No m¨¢s declaraciones de principios

Ser¨¢ insoportable si de las pr¨®ximas cumbres de mandatarios (G-20, R¨ªo+20, Eurogrupo, Ecof¨ªn, Roma, Consejo Europeo,¡­) s¨®lo salen, como tan frecuente ha sido en los ¨²ltimos tiempos, declaraciones de principio y solemnidades ret¨®ricas, vac¨ªas de voluntad pol¨ªtica y de soluciones t¨¦cnicas. La opini¨®n p¨²blica no soportar¨¢ otra vez tanto enga?o, tanta impotencia de sus l¨ªderes. No hay m¨¢s salida que medidas concretas y un calendario expl¨ªcito para superar esta pesadilla econ¨®mica, tan larga y profunda.

Es cierto que el estado de ansiedad ciudadana no es el mismo en todas partes. Al contrario que en los a?os pasados no hay una crisis econ¨®mica planetaria: la tasa de crecimiento media ser¨¢ en 2012 cercana al 4%. Existen tres situaciones plenamente diferenciadas: la de los pa¨ªses emergentes, que siguen creciendo mucho a pesar de un cierto par¨®n en las ¨²ltimas semanas (China, que es el principal comprador de muchos pa¨ªses, est¨¢ reduciendo sus importaciones); la de EE UU, que tiene un crecimiento lento (no basado en la construcci¨®n); y la de Europa, en medio de una monumental crisis de crecimiento. En este modelo planetario a distintas velocidades conviene subrayar algo: por primera vez en los ¨²ltimos 200 a?os disminuye la desigualdad entre los pa¨ªses (porque los emergentes van bien y los ricos no tanto), aunque no cede la desigualdad en el interior de las naciones, sobre todo por las enormes rentas de los m¨¢s pudientes. El profesor Bebchuck, de la facultad de Derecho de la Universidad de Harvard, sostiene que en esta ¨¦poca se ha abolido la principal limitaci¨®n en el sueldo de algunos administradores, la "restricci¨®n por esc¨¢ndalo", y que el r¨¢pido aumento de los ingresos de la minor¨ªa acaudalada refleja los mismos factores sociales y pol¨ªticos que fomentaron la laxitud en la regulaci¨®n financiera.

En la mayor parte de las pr¨®ximas cumbres, el futuro inmediato de Europa acaparar¨¢ la atenci¨®n. Esta es la primera crisis contempor¨¢nea en la que hay aut¨¦nticos adversarios del euro, y ¨¦stos se localizan sobre todo en la City londinense y en Wall Street, sedes sociales del Financial Times y del Wall Street Journal, medios de comunicaci¨®n que se han significado por su hipercr¨ªtica a los problemas europeos, y verdaderas biblias de los inversores internacionales. En ese futuro inmediato jugar¨¢n un papel relevante tres asuntos: la posibilidad de sustituir los planes de austeridad por otros m¨¢s cercanos al crecimiento, en l¨ªnea con las ideas fuerza que salieron de las primeras reuniones del G-20; un plan a medio plazo de avance institucional hacia la unidad bancaria, fiscal y pol¨ªtica, despu¨¦s de tanto tiempo de par¨®n y contradicciones; y unos m¨¦todos de decisi¨®n menos farragosos, que no pongan en desventaja permanente al viejo continente frente a la mayor agilidad procedimental de EE UU y, sobre todo, de China y otros pa¨ªses emergentes.

El FMI avala la antigua pol¨ªtica de Rodr¨ªguez Zapatero y desautoriza la de Mariano Rajoy

En el paquete europeo se encuentra Espa?a, cuya pol¨ªtica econ¨®mica acaba de sufrir una enmienda casi a su totalidad en el informe anual del FMI. ?ste pone en cuesti¨®n el conjunto de los Presupuestos Generales del Estado (no se cumplir¨¢n, por mucho, los topes de d¨¦ficit p¨²blico que son la prioridad m¨¢xima del Gobierno) y demanda medidas de aplicaci¨®n inmediata como la subida del Impuesto sobre el Valor A?adido (IVA) y los impuestos especiales, la reducci¨®n del sueldo de los funcionarios y la eliminaci¨®n de la deducci¨®n por compra de la vivienda. Las tres decisiones fueron tomadas por el ¨²ltimo Gobierno Zapatero y abolidas por el Ejecutivo de Rajoy. El presidente de Gobierno ha declarado que las recomendaciones del FMI no se implantar¨¢n de inmediato, as¨ª que, a la vista de lo ocurrido en los ¨²ltimos meses (discurso en un sentido, pr¨¢ctica en el contrario), ya se pueden ir preparando los consumidores, compradores de viviendas y funcionarios.

Rajoy ha presumido de su independencia respecto al Fondo Monetario Internacional. Todos sabemos que no es as¨ª. Espa?a es la Florida de Europa, pero la asamblea legislativa de Florida no tiene por qu¨¦ preocuparse de reunir los fondos con los que sufragar sus obligaciones porque en ¨²ltima instancia tiene detr¨¢s de ella al Gobierno Federal de EE UU. Espa?a, en cambio, se encuentra sola en una Uni¨®n de 27 pa¨ªses. Como subray¨® en su glorioso titular la revista Time, ¡°T¨² dices tomate y yo digo rescate¡±.