La austeridad asfixia Portugal
A pesar de haber cumplido todas las condiciones del rescate, un pa¨ªs empobrecido ve cada vez m¨¢s lejos la salida de la crisis
Tras los informes macroecon¨®micos, las cuentas de la OCDE y las previsiones de laboratorio est¨¢ la gente: ¡°Tengo 38 a?os y tres hijos. El mayor, de ocho a?os. El menor, de dos. Hace 20 meses, mi marido, que es economista, ganaba 3.000 euros, y yo, 1.500. Viv¨ªamos muy bien en Lisboa. Ahora, mi marido gana 2.800, y yo, nada, porque estoy en el paro. Trabajaba en una productora. El a?o que viene mi marido ganar¨¢ 2.600, m¨¢s o menos. Ya no vamos de vacaciones al Algarve. Vamos al pueblo. Ya no podemos apuntar a los ni?os a las actividades extraescolares. Se quedan en casa. Ya no hay dinero para una empleada de hogar. Lo hago yo. Ya no voy al gimnasio del barrio, que por cierto est¨¢ vac¨ªo. Ya no me compro libros o voy al cine como antes, sin mirar el dinero. Todo ha ido a peor¡±. La mujer, que prefiere no decir su nombre, colabora de voluntaria en una ONG portuguesa, y a?ade mirando de frente: ¡°Antes ¨ªbamos todos los viernes a un restaurante al centro comercial a comer. Ahora no. No solo por el dinero, sino por reeducar a los ni?os. Mis padres me educaron en el ahorro, ven¨ªan de un mundo duro. Pero mis hijos han crecido en un entorno pudiente que me temo que va a desaparecer para siempre. Se van a tener que acostumbrar a vivir peor de lo que han vivido hasta ahora. Hay que alertarles¡±.
?La mujer pertenece al sector m¨¢s privilegiado de la clase media portuguesa (el sueldo medio en Portugal gira en torno a los 800 euros), pero ilustra el despojamiento progresivo de la poblaci¨®n. Porque es esta clase media la que soporta casi por entero el peso creciente de la crisis econ¨®mica y la que comprueba con espanto y amargura c¨®mo d¨ªa a d¨ªa desde hace m¨¢s de un a?o y medio, fecha en que Portugal pidi¨® un rescate econ¨®mico, su vida se empobrece y empeora en un constante retroceso de pesadilla. La misma clase social que soportar¨¢ tambi¨¦n las nuevas medidas de recorte anunciadas la semana pasada por el primer ministro portugu¨¦s, el conservador Pedro Passos Coelho. El viernes 7 de septiembre, en un discurso televisado en horario de m¨¢xima audiencia, el dirigente luso anunci¨® que a partir de enero todos los trabajadores cobrar¨¢n menos debido a un aumento de 7 puntos porcentuales en sus contribuciones a la Seguridad Social. Tras las oportunas cuentas, los asalariados calcularon que, en l¨ªneas generales, el a?o que viene perder¨¢n el equivalente a un salario entero repartido en 12 meses. Los funcionarios y pensionistas que ganan m¨¢s de 1.100 euros a¨²n estar¨¢n peor, ya que pierden dos salarios: uno en forma de paga extra volatilizada y el otro recortado tambi¨¦n en 12 meses.
Celia Cameira es profesora de instituto en Lisboa y ganaba hace dos a?os 1.700 euros. Ahora ingresa, tras repetidas subidas de impuestos, 1.500. En verano no cobr¨® paga extra. Ni la cobrar¨¢ en Navidad. Exactamente igual que su marido, que tambi¨¦n es profesor. As¨ª que su casa se ha visto de golpe con cuatro mensualidades menos al a?o: ¡°Como todo el mundo, emple¨¢bamos las pagas extra no para irnos de fiesta, sino para pagar el seguro de la casa, el seguro del coche o los arreglos de esto y lo otro. Ahora, por ejemplo, me llevo la comida al trabajo, como todos los profesores, ya no vamos a la casa de comidas, ya no compramos nada, porque con el IVA est¨¢ todo muy caro, ni vamos al cine, como ¨ªbamos antes mi marido y yo. Y el a?o que viene ser¨¢ peor, pues dejaremos de comprar ropa, por lo menos para nosotros dos, a fin de compr¨¢rsela a nuestra hija de diez a?os, y buscar¨¦ por los supermercados la marca blanca m¨¢s barata en todo¡±.
La clase media soporta casi por entero el creciente precio de la recesi¨®n
Tras un a?o y medio de medias de austeridad (Portugal fue rescatada en abril de 2011), los portugueses sienten que no pueden m¨¢s: en 2012 subi¨® el IVA hasta el 23%, subi¨® el impuesto de la renta, subieron las tarifas m¨¦dicas (ir al m¨¦dico de familia cuesta 5 euros, ir a urgencias, 20) y subieron los transportes p¨²blicos. No pueden m¨¢s, dicen. Y sin embargo, van a tener que hacerlo: tres d¨ªas despu¨¦s de que Passos Coelho anunciase la bajada general de sueldos, el ministro de Finanzas, V¨ªtor Gaspar, remach¨® la situaci¨®n dando a conocer m¨¢s recortes a¨²n: subida en el impuesto de la renta en determinadas franjas, endurecimiento de las condiciones para determinados subsidios sociales y m¨¢s ahorro estatal en salud y educaci¨®n, entre otras medidas. A cambio, tambi¨¦n inform¨® de que la troika acreedora (los representantes del FMI, el BCE y la UE que prestaron los 78.000 millones de euros a Portugal y que trimestralmente visitan en pa¨ªs para examinar sus cuentas p¨²blicas) daba un a?o m¨¢s de plazo para alcanzar el objetivo de d¨¦ficit. En teor¨ªa, Portugal iba a reducir el desequilibrio hasta el 4,5% del PIB este a?o. Dadas las magras recaudaciones, esta cifra subir¨¢ casi al 6%, y ese 4,5% queda para el a?o que viene. Y el original 3% para 2013 se pospone a 2014.
Esta, que en teor¨ªa era una buena noticia (un a?o m¨¢s de plazo, un cierto desahogo), dadas las ¨²ltimas noticias del Gobierno y los nuevos recortes anunciados, se ha convertido para los portugueses en un a?o m¨¢s de agon¨ªa. Y lo que es peor: en una falta de confianza de la poblaci¨®n tras comprobar que, a pesar de desempe?ar el papel de alumno ejemplar de la Uni¨®n Europea a diferencia de Grecia y de cumplir sin rechistar las exigencias de la troika, los objetivos de d¨¦ficit no se alcanzan y la meta se aleja. Como alguien que patalea en un pozo de arenas movedizas: cuanto m¨¢s se mueve, m¨¢s se hunde.
¡°Hasta el viernes en que habl¨® el primer ministro, la econom¨ªa portuguesa estaba herida de muerte. Pero las personas cre¨ªan en lo que hac¨ªan. Ahora se ha trazado una l¨ªnea divisoria, la gente ha dejado de creer y la sociedad tambi¨¦n est¨¢ herida de muerte¡±, explica el economista ligado al Bloque de Izquierda Pedro Reis. El exsecretario general de la central sindical CGTP, Manuel Carvalho da Silva, dio voz a esta frustraci¨®n el jueves pasado en un debate televisado: ¡°?De qu¨¦ nos ha servido ser el alumno obediente? Nos estamos empobreciendo como los griegos. ?Alguien de verdad piensa que si Grecia sale del euro van a dejar que Portugal se quede solo por haber sido buena?¡±.
El ¡®alumno ejemplar¡¯ de la UE tiene por delante un a?o m¨¢s de agon¨ªa
La tesis del Gobierno es exactamente la contraria. Siendo buen alumno te puedes salvar; siendo un alumno d¨ªscolo no hay escapatoria al abismo de la expulsi¨®n de la zona rica de Europa: ¡°Hemos cumplido con todas las condiciones de la troika. Y ahora gozamos de una credibilidad con la que no cont¨¢bamos hace un a?o. Hace un a?o est¨¢bamos en bancarrota. Y si no volvemos a cumplirlas, en septiembre de 2013 no podremos volver a los mercados y financiarnos por nosotros mismos con garant¨ªas. Esa es la manera de evitar un nuevo rescate tres o cuatro meses despu¨¦s de volver a los mercados de nuevo, lo que agravar¨ªa la situaci¨®n de todos. Conviene no olvidar eso¡±, asegur¨® en una entrevista televisada el jueves Pedro Passos Coelho, m¨¢s troikista que la propia troika, defensor a ultranza de responder escrupulosamente a los compromisos firmados e incluso de ir m¨¢s all¨¢ de ellos.
¡°Este pa¨ªs perdi¨® la soberan¨ªa cuando el Gobierno socialista de Jos¨¦ S¨®crates pidi¨® a la troika 78.000 millones de euros¡±, agrega Miguel Frasquilho, economista y diputado del PSD, partido de Passos Coelho. ¡°Despu¨¦s hubo elecciones. Pero desde el rescate Portugal tiene muy poco margen de maniobra. Qued¨® a merced de unos acreedores con los que tiene que cumplir¡±.
En una recesi¨®n que este a?o roza el 3% y con el paro por encima del 15,7%, la econom¨ªa portuguesa se arrastra, an¨¦mica, despu¨¦s (y a causa) de tantos meses de recortes ininterrumpidos. Los ingresos del Estado han sido menores de los previsto, consecuencia de la anemia de un consumo ag¨®nico, que se ha contra¨ªdo este a?o casi un 6%. Por el contrario, los gastos por subsidios de desempleo, consecuencia de la escalada del paro, se han incrementado.
El Gobierno conf¨ªa en que sus medidas comiencen a dar frutos en 2004
Basta pasear por muchas calles de Lisboa para cerciorarse de que las tiendas agonizan. Cierran tiendas de muebles, piscinas privadas, tiendas de ropa o de regalos. Cierran restaurantes caros y restaurantes de los de men¨² a ocho euros. El mismo Ant¨®nio Lobo Antunes, el escritor vivo m¨¢s prestigioso de Portugal, adicto a este tipo de restaurantes de barrio, lo corroboraba hace meses en una entrevista a este peri¨®dico al confesar que cada vez com¨ªa m¨¢s solo.
Ra¨²l Sosa, de 50 a?os, empleado de la zapater¨ªa Hello, en el coraz¨®n de Lisboa, a un paso de la Pra?a do Rossio, asegura que las ventas en su tienda han bajado un 80% en los ¨²ltimos meses. ¡°En cuanto se vayan el verano y los ¨²ltimos turistas brasile?os, esto se acaba¡±, explicaba. Sosa lleva trabajando en la misma tienda desde 1970, cobra 800 euros, sabe que cobrar¨¢ menos el a?o que viene y recita su propia lista de recortes, como todo asalariado portugu¨¦s: ¡°Ya no vengo en coche al trabajo, vengo en metro. Ya no nos vamos de vacaciones, ya no comemos fuera...¡±.
No todas las tiendas van tan mal. En la avenida da Libertade, la calle comercial por excelencia de Lisboa, se encuentra Zadig & Voltaire, una firma de ropa de lujo. ¡°Nosotros vendemos m¨¢s que antes¡±, comenta uno de los dependientes, Pedro Kuushiov. ¡°La clientela portuguesa es la misma, con crisis o sin crisis. Constituye el 40%. El resto son extranjeros, a los que ahora se suman los nuevos ricos angole?os, rusos o de Europa del Este¡±.
En Lisboa cierran tiendas de muebles, piscinas privadas, tiendas de ropa o de regalos
En el otro lado de la historia, la organizaci¨®n C¨¢ritas portuguesa avisa de que una franja de la sociedad est¨¢ a punto de resquebrajarse. ¡°Hay gente que viv¨ªa en la extrema pobreza que sigue viviendo. Son los t¨ªpicos pobres a los que hay que darles ropa y comida. Pero ahora vienen familias que de un d¨ªa para otro se han despe?ado¡±, explica Jos¨¦ Manuel da Luz Cordeiro. ¡°Son familias que hasta ayer pertenec¨ªan a la clase media, pero que ahora no tienen para pagar el recibo del gas, o del agua o de la luz, y que vienen aqu¨ª a que se lo paguemos. O que no tienen para mandar a los ni?os a la escuela. Y no piden ropa. Piden solo comida¡±. Cordeiro apunta otro fen¨®meno: ¡°Hay j¨®venes que acuden aqu¨ª para que les paguemos la matr¨ªcula de universidad. O hay viejos que se quedan solos porque sus hijos, m¨¢s preparados, emigran al extranjero¡±. Y concluye con la frase que m¨¢s repiten los portugueses en esta semana de malas noticias: ¡°Yo siento en la gente una falta de esperanza que agrava la situaci¨®n de las personas. A la falta de recursos se le suma la falta de futuro¡±.
Paralelamente al anuncio de que los trabajadores cotizar¨¢n m¨¢s a la Seguridad Social ¡ªcon la consiguiente merma de su salario¡ª, las empresas cotizar¨¢n menos: de un 23,75% a un 18%. As¨ª, se produce un curioso trasvase de m¨¢s de 2.000 millones de euros de los trabajadores a los empresarios. La medida ha levantado una ola de indignaci¨®n en todo el pa¨ªs, que acusa al Gobierno de ser una suerte de Robin Hood al rev¨¦s, que roba a los pobres para d¨¢rselo a los ricos. Entre los cr¨ªticos se cuenta un buen n¨²mero de empresarios que auguran un estancamiento total del consumo. Pasos Coelho defendi¨® el jueves la medida asegurando que est¨¢ encaminada a que bajen los precios, a favorecer las exportaciones y a frenar la escalada del paro, que en 2013 alcanzar¨¢ el 16%.
Incapaz de devaluar la moneda, lo que persigue el Gobierno portugu¨¦s es devaluar el pa¨ªs entero, lo que en la jerga de los economistas se denomina ¡°devaluaci¨®n interna¡±. La idea es recuperar la competitividad a base de un feroz recorte de precios, costes y salarios, seg¨²n la tesis de Berl¨ªn, que ha comprado Bruselas y que Madrid, Lisboa y el resto de capitales sure?as aplican con fervor o por imposici¨®n. Letonia e Irlanda fueron los dos pa¨ªses que administraron antes los ajustes, y demuestran que la empresa no es imposible, ¡°aunque corre el peligro de dejar en los huesos a quienes se atreven con esa dieta¡±, explica Jean Pisani-Ferry, director del think tank europeo Bruegel.
La idea es recuperar competitividad con recortes de precios, costes y salarios
¡°No est¨¢ claro que eso funcione¡±, avisa el economista portugu¨¦s Reis. ¡°Hay otros factores que cuentan a la hora de aumentar la competitividad, no solo los salarios. Yo creo que es una cuesti¨®n ideol¨®gica, que responde a esta Europa liberal y bancaria. Es una manera de quitar riqueza al trabajo y d¨¢rsela al capital. Las nuevas medidas del primer ministro son injustas, crueles e insensatas¡±, a?ade.
El Gobierno conf¨ªa en que toda esta bater¨ªa de normas y recortes comenzar¨¢ a dar frutos a partir de 2014. Los especialistas como Reis que las juzgan ineficaces (y otros que piensan que Portugal est¨¢ siendo una especie de laboratorio de ideas para salir de la crisis) aseguran que no servir¨¢n y que agravar¨¢n la crisis. Mientras, la gente, la que se esconde detr¨¢s de los informes y la macroeconom¨ªa, los portugueses, saben solo que este a?o han vivido mal y que el a?o que viene van a vivir peor.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.