Las causas del d¨¦ficit de tarifa el¨¦ctrica
El presidente de Unesa responde al exsecretario de Estado de Energ¨ªa
Leo con sorpresa el art¨ªculo firmado por Mart¨ªn Gallego titulado Pol¨ªtica energ¨¦tica en tiempos de crisis, ya que el antiguo secretario general de Energ¨ªa confunde algunos conceptos; en particular, lo relativo a c¨®mo se genera el d¨¦ficit de tarifa. Afirma en este art¨ªculo que dicho d¨¦ficit se genera tanto en el precio de la energ¨ªa como en los costes regulados, cuando dicho d¨¦ficit hoy se genera exclusivamente en los costes regulados, que son los que encarecen la factura el¨¦ctrica en nuestro pa¨ªs.
La propia legislaci¨®n espa?ola lo explica en la exposici¨®n de motivos del Real Decreto Ley 13/2012, de 30 de marzo. En Espa?a, todos los consumidores el¨¦ctricos, incluso los acogidos a la Tarifa de ?ltimo Recurso, pagan exactamente el precio de la energ¨ªa que se fija en el mercado, por lo que, el hecho de que el precio sea alto o bajo no afecta en absoluto a la generaci¨®n del d¨¦ficit tarifario. Dicho d¨¦ficit se origina, exclusivamente, por la diferencia entre los ingresos procedentes de las tarifas de acceso y los costes regulados a pagar con cargo a las mismas.
A esto hay que a?adir que, en contra de lo que se dice en dicho art¨ªculo, a d¨ªa de hoy son exclusivamente las cinco empresas asociadas en Unesa las que financian dicho d¨¦ficit.
El autor parte de informes realizados por Economistas Frente a la Crisis, que analizan con criterios de econom¨ªas intervenidas por la Administraci¨®n a compa?¨ªas que desarrollan su actividad en el libre mercado y entran a juzgar los costes de las tecnolog¨ªas, as¨ª como los beneficios que obtienen las empresas en el desempe?o de sus funciones. En Espa?a y en los pa¨ªses de nuestro entorno rigen los principios del libre mercado, donde los precios son fruto de la competencia y, por tanto, son altos o bajos, pero nunca excesivos ni escasos; tal denominaci¨®n implicar¨ªa estar comparando dichos precios con algo, y ese no es el papel del mercado.
El d¨¦ficit de tarifa se genera en los costes regulados, que encarecen la factura el¨¦ctrica
La publicaci¨®n en este diario de dicho art¨ªculo coincide, curiosamente, con la proximidad de la fecha de la revisi¨®n tarifaria, el 1 de julio, y con la esperada reforma energ¨¦tica. Parece obvio que la intenci¨®n del autor es influir en el Gobierno para que el sector el¨¦ctrico vuelva a estar bajo el control del Estado, para potenciar a las empresas que reciben subvenciones y para penalizar a aquellas que han conseguido que Espa?a tenga un sector el¨¦ctrico competitivo.
La energ¨ªa producida en Espa?a se sit¨²a en precios que est¨¢n en l¨ªnea con los de cualquier otro pa¨ªs de la Uni¨®n Europea; por desgracia, no podemos decir lo mismo de otros costes, los regulados, que ojal¨¢ pudieran fijarse por mecanismos de mercado, en lugar de administrativamente. Estos costes, junto con la negativa a subir la tarifa para cubrir su precio real en las ¨¦pocas de bonanza econ¨®mica, han sido los ¨²nicos causantes del d¨¦ficit de tarifa; hasta el punto de que m¨¢s del 50% de los costes de la tarifa de acceso no son costes del suministro.
La crisis econ¨®mica ¡ªprotagonista absoluta de la realidad que ahora viven todos los sectores econ¨®micos, incluido el de la energ¨ªa¡ª hace dif¨ªcil que los consumidores entiendan que la tarifa debe subir para cubrir todos los costes del sistema el¨¦ctrico. Por ello resulta inconcebible que se subvencionen a escala comercial energ¨ªas renovables todav¨ªa muy inmaduras, que est¨¢n haciendo crecer de un modo incre¨ªble el d¨¦ficit de tarifa; principalmente, las tecnolog¨ªas solares (fotovoltaica y, sobre todo, termosolar, cuyas primas ascender¨¢n este a?o a 3.700 millones de euros, aproximadamente).
No tiene sentido alguno financiar, como si se tratara de tecnolog¨ªas maduras, energ¨ªas cuyos propios promotores consideran ineficientes, como ha manifestado la Uni¨®n Espa?ola Fotovoltaica en un comunicado de prensa en el que afirman que si el Gobierno impone una tasa sobre la generaci¨®n atendiendo a criterios de eficiencia llevar¨ªan a las compa?¨ªas fotovoltaicas a la insolvencia (admitiendo as¨ª la ineficiencia de su tecnolog¨ªa).
Mes a mes, las cinco compa?¨ªas asociadas en Unesa se ven obligadas a financiar la actividad de otras empresas competidoras, que pretenden que esta situaci¨®n se prolongue indefinidamente en el tiempo para seguir cobrando estas subvenciones (primas) que acaban convirtiendo sus proyectos en productos meramente financieros.
Nadie pone en duda que las energ¨ªas renovables tienen un gran futuro por delante. Menos a¨²n en Unesa, cuyas empresas asociadas tienen el mayor parque renovable de Espa?a. Y, en contra de lo que aduce el citado art¨ªculo, tampoco nadie (al menos en el ¨¢mbito de Unesa) pretende evadirse de ¡°arrimar el hombro¡± para que, entre todos, superemos la crisis.
Sin embargo, y precisamente porque esta coyuntura nos obliga a prescindir de lo superfluo, ha llegado el momento de apostar solo por aquellas tecnolog¨ªas renovables con las que hoy por hoy es posible contar: las eficientes.
Es cierto que, como dec¨ªa el art¨ªculo de Mart¨ªn Gallego, ¡°la edad de piedra no termin¨® por escasez de piedras¡±. Del mismo modo, el aplazamiento de ¡°la edad de las energ¨ªas solares¡± hasta que estas sean competitivas no har¨¢ que el sol deje de brillar.
No tiene sentido financiar energ¨ªas cuyos propios promotores consideran ineficientes
Si queremos poner fin al crecimiento del d¨¦ficit, habr¨¢ que plantearse que hay que pagar el suministro el¨¦ctrico a su coste real. Tambi¨¦n deberemos eliminar del recibo los costes que son ajenos al suministro el¨¦ctrico. De lo contrario, este lastre seguir¨¢ pesando sobre las espaldas del sistema y de los consumidores el¨¦ctricos.
Por otro lado, llama la atenci¨®n c¨®mo el citado art¨ªculo mezcla unos temas con otros, intentando dar una apariencia l¨®gica a lo que, en verdad, revela un cierto desconocimiento de la realidad del sector.
As¨ª, salen en ¨¦l a colaci¨®n los famosos "beneficios ca¨ªdos del cielo" de las centrales hidr¨¢ulicas y nucleares. Se obvia, de esta forma, que dichas centrales nucleares e hidr¨¢ulicas no est¨¢n amortizadas, porque requieren importantes inversiones recurrentes para operar en perfectas condiciones. Igualmente, se ignora que, en un mercado liberalizado, la igualdad y no discriminaci¨®n es un principio b¨¢sico, tal y como establece el Derecho comunitario, con lo que no es posible entrar en este tipo de diatribas sobre activos amortizados o sin amortizar. Finalmente, se olvida en este art¨ªculo que estas instalaciones sirven de respaldo al sistema y garantizan el suministro. Una vez m¨¢s, el autor utiliza herramientas que se utilizan en los mercados intervenidos para confundir a la opini¨®n p¨²blica, ya que estas no son aplicables en el mercado liberalizado.
En cuanto a la alusi¨®n a la crisis econ¨®mica, ha de tenerse en cuenta que la econom¨ªa espa?ola requiere empresas fuertes, capaces de competir en los mercados libres; capaces tambi¨¦n de generar confianza, de crear empleo, de ayudar a levantar la econom¨ªa. Las dudas que se ciernen actualmente sobre el sector el¨¦ctrico, el d¨¦ficit de tarifa y la consiguiente ca¨ªda de los ratings de las empresas el¨¦ctricas no hacen sino perjudicar a la econom¨ªa espa?ola.
Llama tambi¨¦n la atenci¨®n que este tipo de cuestiones surjan en Espa?a precisamente ahora, cuando se est¨¢ en condiciones de cumplir con desahogo los objetivos medioambientales y de implantaci¨®n de renovables establecidos por la Comisi¨®n Europea.
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