Los Gobiernos que pidieron ayuda exterior cavaron su tumba pol¨ªtica
Los gobernantes en Grecia, Irlanda y Portugal que solicitaron ayuda cayeron en las urnas La crisis da alas en toda Europa a formaciones marginales y populistas
La crisis econ¨®mica europea es un inexorable tsunami que, adem¨¢s de infligir sufrimiento a millones de personas a lo largo del continente, ha abatido uno tras otro a 17 gobiernos de toda ¨ªndole y color. Los tres que tuvieron que pedir un rescate internacional se hallan entre ellos. Su supervivencia al fat¨ªdico grito de socorro puede describirse, en resumen, como un breve y angustioso calvario.
El Gobierno irland¨¦s que pidi¨® en noviembre de 2010 un rescate de 85.000 millones de euros para tapar los agujeros de su sistema financiero se mantuvo en el poder tres meses; en Portugal, tras desesperados intentos de resistencia, los socialistas tuvieron que reclamar un paquete de salvamento de 78.000 millones en mayo de 2011 con elecciones anticipadas ya convocadas para el mes siguiente, y las perdieron rotundamente; en Grecia, Yorgos Papandreu solicit¨® ayuda por 110.000 millones en mayo de 2010. Dimiti¨® tras 18 meses de resistencia dignos de la paciencia de Job. Su partido ha quedado aniquilado en las elecciones del pasado mes de mayo.
Sin duda, los pilares pol¨ªticos sobre los que se apoyaban esos tres gobiernos eran menos s¨®lidos de los que respaldan el Ejecutivo de Mariano Rajoy. Ninguno de los partidos de los tres primeros ministros rescatados ¡ªy ca¨ªdos¡ª gozaba de una mayor¨ªa parlamentaria tan s¨®lida como la que detiene el PP en el Congreso espa?ol.
Rajoy, adem¨¢s, cuenta con el blindaje de una arquitectura constitucional, como la espa?ola, muy orientada hacia la estabilidad, que por ejemplo no contempla instrumentos parlamentarios como la moci¨®n de desconfianza (posibilidad de tumbar un Gobierno sin tener que ponerse de acuerdo por otro alternativo); y con una tradici¨®n pol¨ªtica muy proclive a la lealtad inquebrantable de los diputados al partido de pertenencia.
Otro factor de diferencia entre Espa?a, por un lado, y Portugal e Irlanda, por el otro, es que en estos ¨²ltimos dos pa¨ªses los partidos pol¨ªticos que pidieron el rescate ejerc¨ªan el poder desde hac¨ªa muchos a?os: seis, en el caso portugu¨¦s; 14, en el irland¨¦s. En Grecia, sin embargo, los socialistas hab¨ªan conquistado el poder tan solo siete meses antes. De nada les sirvi¨® el argumento de la herencia envenenada recibida de los conservadores.
En cualquier caso, las vicisitudes pol¨ªticas de los pa¨ªses europeos en crisis esbozan un cuadro homog¨¦neo y claro. La terrible mezcla de depresi¨®n y ajustes pasa factura. M¨¢s, si encima hay que sufrir la humillaci¨®n de pedir ayuda y acatar los posteriores diktat.
De facto, los partidos gobernantes han resistido en el poder solo en los pa¨ªses cuyas econom¨ªas han resistido bien a la crisis. Los principales pa¨ªses europeos que han gozado de continuidad pol¨ªtica en estos a?os son Alemania, Polonia, Suecia, Austria y Rep¨²blica Checa. No es un caso que todas sus econom¨ªas hayan superado la crisis de forma mejor que la de sus socios comunitarios.
M¨¢s all¨¢ de otro pu?ado de pa¨ªses peque?os cuyos l¨ªderes han resistido al vendaval, el teatro pol¨ªtico europeo es una hecatombe. Pero no solo, l¨®gicamente, los partidos de gobierno pagan la factura de la crisis y de los recortes; m¨¢s en general, se registra en Europa un proceso de fragmentaci¨®n del voto, por el que los grandes partidos de masa hist¨®ricos ven erosionarse su apoyo en beneficio de una pl¨¦tora de formaciones marginales ¨Cradicales, o no- que aumentan su peso.
El colapso de los dos principales partidos y el auge de extremistas de vario corte en Grecia es un ejemplo evidente; de forma parecida, aunque menos acentuada, en Portugal los sondeos muestran una ca¨ªda del respaldo a los conservadores en el poder a la que no se corresponde una igual subida de los socialistas. Espa?a tambi¨¦n respet¨® este patr¨®n en los comicios de 2011: los socialistas perdieron m¨¢s de cuatro millones de votos; los populares solo ganaron 600.000. Descontando la mayor abstenci¨®n en los ¨²ltimos comicios, los partidos peque?os obtuvieron en 2011 un par de millones m¨¢s de votos que en 2008.
El fen¨®meno se repite en muchos pa¨ªses europeos. Incluso en Alemania, los dos hist¨®ricos partidos de masas (democristianos y socialdem¨®cratas) pesan hoy mucho menos que hace un tiempo. La consecuencia de esa tendencia continental es una m¨¢s dif¨ªcil gobernabilidad. En este caso tambi¨¦n, Grecia es el s¨ªntoma m¨¢s evidente.
Se registra en Europa un proceso de fragmentaci¨®n del voto: los grandes partidos de masa hist¨®ricos ven erosionarse su apoyo en beneficio de una pl¨¦tora de formaciones marginales
Tras la ca¨ªda del gobierno socialista, y la breve transici¨®n gestionada por un Ejecutivo t¨¦cnico, las legislativas de mayo alumbraron un Parlamento tan fragmentado y extremista que fue imposible armar una coalici¨®n viable. El pa¨ªs volver¨¢ a las urnas este 17 de junio, y la perspectiva de un nuevo impasse es una pesadilla que molesta el sue?o de muchos no solo en Grecia ¡ªcuyo Estado no tiene liquidez para garantizar sueldos y pensiones el pr¨®ximo mes¡ª, sino tambi¨¦n en las canciller¨ªas de media Europa.
Portugal navega en aguas m¨¢s tranquilas, pero tambi¨¦n oscuras. El Gobierno conservador de Pedro Passos Coelho est¨¢ implementando un duro programa de recortes y mantiene cierta estabilidad. La troika que supervisa el programa de ajuste acaba de dar su visto bueno para la entrega de un nuevo tramo del pr¨¦stamo. Pero la econom¨ªa portuguesa no vislumbra el final del t¨²nel depresivo en el que anda metida desde hace a?os y los sondeos de opini¨®n muestran que el consenso al partido gobernante est¨¢ sufriendo s¨ªntomas de erosi¨®n.
Irlanda acaba de aprobar en un refer¨¦ndum el tratado europeo sobre disciplina fiscal. El s¨ª fue un gran alivio para la coalici¨®n gobernante: los pa¨ªses que no ratifiquen el pacto no tendr¨¢n acceso a los fondos de estabilizaci¨®n europea. Irlanda todav¨ªa necesita tutelaje. Su econom¨ªa se est¨¢ estabilizando, y este a?o se prev¨¦ que registre un leve crecimiento. Pero la tarea de ajuste presupuestario pendiente es todav¨ªa tit¨¢nica: previsiblemente, el pa¨ªs cerrar¨¢ el a?o con m¨¢s del 8% de d¨¦ficit. La deuda acumulada es terrible. La coalici¨®n en el poder goza de una s¨®lida mayor¨ªa parlamentaria. Su l¨ªder, Enda Kenny, pretende utilizar el s¨ª para extraer de Europa unas condiciones de ajuste y devoluci¨®n menos duras. Es dudoso que pueda lograr grandes resultados en Bruselas. Tambi¨¦n lo es que los logre en las urnas, cuando toquen las pr¨®ximas legislativas.
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