Am¨¦rica Latina debe garantizar el ¨¦xito de la Cumbre de R¨ªo
El mal manejo del medio ambiente amenaza a los habitantes pobres de la regi¨®n
Los Gobiernos de Am¨¦rica Latina tienen una oportunidad hist¨®rica para garantizar el bienestar futuro de sus pueblos cuando se re¨²nan este mes en R¨ªo de Janeiro en la conferencia de las Naciones Unidas sobre desarrollo sostenible.
Esta conferencia buscar¨¢ un acuerdo entre los pa¨ªses ricos y pobres acerca de c¨®mo alcanzar los tres objetivos de promover el crecimiento econ¨®mico y superar la pobreza; aumentar la justicia social y reducir la desigualdad; y proteger el medio ambiente y nuestros espacios comunes, tales como los oc¨¦anos y la atm¨®sfera.
Sin embargo, ha habido muchas sugerencias de que estos tres objetivos est¨¢n en conflicto y que el ¨¦xito en alcanzar uno exige sacrificar otro. Algunos han argumentado incluso que la protecci¨®n del medio ambiente puede o incluso debe ser relegada a los otros dos objetivos. Esta es una gran confusi¨®n. De hecho, los tres objetivos se refuerzan mutuamente y no pueden ser alcanzados sin los otros.
Muchas personas pobres de Am¨¦rica Latina y el Caribe dependen de los bosques y la pesca para su sustento
Muchas personas pobres de Am¨¦rica Latina y el Caribe dependen de los bosques y la pesca para su sustento. Si estos recursos preciosos no est¨¢n manejados de una manera sostenible se agotan, amenazando las perspectivas econ¨®micas de las comunidades que dependen de ellos. Los pobres son, adem¨¢s, las personas que est¨¢n m¨¢s expuestas y vulnerables a los riesgos de la falta de agua o aire limpios y a las inundaciones generadas por el pobre manejo de las cuencas fluviales.
El mal manejo del medio ambiente tiene costes econ¨®micos inmensos, que generan una amenaza seria para las vidas y el sustento de los habitantes pobres de la regi¨®n. Un informe reciente de la Comisi¨®n Econ¨®mica para Am¨¦rica Latina y el Caribe (CEPAL), el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) calcula que el cambio clim¨¢tico generar¨¢ costes en la regi¨®n que superan los 100.000 millones de d¨®lares por a?o hacia 2050 si la temperatura promedio aumenta dos grados cent¨ªgrados por encima del promedio del siglo XIX. Un calentamiento global a¨²n mayor tendr¨ªa efectos econ¨®micos y consecuencias sociales devastadores para la regi¨®n, que podr¨ªan incluir la migraci¨®n de millones de personas y riesgos de conflictos.
Los pa¨ªses del mundo acordaron en la conferencia de la ONU sobre cambio clim¨¢tico que se celebr¨® en Canc¨²n en diciembre de 2010 que las emisiones de gases con efecto invernadero deber¨ªan reducirse para evitar un calentamiento global de m¨¢s de dos grados cent¨ªgrados. Para tener una probabilidad razonable de alcanzar este objetivo, dichas emisiones deben reducirse de su nivel actual de 50.000 millones de toneladas a menos de 35.000 millones en 2030 y muy por debajo de 20.000 millones en 2050.
Aunque los pa¨ªses ricos pudiesen eliminar sus emisiones de gases con efecto invernadero en 2030, el resto del mundo deber¨¢ reducir las suyas por debajo de 5 toneladas per c¨¢pita
Ya que la poblaci¨®n mundial alcanzar¨¢ unos 9.000 millones de personas en 2050, esto significa que las emisiones deber¨¢n reducirse en el mundo a no m¨¢s de 2 toneladas per c¨¢pita. El promedio actual de dichas emisiones es de alrededor de 7 toneladas. Las emisiones de gases con efecto invernadero de Am¨¦rica Latina son de 4.700 millones de toneladas, o sea alrededor de 8 por habitante.
Los pa¨ªses ricos son claramente responsables por la mayor¨ªa abrumadora de las emisiones hist¨®ricas y todav¨ªa emiten muchas veces m¨¢s que el promedio mundial. Por ejemplo, Estados Unidos emite alrededor de 22,1 toneladas per c¨¢pita y la Uni¨®n Europea unas 9,4 toneladas. Por eso, esos pa¨ªses deben liderar con su ejemplo reduciendo masivamente sus emisiones.
Pero aun si los pa¨ªses ricos pudiesen eliminar sus emisiones en 2030, el resto del mundo deber¨¢ reducir las suyas por debajo de 5 toneladas per c¨¢pita en 2030 y 2,5 en 2050 para mantener una trayectoria de emisiones mundiales consistente con el objetivo de evitar un calentamiento superior a dos grados cent¨ªgrados.
La cumbre de R¨ªo de Janeiro que se celebrar¨¢ este mes proporciona una oportunidad para que los pa¨ªses latinoamericanos y caribe?os demuestren su liderazgo en relaci¨®n con el cambio clim¨¢tico y el desarrollo sostenible
Aunque este es un desaf¨ªo inmenso, muchos pa¨ªses latinoamericanos y caribe?os est¨¢n mostrando ya liderazgo a trav¨¦s del dise?o de planes para adaptarse a los efectos del cambio clim¨¢tico que ya no pueden evitarse y reducir sus emisiones para eliminar los riesgos de un calentamiento a¨²n mayor.
M¨¦xico ha aprobado una nueva legislaci¨®n que establece objetivos ambiciosos de desarrollo de energ¨ªas renovables y el compromiso de reducir sus emisiones en un 30% para 2030 y un 50% para 2050 en comparaci¨®n con un escenario de tendencia. Colombia ha incorporado en su Plan Nacional de Desarrollo de 2010-2014 un plan de adaptaci¨®n al cambio clim¨¢tico y estrategias para un desarrollo bajo en carbono y para reducir la deforestaci¨®n. Se espera que Brasil contin¨²e sus esfuerzos para reducir la deforestaci¨®n, que ya se han reflejado en una disminuci¨®n del ritmo de reducci¨®n de la cobertura de los bosques. La lucha contra la deforestaci¨®n en la regi¨®n tiene importancia mundial y tiene que ser intensificada.
Tambi¨¦n hay oportunidades econ¨®micas significativas asociadas a un crecimiento con bajo contenido de carbono, en especial la de estar al frente de la nueva revoluci¨®n industrial y energ¨¦tica que ya ha comenzado. En contraste, si la regi¨®n no se incorpora en este proceso corre el riesgo de quedar rezagada en la nueva revoluci¨®n tecnol¨®gica asociada al combate al cambio clim¨¢tico. Y como lo se?ala el acuerdo de Canc¨²n, la reducci¨®n de gases con efecto invernadero debe ser consistente con la equidad social, en particular con el acceso equitativo al desarrollo sostenible.
La cumbre de R¨ªo de Janeiro que se celebrar¨¢ este mes proporciona una oportunidad para que los pa¨ªses latinoamericanos y caribe?os demuestren su liderazgo en relaci¨®n con el cambio clim¨¢tico y el desarrollo sostenible. La Cumbre de la Tierra de R¨ªo de 1992 fue un hito en la regi¨®n en t¨¦rminos de cambios institucionales para incorporar para objetivos de desarrollo sostenible. Pero el mundo no ha hecho lo suficiente para alcanzar la visi¨®n de 1992. Este retraso es destructivo y peligroso. La humanidad no puede desaprovechar esta oportunidad para acelerar sus esfuerzos comunes en este campo.
Jos¨¦ Antonio Ocampo es profesor de la Universidad de Columbia y ha sido secretario general adjunto de las Naciones Unidas para Asuntos Econ¨®micos y Sociales y ministro de Hacienda de Colombia. Nicholas Stern preside el Instituto Grantham sobre Cambio Clim¨¢tico y Medio Ambiente del London School of Economics and Political Science y ha sido economista jefe del Banco Mundial.
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