Un tajo en la sociedad espa?ola
Seis caras distintas de una misma historia que no entiende de sexo, edad o formaci¨®n
El paro en Espa?a no entiende de sexo, edad o formaci¨®n. La Encuesta de Poblaci¨®n Activa ha revelado que el 24,63% de los espa?oles en edad de trabajar no lo hace, casi uno de cada cuatro. Es un porcentaje nunca visto desde que empez¨® a medirse el desempleo en Espa?a. La cifra es m¨¢s brutal todav¨ªa en n¨²meros redondos: 5.693.100 parados, cada uno de ellos una historia distinta, una vida truncada, un futuro incierto.
El drama del desempleo da?a especialmente a los j¨®venes. El segundo trimestre de 2012 ha terminado con el 53,2% de los menores de 25 a?os en paro, un r¨¦cord, otro m¨¢s. En sus historias aparecen abismos por doquier: algunos sufren por su falta de estudios, otros sufren por tenerlos y que no les sirvan para encontrar trabajo.
?ngel Turi?o, de 24 a?os, ya tiene una experiencia: sin terminar la carrera de ingeniero t¨¦cnico de minas, ha llegado a trabajar en Finlandia para una empresa de explosivos: ¡°No solo son los salarios que hay ah¨ª fuera, es la forma en la que te tratan, te tienen mucho m¨¢s respeto¡±. Tras volver a Espa?a, estuvo trabajando en Andaluc¨ªa hasta que perdi¨® su empleo, en septiembre de 2011. Ahora vive con sus padres y se prepara para empezar la carrera de Ciencias Ambientales. ¡°Hay mucha gente con dos carreras y con m¨¢steres que busca trabajo, no me puedo quedar atr¨¢s¡±. Aunque le pesa dejar a su gente, espera que la segunda carrera le permita irse a trabajar al extranjero. Mientras, ha desistido de buscar trabajo por las malas condiciones que le proponen: ¡°Te ofrecen puestos de becario por 300 euros, me he cansado ya¡±.
Te ofrecen puestos de becario por 300 euros, ya me he cansado de buscar trabajo¡± ?ngel Turi?o, 24 a?os
?lvaro Casares, de 23 a?os, no se ha rendido: ¡°Estoy buscando trabajo en el tema de lo social¡±. Graduado en Trabajo Social por la Universidad Complutense, vive con sus padres y es consciente de que no son buenos tiempos para su profesi¨®n: ¡°Cada vez se apuesta menos por lo social¡±. Las oposiciones, la tradicional salida de su carrera, se han secado: ¡°Los proyectos sociales son lo primero que se recorta¡±. Casares tambi¨¦n ve la desilusi¨®n en muchos de sus compa?eros de estudios: ¡°Muchos de ellos est¨¢n trabajando de cajeros, o de teleoperadores¡±
El paro siempre ha afectado con m¨¢s fuerza a las mujeres. Noelia Rivero, de 38 a?os, ha trabajado ¡°siempre¡± desde que se licenci¨® en su profesi¨®n, comunicaci¨®n audiovisual. Primero en una emisora de radio, y luego en comunicaci¨®n pol¨ªtica, hasta que, hace unos meses, se qued¨® en paro. Ha aprovechado la oportunidad para intentar ¡°reciclarse¡± y hace un curso de locuci¨®n de documentales y doblaje. A pesar de que recibe la prestaci¨®n por desempleo, tiene que tirar de ahorros: ¡°Vivir sola en Madrid, con el paro, es complicado¡±.
Marisa del Castillo, de 47 a?os, ha trabajado ¡°toda la vida¡± de auxiliar administrativa, hasta que empezaron a no darle trabajo ¡°por su edad¡±. Le salv¨® un cursillo de aerobic que hizo ¡°por hobby¡±, y que le ha permitido ganarse la vida dando clases de spinning en gimnasios. ¡°Es decir, que soy muy vieja para trabajar sentada, pero no para esto¡±, comenta. Hace unos meses se le termin¨® el contrato en el gimnasio que trabajaba: ¡°Ya ten¨ªan que hacerme indefinida, y por no hacerlo me echaron¡±. El spinning le permite ganar alrededor de 1.100 euros mensuales, suficientes para ella y para su hijo, que acaba de terminar Bachillerato, pero a un gran coste: ¡°Este trabajo se paga por horas, as¨ª que hay que trabajar de ocho de la ma?ana a diez de la noche¡±. Est¨¢ a la espera de que en septiembre vuelva a empezar la temporada de gimnasios ¡°a ver si contratan a alguien con 47 a?os, pero en fin¡¡±
La crisis ha golpeado con m¨¢s dureza a los trabajadores con menos formaci¨®n, como es el caso de Gregorio D¨ªaz, de 49 a?os. Solo con el t¨ªtulo de Graduado Escolar, consigui¨® su primer empleo de guardia jurado en 1991, y desde entonces ha tenido distintos trabajos de vigilante o bedel. ¡°La ¨²ltima vez que cobr¨¦ el paro fue hace 16 a?os. Ya ni me acordaba¡±, dice. En la ¨²ltima empresa en la que estuvo, hasta hace un mes, estaba fijo. ¡°Pero se perdi¨® el servicio, as¨ª que me echaron. Pol¨ªtica nueva, aprovechan y¡ a la calle¡±. Al no poder permitirse un alquiler, vive solo ¡ªest¨¢ separado¡ª en un apartamento propiedad de su madre.
Pero no solo son los trabajadores poco formados los que sufren la crisis. Vicente Ropero, de 56 a?os, es profesor. Se sac¨® las oposiciones a maestro de Primaria en 1981, abandon¨® la docencia al cabo de un a?o y se dedic¨® al negocio de los seguros y al inmobiliario, ¡°a comisi¨®n pura y dura¡±. Con el desmorone del boom de la vivienda, Ropero se qued¨® sin empleo ni perspectivas de negocio.
En 2010, los servicios de empleo le consiguieron una plaza de profesor interino en un instituto de Secundaria del madrile?o barrio de Vallecas. All¨ª dur¨® un a?o, hasta que la Comunidad de Madrid decidi¨® no renovar su contrato, al igual que el de muchos otros interinos. As¨ª que ¡°aprovechando que lo ten¨ªa fresco¡±, decidi¨® opositar a profesor de Secundaria, y qued¨® el 32? en una oposici¨®n de 23 plazas. Esto le hubiera puesto en muy buena posici¨®n para lograr una nueva interinidad, ¡°pero se decidi¨® cambiar los criterios de selecci¨®n¡±, dijo, ¡°y se cre¨® una lista de ¡°interinos preferentes¡±, en su mayor¨ªa profesores de escuelas concertadas que llevaban a?os contratados¡±, por lo que ¡°es complicado encontrar trabajo¡±. Ahora vive con su hija de 14 a?os, y a pesar de no tener ning¨²n ingreso, ¡°se las arreglan¡±. ¡°Es incre¨ªble lo que se puede hacer con jud¨ªas y garbanzos¡±, dice.
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