La destrucci¨®n de empleo en el sector p¨²blico se ceba con los temporales

La destrucci¨®n de empleo en Espa?a ha llegado a la Administraci¨®n. Y la pauta que sigue es la misma que mantuvo el sector privado al comienzo de la crisis. Los primeros en caer est¨¢n siendo los empleados temporales. Desde que Ayuntamientos, ministerios, comunidades aut¨®nomas y empresas p¨²blicas han comenzado sus ajustes de plantilla, tres de cada cuatro puestos de trabajo eliminados (228.900 en total) estaban ocupados por trabajadores eventuales. La consecuencia inmediata es que la temporalidad ha ca¨ªdo dr¨¢sticamente en este sector. Si hace un a?o rozaba el 25%, en el tercer trimestre de 2012 se ha hundido hasta el 20,6%, seg¨²n la ¨²ltima encuesta de poblaci¨®n activa, el porcentaje m¨¢s bajo desde 2001.

El uso ¡ªy, en muchas ocasiones, el abuso¡ª de la contrataci¨®n temporal ha dejado de ser coto exclusivo del sector privado desde hace bastante tiempo. Las tasas de temporalidad en las Administraciones superaron el 20% en el a?o 2000. Incluso siguieron creciendo en los primeros a?os de la crisis, cuando las empresas destru¨ªan empleo y las Administraciones p¨²blicas lo creaban. Tanto es as¨ª que entre julio y septiembre de 2009, se produjo un hito en el mercado laboral espa?ol: la temporalidad en el sector p¨²blico (26,2%) super¨® la del privado (25,9%). Nunca hab¨ªa ocurrido y nunca ha vuelto a ocurrir.

Desde hace un a?o, el hundimiento del mercado laboral ha entrado en una nueva fase. La Administraci¨®n ha comenzado a triturar empleo y se ha sumado al sector privado, hasta entonces el gran pagano de la crisis. La cadencia seguida es la misma en los dos ¨¢mbitos. La destrucci¨®n arranca por los trabajadores temporales. Hay sectores como el de la sanidad p¨²blica en el que hay empleados que encadenan m¨¢s de una docena de contratos al a?o.

La eliminaci¨®n de empleos fijos en la Administraci¨®n se intensificar¨¢

La supresi¨®n de estos puestos de trabajo es relativamente sencilla, basta con esperar a que finalice el contrato. Y, adem¨¢s, es m¨¢s barato. No renovar a un trabajador temporal supone una indemnizaci¨®n de nueve d¨ªas por a?o trabajado en 2012 (el a?o que viene subir¨¢ a 10 d¨ªas). El despido de un empleado fijo le cuesta a un empresario, al menos, 20 d¨ªas por a?o trabajado, y adem¨¢s necesita demostrar que hay una causa, algo que hasta las ¨²ltimas reformas laborales no era f¨¢cil.

Teniendo en cuenta esto, se entiende que la erosi¨®n del empleo fijo, el de mayor calidad, solo comienza cuando se ha agotado el colch¨®n que suponen los trabajadores temporales. Desde que comenz¨® la crisis financiera, en el verano de 2007, se han evaporado casi dos millones de empleos eventuales de un total de 3,2 millones. Este fen¨®meno es el que explica la ca¨ªda de la tasa de temporalidad en el conjunto del mercado laboral de m¨¢s de un 30% hace cinco a?os al 25% actual.

Por motivos como este, la temporalidad ha sido identificada como la gran lacra del mercado laboral espa?ol desde hace a?os. Controlarla y rebajarla hasta niveles homologables con los del resto de Europa (en la zona euro se sit¨²a en el 15,8%), es uno de los objetivos que se han enunciado en las ¨²ltimas reformas laborales. Sin embargo, ninguna lo ha conseguido. Al menos no por la v¨ªa deseada: la creaci¨®n de empleo fijo.

Se suprimen contratos de obra y no se est¨¢n cubriendo las bajas

El ajuste de plantilla en la Administraci¨®n se est¨¢ realizando a base de no cubrir bajas y reducir interinos. Por esta v¨ªa, se han eliminado unos 40.000 empleos eventuales de un total 173.300. Tambi¨¦n se ha recurrido a la eliminaci¨®n de servicios, lo que ha propiciado que desaparezcan otros 40.000 trabajadores que ten¨ªan el llamado contrato de obra.

No obstante, las Administraciones y las empresas p¨²blicas tambi¨¦n eliminan empleos fijos, 55.500 en el ¨²ltimo a?o. Lo m¨¢s probable es que conforme el n¨²mero de asalariados con contrato temporal baje (617.500 en septiembre) la destrucci¨®n se traslade al empleo indefinido. De hecho, varias de las medidas que ha adoptado el Gobierno persiguen facilitar el ajuste por este lado.

En el decreto de recortes de julio, se congel¨® la convocatoria oposiciones para cubrir vacantes, por lo que conforme se jubilen funcionarios se amortizar¨¢n esas plazas. Adem¨¢s, esta misma semana se ha aprobado el reglamento que, completando la reforma laboral, facilita en el sector p¨²blico la aplicaci¨®n de despidos colectivos, una medida que afecta mayoritariamente a los trabajadores fijos.