riendas de la pol¨ªtica energ¨¦tica
Al d¨ªa siguiente de la expropiaci¨®n, Kicillof expuso el proyecto de ley, durante dos horas y media ante todos los senadores de Argentina. No faltaron en su discurso menciones a Espa?a y a elefantes. Tambi¨¦n a cerdos. ¡°Los llamados PIGS. PIGS es el nombre con el que bautiz¨® el stablishment econ¨®mico¡ pigs, ?cerdos!, a algunas econom¨ªas europeas como Portugal, Italia, Grecia, Espa?a. Pigs, hay peipers [papers, documentos] de grandes economistas llam¨¢ndolos cerdos. Le pido a Espa?a que recupere la dignidad en este sentido, que mire lo que le est¨¢n recomendando la derecha y los guitarristas de libre mercado. ?Y c¨®mo los llaman! Despu¨¦s de haber cumplido con esas recetas tienen grandes problemas econ¨®micos. Pero los grandes problemas econ¨®micos no es ese default de la deuda externa en el que iba a caer Grecia exclusivamente. Los problemas econ¨®micos que mira este Gobierno y que no est¨¢n en los libros de texto son el desempleo, el nivel salarial, el nivel de las jubilaciones, el bienestar de la gente. Esos son los problemas, los grandes y grav¨ªsimos problemas econ¨®micos. No lo que hace el Estado argentino con una empresa¡ ?argentina!¡±.
Con un evidente dominio de la oratoria, Kicillof escenific¨® lo que ya se ven¨ªa comentando en Argentina. La C¨¢mpora, la asociaci¨®n juvenil que lidera M¨¢ximo Kirchner, se estaba afianzando en el poder. De Vido hab¨ªa sido nombrado interventor de YPF, pero Kicillof ser¨¢ su director adjunto y jugar¨¢ un papel clave en el sector energ¨¦tico. De entrada, ya advirti¨® que los empresarios como Brufau no tienen nada que ense?arle. ¡°Cuando se trata de empresarios extranjeros, ?qu¨¦ van a saber de lo que estamos haciendo ac¨¢? ?Qu¨¦ van a creer, en que estamos convencidos de lo que estamos haciendo y que lo estamos llevando por una senda responsable y que ha dado frutos completamente distintos de lo que est¨¢ ocurriendo en situaciones de pa¨ªses europeos como la propia Espa?a? Que nosotros ya hemos probado el gusto amargo de ajuste. Y ya sabemos que cuando hay una profunda crisis, lo peor que se puede hacer es pensar que el Estado es malo, que el Estado es el problema. El Estado es la soluci¨®n. Y lo hemos visto en la Argentina. No estoy d¨¢ndole consejos a Espa?a. Simplemente digo que cuando hay recesi¨®n y crisis el Estado se vuelve en un actor clave para revitalizar la demanda y la producci¨®n. Entonces, el ajuste del poder adquisitivo de los jubilados lo hemos vivido nosotros. (¡) ?C¨®mo vamos a retirar al Estado de funciones vitales? Estos empresarios como Brufau, ?qu¨¦ va a entender lo que estamos haciendo, cuando est¨¢ pensando en la expansi¨®n trasnacional de un grupo que lo ha hecho en buena medida a expensas de los dividendos girados por nuestra compa?¨ªa petrolera?¡±.
Un analista argentino subraya el atractivo de la figura de Kicillof. ¡°Seguramente, en Espa?a, con la crisis que atraviesa, esas palabras contra los excesos del libre mercado pueden resultar muy atractivas. Y como personaje literario es muy interesante: un profesor de econom¨ªa de aspecto juvenil que le planta cara al gigante de Repsol y habla m¨¢s de dos horas en el Senado con el dedo ¨ªndice levantado. Pero ese se?or va a estar al frente de YPF. A los espa?oles les puede resultar muy simp¨¢tico y atractivo un personaje as¨ª. Pero seguro que no querr¨ªan tenerlo al frente de Repsol¡±.
Nueve de cada diez argentinos apoyan la medida, seg¨²n las encuestas
Algunos analistas se muestran apesadumbrados por la decisi¨®n de expropiar. Creen que una vez m¨¢s Argentina ha vivido un sentimiento malvinero de euforia nacional colectiva que terminar¨¢ pagando caro. Pero esas voces son muy escasas. Mientras arreciaban el viernes los mensajes de reprobaci¨®n internacional de la Uni¨®n Europea y de EEUU, Cristina Fern¨¢ndez de Kirchner segu¨ªa envolvi¨¦ndose en los grandes sentimientos de la bandera de Argentina. En su cuenta de Twitter, con un mill¨®n de seguidores, se pudo leer: ¡°Desde all¨¢, desde Casa Rosada, miramos al pa¨ªs de frente, hacia el Norte, el Sur, el Centro, toda esa inmensa geograf¨ªa que estaba esperando¡±. Y despu¨¦s: ¡°Quiero agradecer porque es hora de que la Argentina inicie una etapa diferente, de grandeza, donde los que est¨¢n en la oposici¨®n tambi¨¦n apoyen¡±. En efecto, casi toda la oposici¨®n en pleno apoy¨® la medida en el Senado. Hasta uno de los hombres m¨¢s defenestrados del pa¨ªs, el senador peronista Carlos Menem, que fue quien privatiz¨® YPF vot¨® a favor de la expropiaci¨®n.
¡°La gente siente que recuper¨® algo que le pertenece¡±, se?ala V¨ªctor Bronstein, director del centro de Estudios de Energ¨ªa, Pol¨ªtica y Sociedad. ¡°Es un sentimiento popular y hay que respetarlo. Ahora queda por saber si la empresa estatal puede hacerse cargo del problema. Yo creo que contamina el funcionamiento de la empresa el hecho de que las provincias tengan poder en el directorio. La presidenta compara a Petrobras como empresa mixta que funciona bien. Pero en Brasil, donde los Estados tienen m¨¢s autonom¨ªa que en Argentina, los recursos de petr¨®leo y gas pertenecen a la naci¨®n, no se negocian con las provincias, no tiene sentido¡±.
Bronstein cree que la cr¨ªtica que se le hace a Repsol en cuanto a que decidi¨® invertir m¨¢s en producir que en explorar es relativa, porque va en contra de los propios intereses de la compa?¨ªa. ¡°Toda empresa petrolera sabe que tiene que mantener un nivel de reserva, porque si no se le acaba el negocio¡±. Sin embargo, Bronstein cree que Repsol decidi¨® explorar menos porque prioriz¨® inversiones internacionales. ¡°Solo actu¨® cuando le apretaron el zapato. Y ya era demasiado tarde¡±.
Jorge Lape?a, secretario de Energ¨ªa de Ra¨²l Alfons¨ªn (1983-1989), tambi¨¦n coincide en que ¡°falt¨® exploraci¨®n¡±. Pero no culpa tanto a la empresa como al Gobierno que lo toler¨®. ¡°Todas las empresas privadas exploran menos pozos en Argentina que la mitad de lo que exploraba la YPF estatal ella sola en la d¨¦cada de los ochenta. El Estado ha fracasado como fiscalizador y planificador¡±, se?ala. El antiguo secretario de Alfons¨ªn es una de las pocas voces que se han pronunciado en Argentina contra las formas en que las provincias quitaron concesiones a YPF: ¡°Creo que se ten¨ªa que haber hecho una auditor¨ªa integral de todos los permisos de exploraci¨®n y concesiones de todas las empresas¡±.
En cuanto, a la forma sincronizada en que se ejecut¨® la expropiaci¨®n, obligando a los directivos de Repsol-YPF a desalojar la empresa en el mismo momento en que la presidenta anunciaba el proyecto de ley, Kicillof aport¨® sus razones: hab¨ªa que descubrir los secretos mejor guardados de la empresa. No hab¨ªa nada personal. Solo negocios.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.