?Qui¨¦n asumir¨¢ la cat¨¢strofe?
M¨¢s all¨¢ de la coyuntura inmediata, se est¨¢ desarrollando entre el Gobierno y la oposici¨®n socialista un duelo de relatos sobre la crisis, que se ha manifestado tanto en las dos entrevistas de TVE a Rajoy y Rubalcaba como en las semanales sesiones de control en el Parlamento. Se trata de identificar al oponente, en el seno de la opini¨®n p¨²blica, como el responsable mayor de la cat¨¢strofe econ¨®mica que sufre este pa¨ªs desde hace casi un lustro y que hace unos d¨ªas C¨¢ritas defin¨ªa con esta frase tan letal: ¡°Una sociedad m¨¢s pobre, m¨¢s desigual y m¨¢s injusta¡±.
Mientras el PP acusa a los socialistas de la espantosa herencia recibida, estos afirman que casi un a?o despu¨¦s de llegar la derecha al Gobierno, todo, lo tangible (el paro, la prima de riesgo, la renta disponible,¡) y lo intangible (la confianza, la credibilidad,¡) ha ido a mucho peor. Llueven piedras y se deshacen como azucarillos algunas creencias que han formado parte del acerbo cultural de los ciudadanos en los continuos bar¨®metros del Centro de Investigaciones Sociol¨®gicas: ni la izquierda ha distribuido mejor (lo hizo en la era de Felipe Gonz¨¢lez, pero no en la de Zapatero, en la que aumentaron las desigualdades y hubo una distribuci¨®n m¨¢s regresiva de la renta y la riqueza), ni la derecha es mejor gestora de la econom¨ªa (como se manifiesta en los continuos datos macroecon¨®micos, en los desequilibrios y en los sistem¨¢ticos errores de percepci¨®n de la realidad).
La ¨¦lite pol¨ªtica es juzgada continuamente; la econ¨®mica permanece en la oscuridad
?Y cu¨¢l es la cat¨¢strofe? Sigamos con el VII Informe del Observatorio de la Realidad Social de C¨¢ritas, que se centra en los efectos permanentes de la crisis. Adem¨¢s del continuo aumento de las personas a las que han de atender (con un incremento de las que pertenecen a las antiguas clases medias), la organizaci¨®n no gubernamental desarrolla el proceso sostenido de destrucci¨®n de empleo que reduce de manera dr¨¢stica los ingresos en numerosos hogares, y la consolidaci¨®n de la reducci¨®n y el agotamiento de las ayudas de protecci¨®n social. C¨¢ritas subraya la acumulaci¨®n de desventajas en m¨¢s de una cuarta parte de la poblaci¨®n espa?ola, que conlleva el riesgo de dualizaci¨®n propio de los pa¨ªses emergentes. Para llegar a una observaci¨®n inquietante en caso de una salida regresiva de la crisis. ¡°Si cuando hubo crecimiento econ¨®mico (1994-2007) no se redujo la pobreza ni se consolid¨® la protecci¨®n social, ni aument¨® la proporci¨®n de inversi¨®n en gasto social en relaci¨®n al PIB, es dif¨ªcil creer que salir de la crisis desde la ¨®ptica del crecimiento econ¨®mico tendr¨¢ consecuencias relevantes en la reducci¨®n de la desigualdad y la pobreza¡±.
Las diferencias en ese duelo de relatos entre el PP y el PSOE son expl¨ªcitas: mientras Rajoy duda sobre acudir al rescate, Rubalcaba presume de que ellos lo evitaron. Cuando los populares lo f¨ªan todo al cumplimiento de los objetivos de d¨¦ficit como palanca para dejar de ser el rompeolas europeo de los mercados, los socialistas tienen otra versi¨®n del mismo: si hay que aumentar el d¨¦ficit para reducir el paro o pagar el seguro de desempleo, lo har¨ªamos. Si el l¨ªder del PP subraya que no se puede gastar lo que no se tiene, Rubalcaba le contesta que para eso se invent¨® el cr¨¦dito: no es correcto decir que uno no paga lo que no tiene sino que uno no paga lo que no puede pagar.
?C¨®mo ha ocurrido para que lo que empez¨® siendo una crisis financiera y sigue si¨¦ndolo en la principal de sus derivadas haya trasladado sus principales responsabilidades al territorio de las ¨¦lites pol¨ªticas? Mientras estas son juzgadas en la opini¨®n p¨²blica y los movimientos sociales tratan de manifestarse delante del Congreso de los Diputados, las econ¨®micas permanecen en silencio escogiendo qui¨¦n las representa mejor. Pero primero fueron los golfos apandadores y los fallos de mercado y solo despu¨¦s los fallos de regulaci¨®n. No se sabe c¨®mo pero el orden de prioridades ha sido sustituido. Quiz¨¢ no han funcionado los poderes compensatorios de los que hablaba Galbraith y la idea de que el sistema pol¨ªtico no funciona bien tiene mayor fuerza que la de que el sistema econ¨®mico es injusto. Antes de la crisis se supon¨ªa que el sector financiero prestaba servicio al resto de la econom¨ªa, no al rev¨¦s.
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