?Qui¨¦n ser¨¢ el pr¨®ximo?
La recesi¨®n es el principal enemigo del d¨¦ficit p¨²blico y de la solvencia del sistema bancario
La eurozona sufre una crisis cambiaria, una patolog¨ªa econ¨®mica tan antigua como el dinero. Al ser una uni¨®n monetaria, es algo particular, pero los fundamentos son los mismos que en la crisis de pa¨ªses emergentes tan habituales en las ¨²ltimas d¨¦cadas. Cuando los inversores anticipan que el tipo de cambio fijo no es permanente salen del pa¨ªs para protegerse de la posible devaluaci¨®n que les provocar¨ªa fuertes p¨¦rdidas en su inversi¨®n.
Hasta 2009, los inversores no cuestionaron el euro, pero la Gran Recesi¨®n y la tragedia griega han abierto la caja de Pandora. Grecia es el 2% del PIB y de la poblaci¨®n de la eurozona, pero su salida sentar¨ªa un precedente que llevar¨¢ a los inversores a preguntarse si habr¨¢ efecto domin¨®. Y aqu¨ª entra Espa?a.
La pregunta desde Espa?a debe ser: ?por qu¨¦, de 16 pa¨ªses, nosotros somos de los m¨¢s afectados junto con Portugal, Irlanda e Italia? Hasta hace unos meses, yo mismo contaba que nuestro problema era de deuda privada por el elevado endeudamiento de nuestras empresas y familias, pero la recesi¨®n ha cambiado el cuento. Ahora, nuestras proyecciones de deuda p¨²blica a medio plazo se han deteriorado y las p¨¦rdidas del sistema bancario, tambi¨¦n.
Las mayores dudas surgen sobre la solvencia de nuestro sistema bancario y de nuestras comunidades aut¨®nomas, pero el propio Gobierno anunci¨® que no dejar¨ªa caer a ninguna
Las mayores dudas son sobre la solvencia de nuestro sistema bancario y de nuestras comunidades aut¨®nomas, pero el propio Gobierno anunci¨® que no dejar¨ªa caer a ninguna. Adem¨¢s, la nacionalizaci¨®n de una de las mayores entidades financieras, con un tama?o del 30% del PIB, ha supuesto la socializaci¨®n de la deuda privada y ha penalizado el diferencial de nuestra deuda p¨²blica. La socializaci¨®n es un cl¨¢sico en la literatura sobre crisis cambiarias.
La estrategia desde Espa?a deber¨ªa haber sido de bajo perfil, intentando ceder el protagonismo a Italia y hacer lo imposible para que los inversores no nos asociaran con los pa¨ªses intervenidos. Esta fue la estrategia que sigui¨® Mario Monti, catedr¨¢tico de Econom¨ªa, experto en teor¨ªa de juegos y gran conocedor de la pol¨ªtica europea, y parece que le ha funcionado. A principios de a?o, el tipo de inter¨¦s de la deuda p¨²blica italiana era m¨¢s de 100 puntos superior al de la espa?ola. Ahora, lamentablemente para nosotros, la deuda espa?ola supera en 50 puntos a la italiana. Esto permite que nadie cuestione la pol¨ªtica econ¨®mica italiana y que sea Espa?a la que ocupe todas las portadas de medios internacionales y la agenda de Bruselas y Fr¨¢ncfort como la principal amenaza sist¨¦mica.
Solo esta evidencia ya justificar¨ªa cambiar nuestra pol¨ªtica econ¨®mica, y especialmente la forma de comunicarla, pero la realidad puede superar a la ficci¨®n. Seg¨²n la contabilidad nacional, en el primer trimestre se perdieron 304.000 empleos asalariados, frente a los 238.000 del trimestre anterior. Esto supone una ca¨ªda del empleo pr¨®xima al 8% anualizada, que confirma que la econom¨ªa espa?ola ha entrado en barrena. El empleo asalariado en las administraciones p¨²blicas, educaci¨®n y sanidad disminuy¨® en 22.000 personas, el 7,5% de la destrucci¨®n de empleo, en el pasado trimestre. Hay 3,6 millones trabajando en el sector p¨²blico o sanitario y educaci¨®n, un 25% de asalariados. Esto significa que el sector privado est¨¢ destruyendo empleo como una trituradora de carne picada, por lo que el efecto adicional del recorte en sanidad y en educaci¨®n aprobado meter¨¢ a Espa?a en una depresi¨®n en el segundo semestre, como les ha sucedido a los pa¨ªses intervenidos. Hasta el verano, la demanda externa nos permit¨ªa crecer, pero se desplom¨® en el cuarto trimestre y tambi¨¦n en el primero, arrastrada por el turismo.
Hasta el verano, la demanda externa nos permit¨ªa crecer, pero se desplom¨® en el cuarto trimestre y tambi¨¦n en el primero, arrastrada por el turismo
La recesi¨®n es el principal enemigo del d¨¦ficit p¨²blico, de la solvencia del sistema bancario y de la capacidad de pago de un pa¨ªs. Lejos de cambiar de pol¨ªtica econ¨®mica, se anuncian m¨¢s planes de ajuste. Se fuerza a las comunidades aut¨®nomas a nuevos recortes en inversi¨®n, cuando hasta Merkel habla ya de estimularla. Se reconocen p¨¦rdidas en nuestro sistema bancario, pero no se inyecta inmediatamente capital para evitar espantar a los bonistas. Tras el fracaso estrepitoso de los tests de estr¨¦s del pasado verano, y al igual que los irlandeses en 2010, seguimos los consejos suicidas de la troika y contratamos a dos astronautas que no conocen nada de las peculiaridades del negocio bancario en Espa?a para que valoren las carteras de cr¨¦dito de todas nuestras entidades, sin distinci¨®n, etc¨¦tera.
Los inversores se mueven por impulsos animales y en reba?o, y los responsables de la pol¨ªtica econ¨®mica, en vez de poner criterio, como los pastores, se unen al reba?o. Tras las subastas a tres a?os, el BCE se lava las manos, y los fariseos de Bruselas creen que el Euro no est¨¢ en crisis y que crucificar al ladr¨®n malo griego ser¨¢ depurador y ejemplarizante, como sucedi¨® con la quiebra de Lehman. O esta paranoia cambia r¨¢pidamente, o el cuento de nuestra querida Espa?a no tendr¨¢ final feliz.
Jos¨¦ Carlos D¨ªez es economista jefe de Intermoney
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.