Ord¨®?ez pierde, ?gana Guindos?
Bankia, la mayor crisis financiera, ha provocado la ca¨ªda del gobernador del Banco de Espa?a La reforma bancaria y las incertidumbres econ¨®micas ponen en la picota al ministro
Bankia no solo ha puesto en la picota a la econom¨ªa espa?ola, sino que tambi¨¦n se est¨¢ cobrando trofeos de caza mayor. El primero de ellos fue Rodrigo Rato, el que fuera presidente de la entidad, que protagoniz¨® una controvertida y at¨ªpica dimisi¨®n. Esta semana, la crisis de Bankia se ha llevado por delante al mism¨ªsimo gobernador del Banco de Espa?a, Miguel Fern¨¢ndez Ord¨®?ez, tras enfrentarse durante meses con el ministro de Econom¨ªa, Luis de Guindos.
Cuando el Gobierno cambia de manos, el Banco de Espa?a es un campo de pruebas donde demostrar si funciona la cohabitaci¨®n entre el Ejecutivo y el gobernador nombrado por otro partido. La ley dice que sus mandatos no deben coincidir con los del Gobierno para evitar que el cargo est¨¦ sujeto a los vaivenes pol¨ªticos. Es una manera de salvaguardar la independencia del supervisor. Pero eso es la teor¨ªa, y no siempre funciona en la pr¨¢ctica, como se ve estos d¨ªas. Con la econom¨ªa en crecimiento es m¨¢s f¨¢cil que funcione el sistema, pero cuando todo son malas noticias, la tensi¨®n se dispara.
Luis de Guindos (Madrid, 1960), y el gobernador, Miguel ?ngel Fern¨¢ndez Ord¨®?ez (Madrid, 1945), son t¨¦cnicos comerciales del Estado y estaban condenados a entenderse, pero fue imposible. No han tenido la necesaria sinton¨ªa personal e intelectual y, adem¨¢s, mantuvieron profundas discrepancias sobre la manera de abordar la crisis financiera. La rotura de relaciones lleg¨® por la estramb¨®tica resoluci¨®n de la crisis de Bankia; el gobernador acept¨® el plan de saneamiento de Rato y el ministro lo consider¨® un error imperdonable. El resultado del choque de trenes ha sido la salida precipitada de Ord¨®?ez, que dejar¨¢ su cargo el 10 de junio, lo que ha a?adido m¨¢s desconfianza internacional sobre la econom¨ªa espa?ola y sobre la forma que tiene el Gobierno de abordar la crisis financiera, a la vez que ha desprestigiado a la instituci¨®n.
Las discrepancias vienen de lejos. Antes de llegar al ministerio, Luis de Guindos ya era cr¨ªtico con la forma en la que el Gobierno socialista intentaba atajar la crisis financiera. Su tesis era que deb¨ªa atacarse con m¨¢s firmeza el problema del reconocimiento del agujero del ladrillo oculto en los balances del sector si se pretend¨ªa recuperar la confianza internacional. Tambi¨¦n consideraba que Bankia no era viable y necesitaba una fusi¨®n para sobrevivir. El diagn¨®stico era acertado.
Elena Salgado, que tampoco mantuvo unas fluidas relaciones con Ord¨®?ez, hab¨ªa escogido otro camino: en primer lugar, no quiso crear un banco malo donde acumular los activos inmobiliarios t¨®xicos. A la vez, fue exigiendo, poco a poco, m¨¢s capital y provisiones al sector, de forma que no ahogara a las entidades y as¨ª no tener que acudir a su rescate con dinero p¨²blico. El gobernador defendi¨® este sistema p¨²blicamente en diferentes ocasiones, aunque se ha demostrado ineficaz ante el enorme tama?o de la burbuja inmobiliaria. Todo iba bien hasta que en diciembre de 2011 el agujero de la Caja Mediterr¨¢neo (CAM) se dispar¨® y exigi¨® hasta 5.300 millones para tapar su agujero.
La gran crisis de Bankia la han perdido Rato y Ord¨®?ez, pero a¨²n no se sabe si la ha ganado Guindos
Saltaron todas las alarmas en el Gobierno ¡ªque estaba a punto de ceder el testigo al PP¡ª porque si el Estado pagaba esta factura se disparar¨ªa m¨¢s el d¨¦ficit. La soluci¨®n fue trasladar el problema al Fondo de Garant¨ªa de Bancos y Cajas para que asumiera el coste, lo que dej¨® a esta instituci¨®n con poco patrimonio para pr¨®ximos rescates con el nuevo Gobierno.
El PP lleg¨® a La Moncloa con aparentes coincidencias con el planteamiento de Zapatero. No quer¨ªa crear un banco malo y tampoco estaba dispuesto a utilizar dinero de los ciudadanos. No obstante, en diciembre Fern¨¢ndez Ord¨®?ez habl¨® p¨²blicamente de la conveniencia de un banco malo y le present¨® un proyecto a Econom¨ªa para ponerlo en marcha. El Gobierno no lo acept¨® por su elevado coste. A cambio, Guindos se present¨® en febrero con un real decreto que exig¨ªa 50.000 millones a los bancos entre provisiones y capital, a sumar a los 105.000 millones que ya hab¨ªan realizado el sector a?os antes. Fuentes del Gobierno aseguran que se lleg¨® a esta cifra en consenso con los c¨¢lculos del supervisor. Otros expertos apuntan que fue el ministro quien indic¨® la cantidad (consenso de varios informes de bancos de inversi¨®n) y los expertos del Banco de Espa?a distribuyeron la cifra por entidades.
Esta pudo ser la primera desavenencia entre Econom¨ªa y el Banco de Espa?a, pero no la m¨¢s grave, porque el supervisor siempre es partidario de que sus bancos est¨¦n bien provisionados para afrontar la crisis del ladrillo, siempre y cuando no se hunda todo el sistema. Lo que m¨¢s da?o hizo a sus relaciones fue que al poco de llegar al cargo, Guindos se atribuyera la potestad de forzar fusiones entre entidades. Eso nunca hab¨ªa sucedido en el sistema financiero espa?ol. Ni en los momentos buenos ni en los malos de anteriores crisis. El despacho del gobernador en el caser¨®n de la madrile?a plaza de Cibeles es el lugar sagrado donde tradicionalmente los presidentes presentan a examen los proyectos de uni¨®n de sus entidades.
¡°En esta crisis se ha dado una enorme descoordinaci¨®n¡±, dice un experto
Con este movimiento, Guindos socav¨® el poder de Ord¨®?ez. Algunos apuntan que el titular de Econom¨ªa se arrog¨® ese poder para lanzar un mensaje a Rato, fuente de conflicto entre el ministro y el gobernador.
En enero, el Gobierno del PP intent¨® convencer al presidente de Bankia de que se uniera a La Caixa para evitar su quiebra. Rato se neg¨®, porque consideraba que la operaci¨®n ten¨ªa enormes costes en despidos y cierres de oficinas y, sobre todo, porque no vio clara su posici¨®n en el nuevo grupo, ya que era la parte m¨¢s d¨¦bil de la fusi¨®n.
Fue un duro golpe a los planes de Guindos y la entidad se qued¨® sin una soluci¨®n indolora para las arcas p¨²blicas. Meses despu¨¦s, el Gobierno se vio as¨ª obligado a nacionalizarla con unas consecuencias todav¨ªa impredecibles para los ciudadanos, que han aportado 24.465 millones al rescate de la entidad gobernada por dirigentes del PP.
En marzo, Bankia sobrevivi¨® al primer decreto (la primera prueba de Guindos), rozando el larguero tras forzar algunas autorizaciones, sobre todo de la Comisi¨®n Nacional del Mercado de Valores. Pero la situaci¨®n econ¨®mica se deterioraba, la prima de riesgo segu¨ªa alta y la entidad se debilitaba. A principios de abril, el Banco de Espa?a aprob¨® el plan de saneamiento a Bankia, tras exigirle el cambio de consejero delegado. El visto bueno del supervisor dio ox¨ªgeno a Rato, pero para Guindos fue un error fatal que nunca perdon¨® a Ord¨®?ez, al que consider¨® ¡°cercano¡± al que fuera presidente de Bankia hasta mayo.
Guindos consider¨® a Ord¨®?ez demasiado cercano a Rodrigo Rato
Para contrarrestar esta situaci¨®n, Econom¨ªa empuj¨® al FMI a que incluyera, en su informe del 26 de abril, un p¨¢rrafo en el que apuntaba ¡ªsin citar¡ª a Bankia como uno de los grandes problemas de Espa?a. Al poco tiempo, la UE y el BCE aconsejaron a Guindos que diera una segunda vuelta de tuerca al sector: en mayo present¨® otro decreto que exig¨ªa 30.000 millones m¨¢s en provisiones y un examen al sector encargado a consultores y auditores internacionales, sin contar con el supervisor. Otro paso in¨¦dito en la historia del sistema financiero, que demuestra la falta de confianza en el Banco de Espa?a y ha irritado a los inspectores.
Para Bankia este segundo decreto ¡°fue una sentencia de muerte, porque no ten¨ªa recursos para cumplirlo y aceler¨® el enfrentamiento entre Econom¨ªa y el supervisor¡±, seg¨²n Valeriano G¨®mez, portavoz de Econom¨ªa del PSOE. En paralelo, Vicente Mart¨ªnez-Pujalte, portavoz de Econom¨ªa del PP, y Carlos Floriano, n¨²mero tres del partido, atacaron al Banco de Espa?a como nunca se hab¨ªa hecho en democracia y culparon a Ord¨®?ez de la crisis financiera para salvar al PP. Guindos no sali¨® al paso para defender a la instituci¨®n.
La banca ten¨ªa un enorme enfado con Econom¨ªa porque la segunda reforma castiga sus cuentas de resultados hasta llegar a las p¨¦rdidas, as¨ª que el Gobierno y el PP encontraron en Ord¨®?ez el perfecto chivo expiatorio. ¡°En esta crisis se ha dado una enorme descoordinaci¨®n. La falta de sinton¨ªa ha sido absoluta entre el Gobierno y el supervisor. Aunque es criticable el papel del Banco de Espa?a, nunca se deb¨ªa haber llegar a esta situaci¨®n¡±, opina Juan Carlos Mart¨ªnez L¨¢zaro, profesor de Econom¨ªa del IE Business School.
Para entonces, el Banco de Espa?a ya hab¨ªa sido rebajado a ¡°una direcci¨®n general del Ministerio de Econom¨ªa¡±, apunta el presidente de una entidad. Rato se rindi¨® el 7 de mayo y comenz¨® la crisis m¨¢s importante del sistema financiero espa?ol.
¡°Es inaudito atravesar esa tormenta sin el supervisor. De hecho, Rato dimiti¨® ante el ministro y el presidente de Gobierno. Ord¨®?ez sigui¨® el asunto en segundo plano¡±, apunta un alto ejecutivo bancario. Desde el Gobierno se apunta que se tomaron las decisiones dif¨ªciles que esquiv¨® el Banco de Espa?a. Tano Santos, profesor de Econom¨ªa de la Universidad de Columbia en Nueva York, critica que ¡°no se hayan mantenido las formas, al margen de las cuestiones personales. Esta situaci¨®n ha tenido un gran coste reputacional para la instituci¨®n y para la econom¨ªa espa?ola¡±.
Pedro Azpiazu, portavoz de Econom¨ªa del PNV, cree que si el Gobierno no iba a contar con Ord¨®?ez pod¨ªa haber propiciado su salida en enero. Pero a?ade: ¡°Es un error que un asunto gran grave como esta crisis, que est¨¢ costando miles de millones a los ciudadanos, se haya llevado sin contar con el Banco de Espa?a¡±.
La gran crisis de Bankia la han perdido Rato y Ord¨®?ez, pero a¨²n no se sabe si la ha ganado Guindos, fuertemente cuestionado por el mism¨ªsimo Mario Draghi, presidente del BCE, que afirm¨® que se ha resuelto ¡°de la peor manera posible¡±.
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