Econom¨ªa de guerra familiar
En el periodo de una semana el Instituto Nacional de Estad¨ªstica (INE) ha publicado cuatro encuestas esenciales para conocer el impacto de la crisis en las familias espa?olas, con una conclusi¨®n un¨¢nime: son m¨¢s pobres que antes. Se trata de la encuesta de condiciones de vida (que indica que los ingresos medios de los hogares fueron menores en 2011 que un a?o antes, y que m¨¢s del 21% de la poblaci¨®n residente est¨¢ por debajo del umbral de riesgo de pobreza), la encuesta de estructura salarial de 2010 (el salario bruto medio anual fue de 22.790 euros, teniendo el Pa¨ªs Vasco el m¨¢s alto y Canarias el m¨¢s bajo), la encuesta de presupuestos familiares de 2011 (el gasto medio por hogar disminuy¨®, siendo de nuevo Canarias, m¨¢s Extremadura y Murcia, las zonas con menores gastos por persona) y la encuesta de poblaci¨®n activa del tercer trimestre de este a?o (que ha registrado un paro del 25,02%).
Las preguntas son cu¨¢nto m¨¢s pobres son las familias, cu¨¢les son m¨¢s pobres, desde cu¨¢ndo se ha iniciado ese retroceso, y su ritmo. Ninguna de las cuatro encuestas manifiesta un cambio de tendencia significativo respecto a las anteriores, sino que lo aceleran. En un documento publicado por la Fundaci¨®n Alternativas (Los ciudadanos espa?oles ante la crisis), la soci¨®loga Olga Salido, resume esas tendencias, aun sin conocer los ¨²ltimos datos: la crisis econ¨®mica est¨¢ teniendo un efecto devastador para la econom¨ªa real (¡°en muchos hogares se ha instaurado una aut¨¦ntica econom¨ªa de guerra familiar¡±), reduciendo de forma importante la capacidad de gasto y de consumo de los espa?oles.
La poblaci¨®n en edad de trabajar, con hijos dependientes, la mayor pagana
Sin embargo, su impacto no se est¨¢ distribuyendo por igual entre el conjunto de la poblaci¨®n, hasta el punto de que ya se puede hablar de perdedores y ganadores de esta crisis. Por ejemplo, la poblaci¨®n en edad de trabajar, especialmente en los hogares con ni?os dependientes, est¨¢ llevando la peor parte. Los duros ajustes a los que se est¨¢ sometiendo la econom¨ªa del pa¨ªs han reducido especialmente la capacidad de gasto y de consumo de aquellos que dependen de las rentas salariales, las m¨¢s f¨¢ciles por otra parte de controlar fiscalmente. Seg¨²n el documento, los mayores, al menos de momento, est¨¢n sufriendo de una manera menos aguda las dificultades en cuanto a la evoluci¨®n de las tasas de pobreza. No obstante, el deterioro de la situaci¨®n de los activos est¨¢ aumentando sin duda la presi¨®n sobre los sectores de m¨¢s edad, que proporcionan ayuda, material y cuidado a sus hijos y nietos, contribuyendo as¨ª a sostener el edificio del bienestar colectivo.
La desigualdad aumenta no solo entre las personas sino entre los territorios, lo cual abre otros interrogantes: son precisamente las comunidades aut¨®nomas con niveles de desarrollo y riqueza menores las que est¨¢n sufriendo m¨¢s las dificultades econ¨®micas, aumentando las disparidades interterritoriales y ¡°haciendo que se deshaga el camino andado a lo largo de los a?os de crecimiento en muchos aspectos. No solo el bienestar de los ciudadanos individuales sino el bienestar y la cohesi¨®n social de la sociedad en su conjunto est¨¢n en juego¡±.
La creciente frustraci¨®n por los efectos de la crisis amenaza la convivencia y la cohesi¨®n social
El documento de Alternativas est¨¢ encargado por la Fundaci¨®n Iniciativas para la Paz. Su presidenta, Francisca Sauquillo, desarrolla otro aspecto de la crisis en el segmento de la inmigraci¨®n. Los datos sugieren que un importante n¨²mero de grupos familiares llegados de otros pa¨ªses hab¨ªan completado su itinerario de inserci¨®n social (laboral, educativa, comunitaria¡) y desde 2007 ven c¨®mo retroceden a niveles de cuando llegaron a Espa?a. Dicho retroceso no solo se refiere a la disminuci¨®n de recursos y niveles de empleo, sino tambi¨¦n a la p¨¦rdida de derechos ya reconocidos (tarjeta de residencia, trabajo y asistencia sanitaria), lo que significa la multiplicaci¨®n de altos niveles de frustraci¨®n ¡°que contribuyen a amenazar la convivencia y la cohesi¨®n social¡±.
Espa?a camina con gran rapidez hacia el vag¨®n de cola de Europa. Este ser¨ªa el momento para que el Estado garantizase unos niveles de renta y de consumo adecuados para el conjunto de la poblaci¨®n. En lugar de ser as¨ª, el Estado tambi¨¦n retrocede: la fuerte destrucci¨®n de empleo, junto a la moderaci¨®n salarial y el aumento de la presi¨®n fiscal que han acompa?ado a las pol¨ªticas de austeridad son factores clave para comprender esta involuci¨®n.
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