El sector l¨¢cteo languidece
El n¨²mero de granjas baja de 140.000 a 20.000 en menos de dos d¨¦cadas
Hace menos de dos d¨¦cadas Espa?a contaba con 140.000 explotaciones dedicadas a la producci¨®n de leche, con m¨¢s de 1,5 millones de animales. Seg¨²n los datos oficiales de la ¨²ltima campa?a, el n¨²mero de granjas apenas s¨ª supera las 20.000 y los animales en las mismas no llegan a los 900.000. Esta reducci¨®n de explotaciones se ha producido, en parte, por los sucesivos planes de reestructuraci¨®n y abandonos incentivados tanto por la Administraci¨®n espa?ola como por la europea. Pero adem¨¢s, el fuerte ajuste ha sido y es consecuencia directa del abandono de los ganaderos con mayor edad y la no incorporaci¨®n de ganaderos j¨®venes, lo que supone un sector en proceso de extinci¨®n, al igual que otras caba?as ganaderas extensivas como el ovino o el caprino. Por debajo, una sola raz¨®n: la escasa rentabilidad de una actividad si se tiene en cuenta el grado de dedicaci¨®n que supone su mantenimiento.
La leche es uno de los sectores del agro que ha ido en cabeza de los movimientos reivindicativos desde los a?os setenta. Hoy, los ganaderos han vuelto a salir a las calles en todas las zonas productoras en demanda de medidas para asegurar su viabilidad. Como raz¨®n m¨¢s cercana y visible para justificar las movilizaciones se halla la fuerte subida de los precios de los piensos en la ¨²ltima campa?a, m¨¢s del 40%, y sobre todo en incremento registrado en los ¨²ltimos meses. Pero por debajo de ese motivo se hallan viejas razones muy arraigadas en el propio sector de la producci¨®n y tambi¨¦n en el industrial.
La leche sufre abandonos por los precios bajos y falta de rentabilidad
Como otras tantas producciones agrarias, el sector de la leche tiene en su contra la imposibilidad de repercutir en el precio final el incremento de costes. Es la primera consecuencia directa de una actividad con escasa o nula organizaci¨®n, lo cual ha constituido hist¨®ricamente una desventaja a la hora de defender sus precios ante una industria m¨¢s organizada en la que, al menos en el pasado, existi¨® un reparto de zonas para reducir la competencia. El ganadero de leche es uno de los profesionales del sector agrario que no sabe el precio de su producto hasta que no se le hace la liquidaci¨®n con un mes de retraso. En el sector de la leche no existieron hist¨®ricamente contratos de entrega entre ganaderos e industrias, y no son lejanos los tiempos en que algunas industrias pactaban adem¨¢s la imposibilidad de que un ganadero cambiara de empresa para entregar su leche. En contra del sector, a la hora de defender sus intereses se halla adem¨¢s el hecho de que sea un producto perecedero que no se puede almacenar sin l¨ªmite en volumen y tiempo.
A estos puntos d¨¦biles que arrastra el propio sector se suman otros a?adidos. El primero, el hecho de que la leche se haya convertido en los ¨²ltimos a?os en un producto reclamo para la cesta de la compra por parte de la gran distribuci¨®n. Ello supone que desde esos grandes grupos, donde la marca blanca supone ya casi el 70% de sus ventas de leche, se tenga siempre una leche en oferta y en ocasiones, incluso con venta a p¨¦rdidas.
Esta pol¨ªtica de la gran distribuci¨®n la sufren, en primera instancia, las industrias l¨¢cteas, que han visto en la ¨²ltima d¨¦cada c¨®mo han bajado los precios de venta de leche y c¨®mo se aplican m¨¢rgenes elevados a las marcas de fabricante, al contrario que a las marcas blancas. Los efectos de esta estrategia la pagan inicialmente los industriales, pero a la postre se traslada a los ganaderos como eslab¨®n final de la cadena.
Finalmente, en contra del sector ha jugado el importante volumen de leche y productos l¨¢cteos que entran en Espa?a desde el resto de la Uni¨®n Europea, una media de 3,7 millones computados en litros de leche. De ese volumen, 2,5 millones corresponder¨ªan al equivalente de la importaci¨®n en quesos y algo m¨¢s de 300.000 toneladas en leche en cisternas. En ocasiones, esa leche y esos quesos han entrado a precios de dumping en medio de la indiferencia general, provocando hundimiento del mercado interior.
El Gobierno exigir¨¢ en octubre contrato entre ganaderos y las industrias
Por si no fueran pocos los enemigos del sector, unos propios y otros creados desde la gran distribuci¨®n o los mercados exteriores, los ganaderos han tenido en contra en los ¨²ltimos a?os la posici¨®n de la Comisi¨®n Nacional de la Competencia en una doble direcci¨®n. Por un lado, poniendo trabas a la posibilidad de que el sector se organizara en su oferta. Por otro, en opini¨®n de las organizaciones agrarias, no investigando como requerir¨ªa la ley la venta a p¨¦rdidas a los grandes grupos de distribuci¨®n.
Todos estos factores han dado lugar a una actividad en la que los precios no solo no subieron para compensar los incrementos de costes de producci¨®n ¡ªcon una subida de los piensos hasta una media de 0,33/0,34 euros kilo¡ª, sino que en la ¨²ltima campa?a llegaron a bajar de los 0,30 euros hasta a 0,27 euros en algunas de las zonas productoras m¨¢s importantes. Para el responsable de ganader¨ªa de la Uni¨®n de Peque?os Agricultores (UPA), Rom¨¢n Santalla, el sector produce a unos precios competitivos, y los problemas que sufre son consecuencia de factores que escapan a su control.
La existencia de una crisis en el sector de la leche no ha sido solamente un problema espa?ol, sino que afecta tambi¨¦n a otros pa¨ªses comunitarios. Esta situaci¨®n hizo que en 2009 los responsables comunitarios pusieran en marcha un denominado grupo de alto nivel para buscar salidas que asegurasen el futuro del sector frente a las industrias y ante la distribuci¨®n. Esas recomendaciones se concretaron en lo que se ha venido en denominar ¡°paquete l¨¢cteo¡±, actualmente en forma de reglamento.
Entre las medidas m¨¢s importantes acordadas por Bruselas hay dos fundamentales.
La primera, reconocer el papel de las organizaciones de productores para negociar precios con las industrias para todos sus asociados. La segunda, la posibilidad de que todas las operaciones de venta de los ganaderos se hicieran bajo contrato. Bruselas dej¨® libertad a cada Estado para que hiciera o no obligatoria la firma del mismo. Espa?a decidi¨® su obligatoriedad, y su aplicaci¨®n se iniciar¨¢ el pr¨®ximo mes de octubre. Hasta la fecha, la firma de un contrato era una pr¨¢ctica voluntaria a la que se han acogido unos 6.000 ganaderos.
Tras esta reglamentaci¨®n comunitaria, no existe la posibilidad de que la Comisi¨®n Nacional de la Competencia pueda acusar a los ganaderos de pr¨¢cticas de concentraci¨®n de la oferta. Hay una reglamentaci¨®n comunitaria que lo avala, y el Ministerio de Agricultura tiene elaborado un real decreto en la misma direcci¨®n. La Administraci¨®n ¨²ltima adem¨¢s un proyecto de ley para lograr el equilibrio de la cadena alimentaria y est¨¢ impulsando un acuerdo entre productores, industriales y la gran distribuci¨®n.
Mucha normativa. Sin embargo, est¨¢ por ver cu¨¢l puede ser el efecto real de todo ello, contratos y precios, frente a la sombra alargada de la gran distribuci¨®n en su batalla para mantener ventas con precios bajos.
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